Sospecha
Norma Yurié Ordóñez – Guatemala
Cuando desperté encontré el libro que estaba escribiendo, abierto y en blanco. Todas las cosas del departamento destruidas, la puerta abierta. Empiezo a recoger todo. Me siento y pienso que parte de la historia no le habrá gustado esta vez a mi personaje.
Yūrei
Manuel Sauceverde – México
Anoche estabas tan borracho, mi señor Mishima, que te metiste en mi cama en vez de regresar a tu sepulcro. Lo bueno es que hicimos el amor como dos tigres endemoniados. Lo malo es que le diste un susto terrible a mi marido: Yasunari-san murió antes de terminar su testamento…
En singular
Carmen Dorado Vedia – España
Primero fue un pendiente regalado en nuestro primer aniversario. Más tarde perdí una de las aletas que utilizamos en las Bahamas. Después uno de los guantes, regalo de reyes en el tercer año de matrimonio.
Ahora, pasados cinco años no recuerdo dónde le perdí a él.
Un beso
Lorena Escudero – España
Beber como quien ha acumulado toda la sed de los desiertos de los que regresa. Saciar con succión profunda el anhelo de cien gargantas abrasadas. Fagocitar al otro sin opción ni remordimiento.
Abrir los ojos, lamer la gota última de quien prestó su boca y morir otra vez de sed.
En espera de un momento oportuno
Ricardo Bugarín – Argentina
Una manzana se balancea en el fragor de la tarde. Parece querer desprenderse de la frondosidad envolvente pero el pedúnculo retiene toda ansiedad arrojadiza. La escena transcurre ya en deslizante crepúsculo y observamos que Isaac se ha demorado, que no ha retornado al huerto.
Primera llamada telefónica
Adriana Azucena Rodríguez – México
Al borde del llanto, me cuenta que oye pasos, voces en su casa vacía. Intento tranquilizarla: hablamos de todo y nada. Agradece, cuelga, olvida que no marcó ningún número, que no le queda nadie a quién llamar.