Maurizio Bagatin
“La civilización misma sigue siendo el gran enemigo de la humanidad” -Jean- Jacques Rousseau-
Nueva Roma es tal vez otra Ciudad invisible, transpira el estado de animo de una canción de Leonard Cohen: The Future. Coppola debe seguir con pesadillas después de este film: Chronos se adueña de cada momento, no deja que nadie resista al tiempo, “El tiempo es algo curioso de entender”, deja salir de la boca de Cesar Catilina. Toda metáfora es una utopía sin solución prefabricada, una poesía de Safo, Saturnalia, la conciencia y el valor que deberían salvar a la humanidad.
Nueva Roma se construye sobre ruinas y escombros y acompañados por una decadencia tout court, entre Petronio y Sodoma y Gomorra y el pan y el circo necesarios, un viaje en la Historia de la decadencia y ruina del Imperio Romano de Gibbon, síntesis de una humanidad ya perdida, donde el poder es la sola garantía de sobrevivencia.
Película que narra más de lo que realmente desea contarnos, o viceversa; parafraseando a Plinio el Joven “no hay película mala que no encierre algo bueno”, aunque esperábamos una fábula que nos lleve sin guiarnos, una de las fabulas que Coppola siempre supo ofrecernos. Meditar mucho y esperar mucho, a veces hace perder el hilo conductor y uno pierde el verdadero camino que deseaba emprender.
Nueva Roma es utopía y es distopía, y nosotros tendremos que volvernos una Penélope y destejer de noche lo que durante el día hemos tejido, para cada vez poder leer una nueva fabula.