Si en algo contribuyen las encuestas en un clima tan poco democrático y pobre como el que vivimos desde octubre de 2018 -cuando Carlos Mesa hace pública su candidatura- es a revelar a analistas políticos que no hacen más que “maniobras” a favor de cualquier opción. También están los voceros, los que desconocen encuestas porque no reflejan sus deseos. Por todo eso, es necesario hacer un repaso sobre algunos puntos que todas las encuestas -las legales, las ilegales, las direccionadas, las que con 60 personas en una ciudad capital reflejan alguna tendencia, etc- tienen en común.
En primer lugar, los indecisos. Sin importar la encuesta, se mantienen siempre en el margen del 20 – 25% (de hecho, la encuesta de Fundación Jubileo, de 14.000 encuestados, mostraba un 28%), por otro lado, cuando Carlos Mesa hace pública su candidatura, ese margen se mantiene en encuestas publicadas por, extrañamente, Página Siete. Aquí viene lo terrible: cuando se conocen los programas de gobierno de los partidos y las listas de candidatos a senadores y diputados, el margen sigue siendo el mismo. Y hay algo más terrible: comparar a los indecisos y a los votantes por la opción “No” en el referéndum por la modificación del artículo 168 nos dice que ha sido una muy mala campaña de los asesores de Comunidad Ciudadana y Bolivia Dice No. Si es cierto que hoy hablamos de una población electoral de 7,3 millones y que, justamente, Comunidad Ciudadana es la que más promociona la encuesta de Fundación Jubileo donde el porcentaje de indecisos es más alto (28%), hablamos de algo más de 2 millones de votantes indecisos, solo 600.000 menos que los votantes por la opción “No” en el 21 de febrero de 2016 (2.682.517 votantes por el “No”). Es una comparación muy forzada, pero nos dice que la oposición no ha podido afianzarse a un escenario que, aparentemente, estaba a favor. Hay gente en Bolivia Dice No que se alegra por ser la “opción que más crece en las encuestas”, pero está claro que si hay más indecisos que votantes a favor de un partido (Bolivia Dice No nunca superó el 13%), simplemente hay un muy mal asesoramiento al partido.
En segundo lugar, los planes de gobierno han resultado ser inservibles. Ni oposición ni oficialismo se han esforzado por defender sus propuestas. En otras palabras, sabemos que la oposición quiere un gobierno democrático, pero no sabemos cómo. Sabemos que el MAS quiere quedarse en el poder, pero suponemos que con tácticas y estrategias oscuras. ¿Hemos visto alguna encuesta que nos muestre cuáles son nuestras prioridades como ciudadanos? ¿Estarán, por ejemplo, en “recuperar la institucionalidad”? ¿En “tratamientos psiquiátricos para la población LGTB”? Más preocupante: salvo raras excepciones, los candidatos a senadores y diputados, no hacen más que defender las líneas “macro” de los candidatos presidenciales. Pero aquí viene el otro lado: declaraciones polémicas no han ayudado a Víctor Hugo Cárdenas, como tampoco a Chi Hyung Chung, aunque probablemente vaya a superar la barrera del 3%. Ambos argumentos me sirven para confirmar que en Comunidad Ciudadana y Bolivia Dice No recorría un sentimiento de “confianza”, en el sentido que la lucha por la institucionalidad democrática y la lucha contra la corrupción, serían suficientes para movilizar al electorado a favor. En otras palabras, que los votantes votarían “porque sí”. En el MAS, que hasta tienen un nuevo “sujeto político” en el plan de gobierno, los jóvenes en periferias urbanas y ciudades intermedias que ingresan a la tecnología, se ve poco respecto a su plan de gobierno, pero sabemos que en el MAS hay una intensa y constante movilización de grandes masas, en el que prima la defensa del “Proceso”.
En tercer lugar, que hay encuestas que tienen un margen de error que llega hasta el 15%. Nada confiable. La encuesta de Fundación Jubileo, tan defendida por Comunidad Ciudadana, presenta un margen de error de 21% en Pando y, por si fuera poco, a nivel rural, en todos los departamentos, el margen de error está alrededor del 15%. Para las encuestas de IPSOS para RTP, en Oruro y Potosí -además de 70 y 90 encuestados- el margen de error está alrededor del 10%. Ahora, el margen de error es problemático en estas encuestas a nivel rural. Aquí hay entonces un sesgo: si recorre el prejuicio que el MAS es fuerte en el área rural dispersa y en ciudades intermedias, ¿cómo es que la encuesta de IPSOS y Fundación Jubileo provoca tanta alegría en Comunidad Ciudadana? Por otro lado, ¿no es que a pesar de los márgenes de error los partidos se están enfocando demasiado en las encuestas y no en los debates?
Es extraño que los mismos partidos de oposición hablen de democracia, pero en ningún momento se promociona el voto informado.