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Letras bolivianas

Hoy, junto con Inmediaciones, empezamos un proyecto que tiene el propósito de difundir y promocionar la Literatura boliviana. Cada miércoles, llueve o truene, publicaremos un poema o un cuento de nuestros escritores y poetas. Lo haremos en orden cronológico e intercalado, una semana un poema y otra un cuento. El espacio estará a cargo del escritor, poeta y antologador Homero Carvalho Oliva. Empezamos con la grande Adela Zamudio.

 

Adela Zamudio

(Cochabamba, 1854-1928)

Poeta y ensayista, emblema del romanticismo, fue una poeta irreverente, valiente, que bien puede ser considerada como una precursora de los movimientos feministas y hasta comparada con la inefable Simone de Beauvoir, su poema Nacer hombre aún está vigente, así como ¿Quo vadis?, poema por el que fue excolmulgada por una iglesia ultraconservadora que no estaba para soportar ninguna crítica a la sociedad patriarcal y católica y mucho menos de una mujer. En homenaje a la fecha de su nacimiento, 11 de octubre, Lidya Gueiler, la única mujer presidente constitucional de Bolivia, decretó el Día de la mujer boliviana. Leerla puede darnos la medida de nuestra sociedad y cuánto hemos avanzado. Su novela Íntimas está incluida entre las quince novelas fundamentales de Bolivia.

Obra literaria

Ensayo Políticos (1887), Íntimas, Peregrinando y Ráfagas (1914), El velo de la purísima, Ensayos poéticos (1928).

 ¿Quo Vadis?

Sola, en el ancho páramo del mundo,
Sola con mi dolor,
En su confín, con estupor profundo
Miro alzarse un celeste resplandor:

Es Él! Aparición deslumbradora
De blanca y dulce faz,
Que avanza, con la diestra protectora
En actitud de bendid6n y paz.

Inclino ante Él mi rostro dolorido
Temblando de ternura y de temor,
Y exclamo con acento conmovido:
-¿Adónde vas, Señor?

– La Roma en que tus mártires supieron
En horribles suplicios perecer
Es hoy lo que los césares quisieron:
Emporio de elegancia y de placer.

Allí está Pedro. El pescador que un día
Predicó la pobreza y la humildad,
Cubierto de lujosa pedrería
Ostenta su poder y majestad.

Feroz imitador de los paganos,
El Santo Inquisidor

Ha quemado en tu nombre a sus hermanos…
¿Adónde vas, Señor?

Allá en tus templos donde el culto impera
¿Qué hay en el fondo? O lucro o vanidad.
Cuán pocos son los que con fe sincera
¡Te adoran en espíritu y verdad!

El mundo con tu sangre redimido,
Veinte siglos después de tu pasión,
Es hay más infeliz, más pervertido,
Más pagano que en el tiempo de Nerón.

Ante el altar de la Deidad impura,
Huérfana de ideal, la juventud
Contra el amor del alma se conjure
Proclamando el placer como virtud.

Las antiguas barbaries que subsisten,
Sólo cambian de nombre con la edad;
La esclavitud y aún el tormento existen
Y es mentira grosera la igualdad.

Siempre en la lucha oprimidos y opresores!
De un lado, la fortuna y el poder,
Del otro, la miseria y sus horrores;
Y todo iniquidad… Hoy como ayer.

Hoy como ayer, Los pueblos de la tierra
Se arman para el asalto y la traición,
Y alza triunfante el monstruo de la guerra
Su bandera de espanto y confusión.

Ciega, fatal, la humanidad se abisma
En los antros del vicio y del error.
Y duda, horrorizada de sí misma…

¿Adónde vas, Señor?


(De La poesía del siglo XX en Bolivia, Antología esencia, de Homero Carvalho, publicada por Editorial Visor, de España, 2015)

 

 

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