La involución de la cultura milenaria
Alejandro Zarzycki O.
En la búsqueda de historias, mitos, leyendas, fábulas y otras temáticas sobre los orígenes y existencia de lo que es ahora y siempre la triste hojita llamada coca, se encontraría un sinfín de literaturas de orientaciones mitológicas, sociales, educativas, técnicas, políticas, históricas, reivindicativas, diplomáticas, científicas, químicas, comerciales, propagandísticas, jurídicas o legislativas, gastronómicas, industriales, espirituosas, medicinales, alimenticias y otras de acuerdo a los múltiples intereses que ocurran en las mentes mundanas.
La historia de la machucada es algo diferente y tiene como fin contar entre otras, sobre una de las facetas de la hojita que aparentemente aún está ausente de los escenarios bibliotecarios y públicos, hojita que además de tener nombre llevaba y aún lleva apellidos que solo fueron y son palabras que se usan con fines diversos e intencionados, siendo estas milenaria y sagrada según sea el caso de quien quiera identificar a su manera para salvaguardar sus ciertos nuevos usos adicionales considerados prohibidos sin que lo sean.
Es que esta hojita tiene tantas historias como podrían concebirse en la diversidad de mentes de la humanidad diversa, especialmente local, que se fue y se está cada vez más involucrando en distintos círculos, para hacer referencia a sus múltiples y diversos usos y sus infinitos usos comerciales algo que si o si tiene que aprovecharse en el siglo veintiuno.
En lo que concierne a la mitología las versiones son diversas, que van desde las refinadas hasta las intencionadas, principalmente sobre desde cuando estuvo en él mucho antes, resaltando en uno de los casos que su uso era privilegio de una realeza y por tanto de uso prohibido para la gente común o plebe, aunque ese escaño social aún no haya tenido ese nombre en ese tiempo privilegiado.
Ese privilegio fue antes que lleguen unos extraños desde lo que era lejos en ese tiempo, llamados conquistadores, quienes comenzaron con un ritmo de la esclavitud local sostenido para quienes tuvieron al frente, para hacerlos sufrir en demasía, sin necesidad de traer esclavos del continente que tiene una forma que se asemeja a una calavera que mira a otro lado y no allá de donde vino, ya que se desprendió de lo que ahora es este continente multicolor y multi-signo, hasta que algún supremo compadecido bajó de algún lugar desconocido y repartió la hojita para mitigar el hambre, la sed, el cansancio y todo posible sufrimiento, el que sería posible sobrellevar por las propiedades milagrosas de la hojita, aunque hubiera sido mas fácil des-esclavizar a quienes sufrían, pero esa no era la intención.
Ambas versiones son apropiadamente distintas y cada cual a sus fines y propósitos escondidos y manipulados a conveniencia.
Referirse a otras situaciones actuales, aunque tampoco no tan actuales, es mejor evitarlas porque tienen por demás diversas connotaciones, intenciones, intencionalidades, propósitos, fines y porque serian innumerables las páginas a escribir y que pocos leerían, por lo que el interés de esta historia es solo aterrizar en lo actual como momento preciso.
En todo caso, en sus inicios, de una u otra manera la susodicha hojita fue respetada, fue usada para usos rituales, e incluso en el uso laboral y social denominado acullico era ritual cuando se la usaba en los descansos, seleccionando una por una cada hojita, acariciándola con la yema de los dedos pulgar e índice, sacarle los palitos del medio o pecíolos si eran muy gruesos, para luego llevarla a la boca y colocarla en alguno de los lados de la mejilla interna, para armar un conjunto de hojitas llamado bolo que era ayudado con componentes adicionales como la lejía que liberaría sus componentes milagrosos.
La práctica del acullico también conocido como pijcheo, seguramente fue ejercida por algunas centurias, hasta que en algún momento y con el avance de la ciencia milenaria a alguien se le ocurrió que la hojita no era tan sagrada, aunque continuará siendo milenaria y comenzó a ser sujeta de múltiples y constantes faltas de respeto que fueron evolucionando, sirviendo para ciertos fines en principio para ser macerada de alguna manera en cántaros, en sitios apropiados del clima benigno del valle, para posteriormente en los lugares de origen donde se cultiva, ser pisoteada, se bailó sobre ella, fue mezclada con productos desconocidos y conocidos en varios de los tiempos, hasta que estos productos fueron prohibidos porque se les puso la etiqueta de precursores o sustancias controladas, aunque el producto final obtenido con estos elementos no llevará ninguna etiqueta, y es solo para hacer que la innovación continúe y que todo producto prohibido sea sustituido por otros de mayor eficiencia, en un ritmo de cambios y recambios basados en las prohibiciones ya que siempre se encontraría sustitutos, sino de qué sirve la mente humana, si no es para innovar.
También le tocó y aun le toca a la hojita ser parte de la tecnología, para danzar dentro de lavadoras de ropa, centrifugadoras, licuadoras, hélices de motores fuera de borda, o sea tanto en equipos caseros e industriales como artesanales, para ser destruida, licuada, decantada, filtrada, etc. para pasar luego a ser refrescada con ventiladores, secadoras, microondas, aires acondicionados y otros que solo quienes compran estos equipos saben cuales son y con qué propósitos son adquiridos.
En esos procesos de los diversos tiempos, con la tecnología apropiada en principio fue regada con kerosén hasta que éste desapareció de los surtidores por razones obvias, para luego incorporarse o mezclarse con cal, ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, diesel, gasolina, thiner, acetona y quien sabe que otros diversos productos de los llamados químicos, que son los que cambian la esencia de la hojita o mejor dicho liberaban y liberan lo que liberaban, o sea lo que era buscado, para primero llegar a una sustancia pastosa, que a su vez y a su tiempo también cuenta con procesos diversos, para al final de alguna manera ser convertida en polvo, que sirvió y sirve, entre otros, para las industrias farmacéuticas, para el uso doméstico recreacional social, para ser integrada a alguna bebida gaseosa de uso popular muy conocida como parte de su fórmula o receta secreta, lo que hacía que se convierta por alguna causa en una bebida muy apreciada, muy solicitada y muy difundida a nivel mundial.
En lo político, la afirmación a ultranza fue y es que la hojita llamada coca, nada tenía que ver con otros productos y sus derivados, afirmación que por causa intencionada se sostiene con palabras y argumentos categóricos, lo que de alguna manera es cierto cuando se piensa en su estado sano y natural como plantita y después como hoja seca; solo hasta ahí.
No son pocos quienes estuvieron tentados en algún momento de sus vidas, de aunque sea poner una hojita en la lengua para sentir su sabor o saber a qué sabe y otros sí, en diversos tiempos y con mucho respeto si la usaron para aguantar trabajos pesados, en los largos viajes de transporte nocturno por caminos interminables, acompañada de eventuales rituales, para ser regada con líquidos espirituosos diversos en las bocas de los usuarios, para hacer cierta la coincidencia con la versión segunda de que fue entregada o traída para mitigar los asuntos del sufrimiento y el trabajo humano.
Para los que sabían, la hojita era infaltable compañera para ser combinada con la ceniza del compañero cigarrillo, preferentemente de tabaco negro si no había un otro producto apropiado que es la lejía que lleva por nombres llujta o llijta y en otros lugares andinos llucta o llicta o yista, y otra diversidad de nombres, siendo una materia elaborada con la ceniza de ciertas plantas que crecen también en los lugares milenarios aunque también en otros, siendo como producto final dulce o natural ligeramente salado como es la ceniza de acuerdo a con que es mezclada, que podía ser papa o camote cocido o quinua, para que las llujta sea blanda, ya que las tradicionales de inicio elaborada solo de cenizas, cuando se secaban en demasía, rompían los dientes en el intento de sacarle un pedacito a aquella barrita de ceniza.
Este hecho de darle suavidad y sabor dulce a este aditamento, movió al paso de los años y de la evolución a recordar el pasado para pensar en la innovación permanente, incorporando otros sabores ya de manera sofisticada como se leerá más adelante.
Después de la llujta el uso de la hojita en el llamado acullico o pijcheo, paulatinamente también fue evolucionando, para mezclarla con bicarbonato palabra paulatinamente reducida a bico, para después ser elaborado el chama bico que cambia el sabor amargo a dulce, incluyéndose como aditamentos otros productos como el nescafé y el uso de otra plantita llamada estevia, de sabor extremadamente dulce, hasta llegar a los tiempos modernos cuando a alguna mente ingeniosa se le ocurrió brindar mayor comodidad a los usuarios y entrar a la elaboración o fabricación y expendio de sobres de todos los colores y diseños, que contienen polvos de sabores y aromas diversos como a: chicle, coca cola, maracuyá, frutilla y otros sabores exóticos finitos, y solo los supremos del imperio saben de qué están hechos esos aditamentos que sirven para el espolvoreo de la hojita en la boca y darle sabores diversos.
Las prácticas de ponerla en la boca para lo que ahora se denomina boleo, cambió drásticamente, y ya no existe lastima alguna por la hojita aunque sea milenaria o sagrada y se la pone mezclada con cualquier aditamentos a gusto del cliente o sin nada, entre cueros, impermeables, carpas, gomas, bolsas plásticas o cualquier otro material que aguante golpes sin romperse y sobre un tronco especialmente cortado para el efecto, se la aporrea sin lástima con combos o mazos de distintas libras de peso, por tiempos imprecisos, hasta que las hojas quedan aplastadas, para llegar a ser un polvo o medio polvo, siempre a gusto del cliente.
Este proceso de aporreo sucede en innumerables sitios de barrios, mercados, en kioscos o locales a los costados de las rutas de viajes tanto de llegadas como de salidas de cualquier ciudad, y el golpeteo en los sitios donde se agrupan infinidad de comercializadores, se componen conciertos de diversos sonidos, magnitudes e intensidades como resultado de los golpes de los combos o mazos sobre las hojitas.
Así la apreciada hojita que después de todos los tratamientos que se le da, deja de ser hojita, también eventualmente se la espolvorea con un polvito blanco que se obtuvo de otras hojitas hermanas lo que hace que se eleve su efecto y potencia de manera exponencial, para embrutecer con mayor eficacia a quienes quieran quedar torcidos, como una nueva clasificación de como se puede quedar desfigurado por la cantidad de hojas que se mete en la boca y por el que aditamento se usa.
Los sitios de distribución o expendio de hojas y aditamentos tienen características diversas, con letreros de diseño diverso, con lemas diversos, que ofrecen distintas categorías y clasificaciones como coca seleccionada, de la mejor, despalada, des-puntada, envasada al vacío, del jardín de la eva o el evo, tóxica, cremosa, yungueña simple, yungueña de la mejor, bolo turbo, 100% activada y un sinfín de otras clasificaciones pintorescas y ocurrentes incluyendo obviamente la machucada, lo que busca atraer clientes, y además la posibilidad de ser entregada a domicilio o por delivery siendo también trasladada en furgonetas para su distribución amplia.
Los taques o empaques de las hojas también tienen distintas clasificaciones, según el tamaño de la hojita o su procedencia con distintas identificaciones y escudos familiares.
Para concluir con la historia de este momento, en los tiempos muy recientes pasados, entre los rituales en agradecimiento y aprecio a las diversas bondades logradas con el concurso de la presencia de la hojita en la economía mundial, uno de los líderes de alguna organización o agrupación constituida para administrar la comercialización de la hojita, en algún momento organizó una gran festividad, donde una personaje muy conocida se prestó para el efecto de ser coronada como la reina machucada, evento que movió múltiples y diversas opiniones y comentarios en las redes sociales.
Mientras, que más se puede decir cuando las cosas están evolucionando de tal manera que se puede continuar escribiendo historias diversas.
