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La icónica figura de la Mujer en el ejercicio del poder político

Jorge Lizarraga T.

Para 2021 se tenía a 22 mujeres ejerciendo el rol de Jefa de Estado, sin embargo, de aquel tiempo a hoy y con la investidura como primera mujer presidenta de los Estados Unidos Mexicanos la Sra. Claudia Sheinbaum Pardo, dejaron de ser 22 y hoy suman solo 17 mujeres, repartidas en, 6 Latinoamérica, 8 Europa, 1 Asia y 2 África, sin dejar de referirnos que el único país que desde que se aprobó el sufragio femenino en 1950, ha tenido 3 jefes de Estado; dos monarcas y una Presidenta electa democráticamente, es Barbados, las dos últimas mujeres, por lo que el 66% del tiempo de gobierno estuvo a cargo de una fémina dentro el ejercicio de poder político “¡y con qué resultados¡ véase” aun así estamos hablando de que solo el 9% de los países del mundo están siendo dirigidos por una mujer, actualmente.

Años atrás y en ocasión de la posibilidad de que la hermana del presidente Nor coreano pueda asumir el poder en caso del deceso de este, escribíamos y manifestábamos el papel que debe ejercer en estos tiempos la mujer como jefa de Estado, y en la política pública en general, y no por el hecho de su condición de género, sino principalmente por el hecho de que el 49.5% de personas en el globo terráqueo son mujeres y por tal el sentimiento de apoyo a una misma debía ser definitorio, aun así y en estos tiempos, “la mujer sigue siendo lobo de la mujer”.

Ahora bien, tener mujeres al frente del Estado, como posiblemente suceda un día en nuestro País y quizá en los Estados  Unidos de Norte América “aunque posible poco probable”, debe sin duda alguna crear mayor confianza y esperanza entre nosotros, porque no es posible lidiar en el mundo sin la existencia de tan asombroso y extraordinario ser, que ante todo y desde su esencia, lucha por defender intereses colectivos antes que individuales (a su familia, su país, su nación, su tierra, a los suyos, etc.) y atacar con dientes y garras a todo aquel que se interponga a ellos, por tal quizá las mujeres tienen un poder sobrenatural que las hace diferentes y en la política podrían como lo hicieron icónicas mujeres, construirse en grandes referencias y revolucionarias de primer orden, siempre y cuando los hombres seamos fieles compañeros y las acompañemos para lograr éxito conjunto, que al final su éxito será el de todos.

Ejemplos de mujeres bolivianas destacadas en la actualidad en ciencia y tecnología tenemos a Alina Santander, Camila Velasco o Katherine Barbosa, etc., en el área de dirección empresarial como líderes empresariales mejor valoradas en el país tenemos a Rosario Paz Gutiérrez, Cecilia Zelaya, Lauren Müller, María Eugenia Gutiérrez, María Reneé Centellas, Ximena Parada, Michelle Noriega, Liliana Castellanos, etc. en el ámbito político de oficialismo u oposición también destacan E. Copa, J. Jiménez, D. Paz, J. Costa, K. Uriona, y tantas otras con perfiles altamente calificados para hacer de este País algo diferente si el poder estuviera en sus manos y/o desearan los varones el respetarlas y valorarlas aún más.

Sin duda, la percepción que hoy se tiene en el mundo sobre la posibilidad de que una mujer este al frente de un país, y por ello debamos pensar de que es malo per se, debe cambiar, y cambiar ese sentido machista, con el compromiso de hombres y mujeres que si se presentara ese caso, debamos contribuir para que las desigualdades de género, la apertura de oportunidades, y la defensa de los derechos de hombres y mujeres sea siempre velando por los intereses de la humanidad y no por los intereses de unos sobre los otros.

Tener al frente de los Estados a mujeres sin duda significara un avance y además que tendrán hombres y mujeres detrás, que coadyuvaran para que nuestras sociedades sean mucho mejores, esa combinación y trabajo en equipo de unos con otras, quizá con una mujer al frente, nos demuestre que podemos tener quizá más diferencias pero al mismo tiempo debamos controlar nuestros temperamentos y abrirnos para comprender que por el hecho de ser hombre jamás creas que estas siempre por delante de las mujeres o estas tendrán menos derechos que aquel o siempre deban estar detrás de estos.


De igual manera, no es que afirmemos que con las mujeres al frente de los Estados todo sería mejor o maravilloso, y peor en estos tiempos tan delicados, tampoco decimos que es hora que en todo el mundo se reconozca que las mujeres son sin duda especialmente importantes “que lo son”, sino que somos de la convicción de que debe llegar un día en que las mujeres demuestren que los varones hemos estado equivocados y que es posible una sociedad mejor al frente de ellas, y así estas deban ingresar con carácter, con personalidad, y por supuesto con ansias de ser reconocidas como hitos en la historia mundial, para bien.


Finalmente, quien tiene una hija o una compañera de vida, quien tiene una madre o tuvo abuela, siempre concebiremos a las mujeres en el gran baluarte, gran ejemplo de vida y por tanto la esperanza de tiempos mejores, “aunque no todas las que brillen serán oro evidentemente”, y porque no decir que la icónica figura de la Mujer en el ejercicio del poder político ha llegado, ¡por que no!


Jorge Lizarraga T. es Abogado

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