Maurizio Bagatin
No como en los tiempos de Ulises, haciéndose poesía. En la Guerra primero muere la verdad y luego intervienen las liturgias de los poderosos de turno. Iniciando con la liturgia de la vieja Europa, liturgia extrema a la derecha y a la izquierda y al centro. Crítica con todos y vacía como en los Balcanes, inútil cuando hay que intervenir verdaderamente. Las fuentes de energía y el capital vienen antes que los seres humanos y la vida.
Solo la guerra hoy festeja, la Guerra con mayúscula, la de los políticos belicistas, la de los empresarios que hace un mes exponían en una feria en una ciudad del rico norte de Italia, nuevas soluciones, nuevas armas. El buen soldado Švejk de Jaroslav Hašek, El desertor de Boris Vian, las solas poesías hoy para escuchar.
No son Héctor y Aquiles y nos es Troya, una lectura de hoy es La Rusia de Putin, de Anna Politkóvskaya, la periodista que murió acribillada en el ascensor del edificio de su apartamento en Moscú, el 7 de octubre de 2006, hecha eliminar por el demente torturador de Putin, como muy lucidamente lo llamó Aldo Busi. Ella tuvo la valentía de acercarse a la narrativa de Los Relatos de Kolymá, de Varlam Shalámov y del Archipiélago Gulag, obra del escritor ruso Aleksandr Solzhenitsyn. En el recuerdo de sus raíces, de Néstor Ivánovich Majnó, de la libertad de su pueblo.
Hoy la historia que amenaza a este mundo crepuscular es también la fuerza que puede someter el espacio al tiempo vivido…
Imagen: Mauro Biani, Buon compleanno guerra, 2023