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Entre el deseo y la realidad

Entre el deseo y la realidad:

Proceso sociopolítico en Bolivia

2012 – 2020

Asiduos lectores, tienen en sus manos un documento sociopolítico, escrito día a día sobre la realidad política que vive Bolivia, desde mayo del 2013 al 31 de diciembre de 2020, en anterior publicación[1], abordamos los temas emergentes, desde el año 1998 al 2012, y esta es la continuación de esa historia que puede servir de testimonio histórico, para juzgar a los gobernantes, sucedidos en este casi cuarto de siglo, desde la mirada de un ciudadano de a pie, que le da su tiempo a por lo menos decir lo que piensa, ve y analiza, el que decir y hacer de los gobernantes, ante diferentes temáticas de coyuntura que, no siempre han recibido las respuestas esperadas por los demandantes a los administradores de las necesidades humanas y el retardo en la atención gubernamental  a sus problemas de supervivencia, así como a la imagen que, el país esta teniendo, desde la administración del gobierno del MAS en Bolivia, por cerca de 14 años, con un accionar cada vez antagónicamente contradictorio a sus políticas y principios.

Por supuesto, el que escribe es un ser humano de carne y hueso, hace política y no vive de la política, es un luchador social que sueña un socialismo para Bolivia, fundado en su realidad plurinacional y pluricultural clasista, sin perder de vista a los actores sociales revolucionarios, que más tarde volverán a retomar las banderas de liberación social, que el militarismo primero, luego el neoliberalismo y ahora el pseudosocialismo, han postergado y distorsionado la esencia del pensamiento critico y desahuciado el modelo de sociedad socialista, luego que se acabo el bipolarismo, ante el repliegue estratégico del socialismo, que se agotó, por no continuar enfrentando al capitalismo, sino, entre otros factores, para evitar el riesgo inminente de una tercera conflagración mundial, que podía desencadenar en una hecatombe mundial y opto por asimilarse al mundo dominante del capital, para salvar las fuerzas productivas en proceso de sustitución tecnológica que evite mejor salario a mas producción robotizado, como una forma de valorización del capitalismo que es destructivo de la naturaleza y la vida social para que, se calme y, a través de su evolución, encuentre que no es eterno y cederá con mas facilidad la emergencia de un modelo diferente, al que tendrán que alinearse indefectiblemente, antes de fenecer su ciclo evolutivo, al que le darán su vitalidad por ser nuevo, diferente y mas humanitario.

Quizás, su lectura, pueda permitir un nuevo esfuerzo, para intentar retomar la humanización de la sociedad, ante una realidad donde el predominio de la deshumanización ya nos esta mostrando el peligro en que la especie humana pueda entrar, la pandemia del COVID-19 que sigue engrosando la acumulación de capital en manos de los productores del virus y el consumo acelerado de productos bioquímicos y farmacéuticos que, contribuirá a salir de las crisis cíclicas del sistema globalizado del capitalismo, si no le pone freno a la hecatombe sistemática del planeta, dotándose de nuevos valores de convivencia, producción y realizaciones sociales, sin necesariamente acumular riqueza para pocos, sino que la totalidad social y natural tenga el beneficio de sacar provecho del alto grado de desarrollo tecnológico, científico y de la información, sirvan a su vez, para orientar y reorientar a la especie humana a un manejo planificado de la naturaleza y sus componentes, para favorecer, en similar proporción, a las necesidades de las especies vivas, respetando, aprovechando y cuidando a que el planeta no se desmorone por la codicia de unos cuantos superdotados y termine afectando a quienes aman la vida, la naturaleza y la convivencia amónica de las partes, del que está compuesto nuestro planeta.

Habremos contribuido, con lo que se espera, si son tomadas en cuenta las propuestas realizadas en cada momento, que así se ha requerido, somos conscientes de que la realidad es dinámica, las necesidades humanas siguen siendo crecientes e insatisfechas, si alguna sugerencia, sobre alguna temática, fuese recogida por las organizaciones sociales, constituirán una bandera de lucha, entonces, diremos que no aramos en el desierto y sea la fertilidad de las mentes y cuerpos las encargadas de comprobar su eficacia y mejor modo de vida, cuando sean aplicadas y den frutos que alimenten, al menos intelectualmente, a millones de bolivianos para encarar a los enemigos internos y externos.

El libro contiene más de 68 temáticas diferentes, todas ellas escritas en su momento de emergencia, cuyo propósito no es más que dejar sentado algunos criterios político ideológicos de una línea del pensamiento socialista, cuyo autor, nunca dejo de ser socialista, a pesar de       que muchos seguidores y admiradores del líder socialista boliviano, Marcelo Quiroga Santa Cruz, hayan defenestrado su militancia por alguna pega o por algún motivo dejado de ser consecuente con la ideología revolucionaria, salido de su debilidad ideológica y contrastado con lo que se sobrepuso el gran capital sobre los generadores de la riqueza, por un determinado periodo histórico de crisis del sistema y la agonía del capitalismo, que sin duda, un día dejara su puesto a otro modelo superior y más planificado como hechura social y humano perfectible.

No es casualidad el título de esta publicación, entre el deseo y la realidad, el primer aspecto, es el mundo de los deseos que no se hacen realidad per se, la segunda es que, solamente la realidad determina el rumbo que debe seguir la historia en una sociedad de desigualdad, social y económica, mediante la acción (lucha) y no del deseo (azar).

Los últimos 14 años de ejercicio del poder que le toco al MAS, defenestró las aspiraciones populares y de clase trabajadora, como un simulacro de defensa del indígena, originario y campesino que no fue tal, más por el contrario, desacreditó el proyecto de sociedad socialista, engañó a los grupos indígenas haciéndoles creer que era un gobierno y poder indígena, campesino y originario, al final de cuenta, no fue más que la acción de un bloque popular convertido en la base social de la corrupción, narcotráfico y vulneración de las normas y principios establecidos, ejercidos por un grupo de renegados, adulones y soñadores de vivir bien para ellos y no para el conjunto de la sociedad boliviana. Esa plaga de fugitivos, ante el despertar del pueblo engañado y los militantes de izquierda opositores a la llamada revolución cultural y educativa, fueron desplazados del gobierno, dejando casi inamovible los otros órganos el estado, por medidas de presión pacíficas, al que Morales denomino el bloqueo de las pititas, fueron quienes le obligaron a renunciar y salir del país dejando un vacío de poder sin autoridades mejor dotados de civismo y administración de los bienes públicos, quienes, llegado el momento de improvisarse en los cargos, fueron también dejando sus puestos de lucha mirando su futuro mediato por no ser parte del enjuiciamiento ante la irresponsabilidad en el ejercicio de sus cargos, sobre todo, ante un nuevo y desconocido virus denominado COVID-19, que permitió enriquecer, en corto plazo a los mercaderes de los medios e instrumentos de la bioseguridad, sustrayendo lo más que pudo a los poseedores de medianos recursos y con mayor dureza a los más vulnerables de la sociedad; la que en definitiva será el principal factor que modificará las actitudes y comportamientos de los seres humanos en los procesos políticos de este primer cuarto de siglo XXI hacia adelante.

Los regímenes populistas, se han constituido en un mal irreparable en el presente, lo que fue una novedad, en materia política, para quienes buscaban legitimidad en el ejercicio del poder, con el mayor porcentaje del electorado, aunque dejaron a un lado la legalidad para consumar políticas y objetivos del saltinbanquismo, muy propio del siglo XIX en el país, no dejo de ser un referente para todos los gobiernos de estos características de enriquecimiento propio, fuga de capitales, endeudamiento externo e interno, perdida de la capacidad adquisitiva ante el constante encarecimiento de la vida, la enajenación de los recursos naturales no renovables más rentables, empoderamiento de la población más deprimida de puestos de trabajo para mantenerse con bajos salarios que derivaron en la práctica institucionalizada de la corrupción, cuyo acceso a los cargos y empleo, se hicieron por el juramento al partido de gobierno, servidores públicos a la orden del partido gobernante, sin importar en lo mínimo la tecnificación, el profesionalismo ni la experiencia necesarias, cuyos servicios sean de calidad y eficiencia, que, en los albores del siglo XXI, se sigue reproduciendo los usos y costumbres del ejercicio del poder desde la fundación de la república, paradójicamente, mejorado la practica prebendal y de apropiación militante y de autoridades de Estado, de la riqueza del país en la época del estado plurinacional, a son de lo indígena, originario y campesino del proyecto masista.

En la historia política del país, el populismo, pueblo per se, sirvió para encaramar al poder con el voto o sin él , a gobernantes de poco talante, en lo que fue el siglo XX, cuyas practicas demagógicas continúan con los ganadores de elecciones en pleno siglo XXI, dejando un manto de dudas que no se despejan ni permiten, desde el órgano electoral, que con dar un informe de resultados, no dan a torcer el brazo ante denuncias de fraude o la insistencia del reclamo, a efectuar las auditorias electorales, la revisión del padrón electoral y la comparación del registro de los votantes con el padrón, así tendremos gobiernos democráticos elegidos al gusto y sabor del sistema electoral que, con personalidades o personajes probos, estos son sobrepasados por los equipos de los llamados guerreros cibernéticos que, como los mercenarios, pueden hacer todo por ganar fortunas en cada proceso electoral que definitivamente está viciado de irregularidades que, los politólogos, en especial, tendrán que idear metodologías de detección de las mismas. He ahí el desafío del siglo XXI en materia de elecciones y la defensa de la democracia.


[1] Lizárraga Ferrel, Gualberto, En la línea del Socialismo para Bolivia, Editora Imprenta Arnéz, Cochabamba, 2013.

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