Ni un solo pensamiento estable había en aquel cerebro, tan voluble como la hoja delgada de una rosa que el viento desbarata. Sus ideas galopaban por países encantados en donde los árboles tienen hojas de esmeralda y frutos de oro. Manuel Gutiérrez Nájera[1]
Yessika María Rengifo Castillo
El papel es un regalo de la naturaleza que ha permitido contar historias a lo largo del tiempo. Historias que engalanan el sentir y el pensar de los seres humanos en los géneros literarios que son estaciones de la vida en un mundo chambón y jodido parafraseando a Eduardo Galeano.[2]
Como breve conclusión, el gran José Hierro[3] define:
Siempre aspiré a que mis palabras, las que llevo al papel, continuasen llorando, de pena, de felicidad, de desesperanza, al fin, todo es lo mismo, porque yo las había llorado antes; antes de que desembocasen en el papel blanquísimo, en el papel deshabitado, que es el morir.
Desde ese ángulo, se encuentran voces como la de la diseñadora y escritora colombiana Juliana Castro Varón. Una pereirana que proviene de una familia de la docencia y las libertades del cuestionar desde la infancia. Lo anterior permite que, evoquemos a su abuela, una docente que se encuentra hoy jubilada, pero con la satisfacción de haber enseñado a varias generaciones a leer. Sin dejar de lado, a su abuelo, un gran maestro de la secundaria. Además, la mamá de Juliana es una escritora y docente universitaria que le ofreció el tener seguridad en su caminar.
En esa escenografía se puede comprender que, la dedicatoria del libro Papel sensible (Espasa, 2022) se realice a su madre:
“Para mi mamá, que lo sabe todo.”
Esa mamá que ayudo a poder deleitarnos en sus letras. A partir de veinticinco capítulos la escritora nos narra e ilustra el amor en las diferentes facetas de su vida. Una autobiografía en compañía de una memoria literaria de emociones y de pensamientos sobre el cine, el diseño, la música y la televisión, con artistas como Sophie Calle, Félix González Torres, Patti Smith, Diego Velázquez y Carlos Vives.
Lo que acontece es que, a medida que se van pasando las páginas del libro aparecen procesos de enseñanza-aprendizaje como el nadar, conocer el mar, el miedo, el pedir perdón, el dejar de ser niña, intentar contarle a un sacerdote que le gustan las niñas y perderse en el supermercado que quizás es la vida misma, pero con la ilusión de ser encontrada.
Un lenguaje sencillo y sensible que establece una familiaridad continua con el lector de esa búsqueda y respuesta del amor y la belleza en todas sus dimensiones. Encontrando fragmentos:
Este es un libro sobre encontrar y seguir señales. En su mejor momento, es una guía para nunca dejar de buscar el amor; un elenco de encuentros con la belleza. No todo sucedió, pero todo es cierto.
Así mismo, Juliana utiliza la historia de la fotografía en especial la del papel sensible que es capaz de retener una imagen, hablando del cuarto oscuro y de su anhelo de hallar el amor en la oscuridad.
Finalmente, este libro es una bitácora literaria de una mujer que se enamora de todo lo bello que rodea su andar como seres de su mismo género, pero también tener el corazón herido y continuar a pesar de. La invitación es a leerlo como esa búsqueda y apreciación del amor y la belleza de los seres humanos. Recordando que, Juliana Castro Varón se convierte en un referente de la literatura del siglo XXI en Colombia.
Bibliografía
Castro Varón, J. (2002). Papel sensible. Editorial: Espasa
Cibergrafia
Imagen tomada de: https://mobile.twitter.com/juliacastrov
[1] Fue escritor, poeta, crítico literario y periodista mexicano precursor de la poesía modernista y famoso por sus escritos en la prensa bajo numerosos seudónimos.
[2] Fue un periodista y escritor uruguayo, considerado uno de los escritores más influyentes de la izquierda latinoamericana. Sus libros más conocidos, Las venas abiertas de América Latina y Memoria del fuego, han sido traducidos a veinte idiomas.
[3]Fue un poeta español. Pertenece a la llamada primera generación de la posguerra dentro de la llamada poesía desarraigada.
