Santos Domínguez Ramos
“Escribir una biografía de Italo Calvino es traicionar de algún modo su idea, a menudo repetida en sus cartas y entrevistas, de que la vida de un escritor no tiene importancia, pues lo sustancial es su obra. Y es que siempre tuvo una relación compleja -‘neurótica’ escribió- con la biografía. Rechazaba las concesiones fáciles a la nostalgia y al sentimentalismo, la complacencia narcisista. Llegó a afirmar que su única biografía posible era política y donde la política terminaba, no quedaba nada que contar. Esta negación de la memoria emotiva se explica por razones de preferencia literaria, pero también por su carácter introvertido, discreto y pudoroso, el mismo que convertía en un martirio para él el acto de hablar en público; más aún si debía hacerlo improvisando, porque la inmediatez de la expresión oral, a diferencia de la escritura, no le permitía enmendar si se equivocaba o no quedaba satisfecho. Se sentía mejor lejos de las miradas, al margen de los focos. Le gustaba presentar su vida en París como el retiro voluntario de un ermitaño. Fue su deseo en aquellos años ser un escritor invisible, como sus bellas ciudades con nombre de mujer”, explica Antonio Serrano Cueto en la introducción de la magnífica biografía de Italo Calvino con la que obtuvo el Premio Domínguez Ortiz de biografías que convoca y publica la Fundación José Manuel Lara.
El bien articulado conjunto, sustentado en la amplia bibliografía final y en un amplio aparato de notas, refleja la evolución vital y literaria, estética y moral de Italo Calvino y traza un panorama global de la escritura y el pensamiento de uno de los escritores más lúcidos e inquietos de la segunda mitad del siglo pasado, cuyo universo se mueve entre el realismo y lo fantástico, entre el testimonio y la alegoría, entre la meditación teórica y el experimento narrativo, entre la naturaleza y la historia, la narrativa y el ensayo -con especial relevancia de sus clarividentes Seis propuestas para el próximo milenio.
Una aproximación profunda y rigurosamente documentada a la vida y la obra de uno de los escritores imprescindibles de la segunda mitad del siglo XX, creador de un mundo literario inconfundible y consistente que oscila entre el neorrealismo y la literatura fantástica, entre el compromiso político y la reflexión literaria, entre lo cotidiano y lo extravagante, y se alimenta por igual del sentido crítico y el humor irónico, de la verosimilitud y la imaginación.
Desde su juventud partisana a su abandono de la militancia, del neorrealismo de El sendero de los nidos de araña, su primera y vacilante novela, en la que evoca su actividad como resistente, a la fábula alegórica y el relato fantástico, con una primera cima narrativa que es su asombrosa trilogía Nuestros antepasados (El vizconde demediado, El barón rampante y El caballero inexistente), su paso por Estados Unidos y París antes de instalarse en Roma, de trabajar como lector en Einaudi y publicar los cuentos galácticos de Las cosmicómicas o las historias cruzadas y barajadas de El castillo de los destinos cruzados, antes de llegar a la magia poética de Las ciudades invisibles, seguramente su cumbre literaria, a la experimental Si una noche de invierno un viajero y a la autobiográfica y testamentaria Palomar.
Así resume Serrano Cueto el enfoque de su investigación:
‘Un libro que se propone este objetivo debe confrontar necesariamente los datos desde una variada perspectiva: biográfica, literaria, cultural e histórica. Este ha sido, pues, el propósito: por un lado enhebrar la peripecia vital y el decurso literario -mediante mi propia lectura crítica de su obra completa- y, por otro, analizar ambos a la luz de las transformaciones históricas y los movimientos culturales de los que Calvino fue testigo y partícipe. Porque solamente así es posible apreciar la tupida red de acontecimientos y relaciones personales que envuelven al biografiado desde su nacimiento.”