Diversas reacciones causó el anuncio del bajo crecimiento del PIB boliviano a marzo del 2017. Si bien el Ministro del ramo destacó el buen desempeño del motorcito de la demanda interna, mostró también su contrariedad porque otro motorcito -el de la demanda externa– hizo caer la previsión de crecimiento dado el pobre desempeño de los hidrocarburos, minerales y la industria exportadora, con lo que el 3,34% logrado hasta marzo resulta el más bajo en 7 años.
Sobre el mismo tema, Oscar Tapia, Secretario de Finanzas de la otrora gloriosa Central Obrera Boliviana (COB), resignó toda posibilidad de un segundo aguinaldo en el 2017. Impecable cálculo, porque para gatillar su pago -con un crecimiento interanual del 4,51% entre julio de 2016 y junio de 2017- el Doctor en Economía, Alejandro Banegas, experto econometrista además, determinó que el PIB tendría que haber crecido un 5,97% en el segundo trimestre del 2017, cifra que hace palidecer el 3,34% logrado durante el primero.
Cuando la prensa me consultó al respecto: ponderé el hecho que Bolivia crece aún, aunque menos; felicité la hidalguía del gobierno para reconocer un menor desempeño; descarté la especulación de que “se va a forzar la cifra para pagar el segundo aguinaldo”; y, aconsejé prestar más atención al sector externo recordando cómo el PIB crecía antes gracias a las exportaciones (aunque a algunos les duela reconocerlo).
¿Qué hacer para crecer más? Simple: volver con urgencia a los superávits comerciales que tuvimos por 11 años consecutivos, hasta que en el 2015 empezó un creciente déficit limitando la expansión del PIB. ¿Cómo lograrlo? Veamos…
Dado que las importaciones superan a las exportaciones por tercer año seguido, para lograr un superávit comercial podríamos:
- a) Bajar las importaciones: sin embargo, más del 70% son insumos, bienes de capital y medios de transporte, necesarios para producir bienes y servicios en el país aunque ayudaría el dejar de importar lo que producimos, v.gr., alimentos)
- b) Incrementar las exportaciones: aunque poco podemos hacer con el gas natural, ya que siendo tomadores de precios y sin una planta de licuefacción para vender al mercado abierto dependemos de 2 mercados en problemas, Brasil y Argentina; de otra parte, para reactivar la minería se precisa un ajuste estructural y mucho capital; así, la salida son las exportaciones no tradicionales que, sin cupos ni restricciones y con buenas políticas públicas reaccionarían muy bien a corto plazo y harían crecer el PIB como nunca…
(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional