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Cuando en Ucrania se podía salir a pasear

Olga Amarís Duarte

Olga Amarís Duarte ha convertido las guerras, las guerras que asolan el mundo en general y Centroeuropa en particular, en material para un libro, Fractales de una guerra en primavera, en el que deja patente la imposibilidad de explicar un conflicto bélico con palabras. Porque la guerra es un ser vivo que nada sabe de fronteras ni de sentimientos humanos.

En este making of, Olga Amarís Duarte cuenta el origen de Fractales de una guerra en primavera (Huso y Cumbres).

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Una no elige la historia que le toca vivir. Ni los detalles, los pliegues y descosidos que tendrá que ir zurciendo en el accidente de haber nacido en un mundo que no ha preferido. Una no elige el país de la persona de la que se enamora, así como tampoco la nacionalidad de su familia ni la ciudadanía de sus amigos ni el partido político de sus conocidos. Pero sí que puede escoger, con el cuidado requerido, la forma en la que el acto voluntario de ser y de estar en las circunstancias tomará presencia en el momento ineludible. Yo no elegí Ucrania, mi segunda matria hospitalaria, que me ha demostrado que el centro de Europa no queda tan lejos del Mediterráneo. Lo he ido descubriendo en esa geografía de gestos, palabras y caricias que conforman el mapa humano.

«A veces, la única forma de contemplar el dolor de los otros sin caer en la desesperación de nuestra impotencia es dándole forma, imprimiéndole un giro creativo, volviéndolo belleza»

La mayoría de nosotros no elegimos las guerras que enturbian nuestro presente, ni mucho menos aquella primavera de 2022 que iba a atravesarnos de arriba abajo como un tragaluz, al igual que ocurre siempre que los pasos nos conducen al lugar más confuso de nuestra mente. La incomprensión es un lugar oscurísimo. Un lunar que cierra tenebroso la posibilidad de esclarecimiento. Ahí surgió la llama de este libro, en la urgencia de practicar la ciencia de la paz, la paciencia de saber, sin que nos duela demasiado, que esta guerra, como todas las guerras, no puede decirse porque es inenarrable, excede nuestros límites de comprensión; es decir, nuestra capacidad lingüística de dibujar el mundo.

No se puede decir, no se puede comprender, pero sí se puede, y se debe, pensar. Este libro es la respuesta agradecida a la lección de resistencia que me siguen ofreciendo todas las ucranianas y todos los ucranianos que han venido a enseñarme, con su canto homérico de valentía que, a veces, la única forma de contemplar el dolor de los otros sin caer en la desesperación de nuestra impotencia es dándole forma, imprimiéndole un giro creativo, volviéndolo belleza. Y que el arte, la poesía, sí, son posibles después del horror de Bucha, son más necesarios que nunca.

«La guerra que en estas páginas he elegido contar no es una historia de buenos y malos. No podría serlo, la sabiduría silente de la geometría y de las leyes de la naturaleza me lo impiden»

Un fractal es un objeto geométrico fragmentado, tan quebrado que no puede ser descrito de forma unívoca y que se repite a diferente escala, generando copias desemejantes de lo mismo. Fractales de una guerra en primavera son fragmentos que surgieron mientras Svitlana y yo tomamos un té de Ceilán contemplando la silueta inmutable de los Alpes, el mismo té que se tomaba antes en las vidas normales de Moscú y de Kiev, hablando en ucraniano o en ruso según se diera el caso, sin sentir todavía la irritación de una lengua dividida. “La normalidad es un lujo”, me dijo ella, recién llegada de un país de atardeceres en búnkeres, puentes estallados, noches electrizadas de estruendos, destrucción y soldados dispuestos a perder la juventud, la vida y lo que se les pida. Se reflejan también en este relato, fractalmente, las historias que he ido desenterrando de las maletas cargadas de piedras que traen las mujeres exiliadas en su camino improvisado hacia la Paz.

Los copos de nieve son un ejemplo de fractales naturales. Se posan con la misma blancura en todos los hombros sin que medie el idioma, el pasaporte o el borde del mundo en donde van a deshacerse. La guerra que en estas páginas he elegido contar no es una historia de buenos y malos. No podría serlo, la sabiduría silente de la geometría y de las leyes de la naturaleza me lo impiden. En la consciencia de haber elegido, decido dar el testimonio de la derrota de inocentes cuyas vidas quedan en suspenso, suspendidas ya para siempre, a la espera de ser contadas y escuchadas con la atención y el respeto que se merecen.


Autora: Olga Amarís Duarte. Título: Fractales de una guerra en primavera. Editorial: Huso. Venta: Todos tus librosAmazonFnac y Casa del Libro.

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