Agencias
El vertido de petróleo ocurrido el sábado desde la refinería peruana de La Pampilla, operada por la empresa española Repsol, se ha extendido por al menos cuatro kilómetros de playas de Ventanilla. El accidente tuvo lugar, al parecer, como consecuencia del oleaje desencadenado por la erupción del volcán Tonga, en el océano Pacífico, alteraron el proceso de descarga de petróleo del buque Mare Dorium a la Refinería La Pampilla, produciéndose un derrame de unos 6.000 barrilles de crudo.
El crudo ya afectó a varias playas y áreas naturales protegidas en el municipio de Ventanilla, de la provincia del Callao, que está aledaña a Lima.
Al parecer, las altas mareas registradas en el litoral peruano, el pasado 15 de enero, producto de la erupción de un volcán submarino en Tonga (Polinesia),
«Ha pasado de ser un pequeño derrame a ser un desastre de proporciones», declaró este martes el alcalde de Ventanilla, Pedro Spadaro, mientras realizaba una supervisión en el lugar.
«Hay cuatro kilómetros de mar absolutamente negro, hay animales muertos que vuelven a las orillas, este es un atentado contra la ecología», resaltó la autoridad.
El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) informó en un comunicado que el vertido de petróleo ha afectado a la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras e Islotes de Pescadores y a la zona reservada de Ancón, balneario del norte de Lima.
El Sernanp desplegó una brigada personal para evaluar el alcance del derrame y se encuentra en estos momentos apoyando el rescate y limpieza de las aves contaminadas, principalmente de especies de aves guaneras como el pelícano peruano o el piquero de patas azules.
Por su parte, la entidad conservacionista española Oceana cuantifica el área afectada en 18.000 metros cuadrados de crudo derramado.
La primera ministra de Perú, Mirtha Vásquez, aseguró este miércoles que la marea negra se ha ido extendiendo porque la compañía española no tenía un plan de contingencia para su refinería de La Pampilla, no dio las correspondientes alertas cuando se inició el derrame y proporcionó desde el primer momento una información poco precisa.
Sin embargo, Vásquez reconoció que la Marina del país no alertó del tsunami que acabaría provocando el incidente.
“El derrame de petróleo de Repsol en Ventanilla (en la provincia del Callao) es el peor desastre ecológico ocurrido en Lima en los últimos tiempos, y ha ocasionado un grave perjuicio a cientos de familias de pescadores. Repsol debe resarcir este daño de manera inmediata”, ha afirmado el Ministerio de Relaciones Exteriores a través de la red social Twitter.
Repsol afirma que activó su plan de contingencia
Repsol, por su parte, ha defendido su forma de actuar ante el accidente. “Nosotros proactivamente llamamos a la Marina preguntando por alguna alerta de tsunami, pero nos dijeron que no había”, ha explicado la gerente de Comunicación y Relaciones Institucionales de Repsol Perú, Tine van den Wall Bake Rodríguez, en una entrevista para la cadena de radio RPP.
“A las 2:46 p.m. (hora local) hicimos el llamado y así proceder con la descarga y a las 5:18 p.m. llega este oleaje anómalo, el buque venía con más de 986 mil barriles y ya habíamos descargado algunos”, detalló. “Los cabos de estribor se rompieron y se aplicaron inmediatamente los protocolos y plan de contingencia. Llamamos a buzos y personal calificado para que supervisen la zona”.
La empresa española además ha reiterado este miércoles en un comunicado que está «ejecutando las labores de remediación del litoral costero y limpieza de playas luego de la situación generada por las altas mareas”.
El operativo incluye un despliegue de barreras de contención que cubren todas las zonas afectadas, así como brigadas con equipos especializados por mar y tierra en respuesta al desastre natural.
Repsol insistió en su comunicado que, desde el momento del accidente, activó su plan de contingencia, que comenzó con el cierre de las válvulas para detener el bombeo del petróleo desde el buque hasta las instalaciones de la refinería.
Luego, la compañía indicó que desplegó un equipo de buzos para determinar las posibles afectaciones al fondo submarino y extendió más de 2 mil 500 metros de barreras de contención que cubren las zonas detectadas hasta el momento.
La empresa también detalló que ha movilizado diez lanchas con brigadas de 50 personas que intentan recoger el crudo con succionadores y material absorbente.
Mientras, en tierra, la petrolera espera superar las 700 personas, divididas en cuadrillas para recoger y limpiar el petróleo que se deposita en la arena y en las rocas de las playas de Lima y Callao, como las de Cavero.
Repsol atribuye el origen del accidente a un “fenómeno imprevisible” para la empresa, como fue el citado tsunami.
A través de su cuenta de Twitter, el presidente de Perú, Pedro Castillo, condenó el desastre ambiental provocado por el derrame de petróleo de la refinería La Pampilla, propiedad de la empresa española Repsol, agregando que se les inició “acciones penales, civiles y administrativas” por los daños irreparables en la región norte de Lima, capital peruana.
“Condenamos el desastre ambiental provocado por la refinería La Pampilla, a cargo de Repsol. El daño ecológico en nuestro litoral es inadmisible. Desde el Estado, se han dispuesto las acciones penales, civiles y administrativas a fin de cautelar la soberanía y bienestar del país”, dijo el mandatario en uno de sus tweets y continuó sosteniendo que el país afronta “uno ecocidios más grandes”.