Usted es mi invitado, pero la verdad es mi madre
El proverbio ruso que da título a esta columna fue usado por el premier soviético Nikita Kruschev en una comida en Moscú con el vicepresidente estadounidense Richard Nixon, en julio de 1959. Kruschev quería apuntar así que él nunca evadía las preguntas difíciles. Nixon le reclamaba por qué las radios soviéticas habían aprobado la violencia […]