Juan Jesús Martínez Reyes
Según la crítica, el poema “Desolación” de Gabriela Mistral, es considerado como uno de los mejores de su poesía. Esta composición poética está cargada de congoja. El yo poético hace alusión a la noche con un sentido metafórico, pues desde esa perspectiva va trabajando los versos para dotarlos de esa atmósfera mustia.
El poema “Desolación” está compuesto de ocho estrofas, que poseen rima consonante. En esta poesía, la autora, maneja diversas figuras literarias como los de admiración y preguntas retóricas que le dan énfasis a las expresiones.
En la primera estrofa, hace referencia a los elementos de la naturaleza, como la bruma, el mar, la tierra, y la noche. La conjunción de los cuatros versos, confieren a esta sección, una atmósfera cargada de congoja. Así lo expresa la poeta en sus versos: La bruma, eterna, para que olvide dónde / me ha arrojado la mar en su ola de salmuera. / La tierra a la vine no tiene primavera: / tiene su noche larga que cual madre me esconde.
En la segunda parte, hace alusión al viento, otro elemento de la naturaleza, que cuando ulula, trae gritos y sollozos; es decir, que el viento representa el dolor que hay dentro de ella, cuando mira el ocaso. Tal como escribió: “El viento hace a mi casa su ronda de sollozos / y de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito. / Y en la llanura blanca, de horizonte infinito, / miro morir intensos ocasos dolorosos”.
En la tercera estrofa, la poetisa, a través de la pregunta retórica, nos habla sobre la muerte. Aquella que le arrebató a su madre, y debido a ello, es que siente una necesidad de afecto y de abrazarla como antes. Como se lee en el texto: “¿A quién podría llamar la que está aquí ha venido / si más lejos que ella solo fueron los muertos? / ¡Tan sólo ellos contemplan un mar callado y yerto / crecer entre sus brazos y los brazos queridos!”
En el cuarto fragmento, señala que los viajeros de las embarcaciones ignotas no saben de su martirio. Son extraños que llegan trayendo frutos, pero sin el mismo brillo con el que ella cultiva en su huerto. Así lo plasma en sus versos: “Los barcos cuyas velas blanquean en el puerto / vienen de tierras donde no están los que no son míos; / sus hombres de ojos claros no conocen mis ríos / y traen frutos pálidos, sin la luz de mis huertos”.
En la quinta estrofa, indica la incertidumbre que la embarga al no saber nada de su madre, pero sabe que ella está en un lugar mejor. Por eso, escribe: “Y la interrogación que sube a mi garganta / al mirarlos pasar, me desciende, vencida: / hablan extrañas lenguas y no la conmovida / lengua que en tierras de oro mi pobre madre canta”.
En la sexta sección, menciona otro elemento de la naturaleza, la nieve, que nos indica la temporada de invierno. Además, menciona la frase “noche larga”, señalando con ello, el dolor y el sufrimiento que aún vive en ella. Así se lee en sus versos: “Miro bajar la nieve como el polvo en la huesa; / miro crecer la niebla como el agonizante, / y por no enloquecer no encuentro los instantes, / porque la noche larga ahora tan solo empieza”.
En la séptima parte, en su conjunto hace alusión a la congoja, al duelo que persiste en el yo poético en esa temporada invernal. Así, la poeta afirma: “Miro el llano extasiado y recojo su duelo, / que viene para ver los paisajes mortales. / La nieve es el semblante que asoma a mis cristales: / ¡siempre será su albura bajando de los cielos!”
En la última estrofa, la poetisa, compara la mirada materna con la de Dios, pues trae el aroma de su presencia en su hogar. Siente que su madre está con ella en espíritu y llega para aliviar su dolor. Por eso, plasma: “Siempre ella, silenciosa, como la gran mirada / de Dios sobre mí; siempre su azahar sobre mi casa; / siempre, como el destino que ni mengua ni pasa, / descenderá a cubrirme, terrible y extasiada”.
En conclusión, podemos afirmar que el poema “Desolación” es la representación del dolor y la tristeza del yo poético, donde despliega un buen manejo estético del lenguaje y, que a través de la utilización de diversos recursos literarios, nos presenta la imagen de la madre ausente.