Redacción Inmediaciones
En la reunión extraordinaria de la ONU, que se realizó este martes, el secretario general de las Naciones Unidas, Luis Almagro, afirmó que en Bolivia no hubo un golpe de Estado ya que las protestas sociales se iniciaron ante el «enorme» fraude en las elecciones del 20 de octubre pasado.
Argumentó que, sólo se podría decir que hubo un golpe de estado, si se toma en cuenta que se trata de una forma ilegítima de acceder al poder, «en ese contexto sí hubo un golpe de estado, con el fraude electoral que daba el triunfo al ex presidente (Evo Morales) en primera vuelta».
Agregó que el Tribunal Supremo Electoral, al ratificar su triunfo, quiso «perpetuarlo» de forma ilegal. Que su objetivo «era quedarse en el poder, arrebatándolo de las peores formas. Era robarle la soberanía al pueblo, que antes le había dado poder, ese pueblo que no merecía ser engañado».
«No se le puede pedir a un pueblo que se deje robar una elección, que se deje robar la soberanía, que se deje robar el poder, ese pueblo fue en busca de la soberanía perdida».
De esta forma, justificó el inicio de las protestas en Bolivia y reiteró los resultados del trabajo de auditoría que realizó una misión de su organismo.
Asimismo, explicó que ni siquiera Morales se refirió a un golpe militar, como señalaron los representantes de algunos países, entre ellos México, Uruguay, Nicaragua y República Dominicana, que argumentaron que la dimisión de Morales se dio tras la petición de su renuncia de las Fuerzas Armadas, ya que el expresidente, en su carta de renuncia se refirió a un golpe «cívico-policial» y porque en el país aún «nadie tomó el poder» ý se busca una salida constitucional.
«Bolivia debe seguir su proceso. Este poder no ha sido tomado por nadie», dijo, y luego preguntó a los representantes: «¿Quién está a favor del fraude electoral, de que se robe unas elecciones. Eso es volver a las peores épocas del hemisferio, es condenable e inadmisible, es el horror de los horrores, el despropósito de los despropósitos».
Explicó que si bien hubo violencia en varias ciudades, las últimas tres semanas, fue más y en gran proporción la ejercida por personas afines al Gobierno, que era «el encargado de garantizar la paz social».
«La sangre está en las manos de aquellos que se robaron las elecciones», señaló.
Fraude generalizado
Almagro señaló que la transición hacia un nuevo periodo de Gobierno, con la convocatoria a elecciones, debe realizarse en el marco de la Constitución Política del Estado, para lo cual sugirió que sea la «Conferencia Episcopal la que llame a los actores políticos e instituciones para detener la violencia».
Ofreció, para todo este periodo de transición, el apoyo de Naciones Unidas y dijo que no le parece adecuado convocar a un gobierno interino con personalidades «notables», porque no hay unos mejores que otros y no está previsto en la Constitución.
Aprovechó para reiterar que la reelección de una autoridad no es un derecho humano, «lo hemos repetido los últimos cuatro años, nos hemos pronunciado en su contra y lo seguiremos haciendo».
Finalmente agradeció el trabajo de auditoría realizada por un equipo técnico y adelantó que, bajo la «argumentación irrefutable de los auditores, nos da la evidencia de un fraude generalizado en todas las etapas del proceso electoral».