Guía
ldiko Nassr – Argentina
Se baja del auto y le pide a una desconocida que le indique cómo llegar. Le brinda su celular con una ubicación que le han compartido y no sabe leer. No entiende tantas máquinas ni tecnologías. Quiere alguien que la mire, le responda y le indique con ademanes y señales adónde ir. Acaso, también, un abrazo o instrucciones para la vida.
Déjà vu
Virginia González Dorta – España
Se despertó para ir al entierro. Era jueves y no sabía con certeza quién había fallecido. Sólo recordaba el altavoz anunciando una muerte. Con prisa, se vistió, salió y pagó un café en el bar de la plaza. En ese momento el cortejo fúnebre iba por la calle.
Alcanzó a ver a su mujer, sus hijos, los hermanos, algunos sobrinos. Imposible que él fuera el muerto, llevaba enterrado más de diez años.
Gravedad
Jorge Larrea Mendieta – Bolivia
No saltó. La ciudad lo empujó. Treinta y tres pisos de silencio. En el aire, pensó en su madre, en el perro que nunca tuvo, en el poema que no escribió. El suelo lo esperaba como un amante. Pero cayó en el techo de un auto. El conductor gritó. Él abrió los ojos. Y dijo: “Todavía no.”
Caída libre
Patricia Dagatti – Argentina
Observa la ciudad desde su balcón. Apoyada en el borde, enciende otro cigarrillo. Después intentará dormir, piensa. Pero la voz del vacío, funesta consejera en noches de desaliento, la seduce. La convence. Entonces, enciende uno más. El último.
Batiendo alas
Carmen Nani – Argentina
Gabriela se sacude las plumas, pero no la tristeza. Sube al cuarto de sus hijos. Coloca un libro a medio leer en la biblioteca. Acomoda el portarretratos con ellos cuando eran niños. Mira las camas gemelas, intactas. Con el eco de la nostalgia cree escuchar las interminables conversaciones que mantenían hasta quedar dormidos. Levanta las plumas que han olvidado. Cierra la puerta. Baja las escaleras y se acurruca en su nido vacío.