En el largo periodo que concluye, el neopopulismo autoritario monopolizó la agenda publica nacional con la incorporación de temas a su antojo y su consideración en exclusiva.
Su estrategia contaba con la ayuda de la oposición parlamentaria en la que cada diputado o senador operaba como individuo aislado, no había forma de cohesionarlos en torno a un ideario común, su repudio al partido político coincidía con los intereses del autoritarismo que copó sin resistencia ideológica el mundo de las propuestas, vale decir, la iniciativa política provenía de un solo lado.
La idea que tiene Gramsci sobre la iniciativa política, es importante como interesante, señala que “…es la capacidad de un grupo social de dirigir la sociedad no solo por la fuerza, sino también a través del consenso y la dirección cultural.” la complementa afirmando que no solo es por el poder sino por el cambio a largo plazo sobre la base de alianzas y consensos.
El régimen autoritario del MAS, recurrió por dos décadas al uso de la fuerza para imponerse a la sociedad y articuló alianzas corporativas que asaltaron las arcas estatales y corrompieron el ejercicio de la función pública hasta sus cimientos
Con el proceso electoral reciente, se subvirtieron los planes de la dictadura que fue derrotada en las urnas y se produjo un cambio de era en la que se debe reconstruir la democracia. Esta labor histórica requiere que se instale en la agenda política nacional temas de significación sin distraer al ciudadano con menudencias y majaderías.
Para que esto suceda, los gobernantes y quienes están en la actividad política tienen la obligación de ser imaginativos y mirar un poco más allá de sus narices y salir de la especulación mediática que promueve popularidades atractivas infladoras de egos, pero que no conducen a nada importante excepto a convertir a sus protagonistas en tontos útiles de las aspiraciones de los residuos de los de antes.
El cronometro con el que los actores políticos miden el entramado coyuntural y de periodo es altamente complejo, las visiones son diferentes, unos, apuntan a tomar decisiones urgentes y rápidas con medidas de shock así la reacción popular sea de conflicto, otros, las postergan, argumentando que requieren de mayor reflexión con el fin de evitar la rebeldía ciudadana y, finalmente, hay quienes miden los tiempos en función a futuros eventos que les podría permitir una acumulación de fuerzas para frenar el colapso.
Todo apunta a que el gobierno ha elegido enfrentar la crisis progresivamente y esperar la realización de las elecciones subnacionales y locales, bajo el supuesto que lo que hace ahora no lo desgastará políticamente o si sucede será manejable, de tal manera que se retroalimentaría reordenando el tablero político con victorias en gobernaciones y alcaldías.
Esta podría ser una táctica aceptable como parte del juego del poder, porque un gobierno no consolidado, necesita de aliados que le den algo de musculatura y una articulación más coherente que lo sustente en el ejercicio del poder, empero ¿podrá sobrevivir en medio de la crisis irresuelta y en posición de espera? por lo visto, parecería que confían que las iniciativas parciales que han tomado convencerán al ciudadano y le darán oxigeno por unos meses ¿empero la gravedad de la crisis les otorgará el tiempo que requieren sin ser afectados en su gestión?
Que un gobierno al inicio no tenga una estrategia comunicacional es imperdonable, pues la ciudadanía espera que la toma de decisiones no solo sea comunicada sino internalizada en los sectores de la población, ello permitirá llegar a consensos necesarios sobre la base de propuestas y no de adscripciones a mesías.
Hasta ahora todo ha estado centrado en el presidente, que lleva sobre sus espaldas lo bueno y lo malo, su estrategia comunicacional es dispersa y carente de líneas sólidas, requiere de severos ajustes si quiere tener éxito, no es recomendable que él y su entorno se queden contentos con encuestas que lo ubican como el presidente más popular de sus homólogos en la región, esta es una medición precaria que puede cambiar de la noche a la mañana.
La iniciativa política gubernamental se ha focalizado en declaraciones presidenciales que, en su soledad, lo expone a todo tipo de agresiones al grado de que un tik tok puede ser más impactante que sus decisiones.
En la población se percibe molestia y cansancio por prácticas adjetivas o extorsivas que fueron normales en el pasado gobierno y que ahora deben ser erradicadas. La presencia de especuladores, chismosos o denunciantes irresponsables es inevitable, así es la democracia, la influencia que tienen en el ánimo de sectores lumpenizados acostumbrados a engordar su morbosidad no es nada despreciable y debe ser combatido.
El gobierno y los actores políticos tienen la obligación de contribuir a superar estas pautas culturales, con iniciativas de fondo que permitan a la ciudadanía debatir temas sustantivos.
El campo político está afectado y requiere ser llenado por visiones consistentes, los actores políticos en lugar de mostrar sus miserias y pequeñeces deberían reaccionar con grandeza y generosidad, dignificando la política, que a decir por Hannah Arendt “… es una actividad desinteresada que requiere de la participación de individuos diversos en un espacio de iguales, y se corrompe cuando se reduce a la gestión de intereses privados o a la aplicación de la violencia.”
No hay que descartar que la gestión pública sea nuevamente corrompida, hay ejemplos aislados de ello que emulan lo que hacían en el pasado los portavoces cínicos del terrorismo de estado, justificando sus tropelías a través de una profusa propaganda estatal en la que el abuso, el robo, el crimen, lo prosaico eran motivo de admiración y cuando no de imitación.
Esto debe cambiar con medidas fundadas en la razón y en la necesidad de estado de resolver la crisis heredada, los tiempos deben ser cuidadosamente cronogramados, combinando todos los factores que están presentes en el contexto.
Si el gobierno aprecia que lo que hace es en serio, tiene la obligación de tratar la agenda pública nacional con mayor cuidado y respeto, lo sucedido en 20 años con comportamientos vergonzantes, es más que suficiente, no podemos seguir en lo mismo.
Sucre, 30 de noviembre de 2025
