José Pastor González
Estas flores silvestres del campo
son las que sostienen el mundo
un mundo que se niega a desaparecer
las que se enfrentan
flor a flor
a la destrucción de un una forma de vivir y de mirar
de mirar directamente a los ojos
son las que pertenecen al pueblo a la infancia a las brujas a las curanderos a los jornaleros
son la supervivencia sin florituras
y sin palabras
pero son como las palabras que dan calor y color a un poema y a la vida
como las palabras que anotamos en los márgenes de los libros
son la ilusión con las que hicimos nuestro primer ramo de flores
-porque el dinero no nos daba para nada-
para regalar el día de los enamorados
a nuestro primer amor
al único que nunca olvidaremos
me quiere/no me quiere
son el olor de la gente que queremos
son el juego y la sorpresa
son la sabiduría y la cultura popular de hombres y mujeres que nombran las cosas con las palabras justas
son la celebración de la primavera de la revolución de la república de las fiestas populares
son las parias de la botánica y de el campo
las saboteadoras de las floristerías y los cañones
las clandestinas en el primer mundo
las malas de las películas
las revoltosas de la clase
la clase obrera
son la resistencia la sangre
son la fragilidad que nos hacen humanos
son el recuerdo de los muertos en las cunetas
de todos nuestros muertos
son los abrazos que nos damos
después de tanto tiempo sin vernos y sin hablarnos
son la flor de la vida
son la vida a flor de piel
y las risas
y las lágrimas
que nos mantienen vivos