Para cualquier persona que observa la realidad socio-política de un país, corre el riesgo de caer en la subjetividad o no ser asertivo en la interpretación de lo observado, a pesar del riesgo es necesario escribir la percepción de esa persona (YO); Bolivia esta entrando en una etapa política relevante, porque en las próxima elecciones es posible que después de más de 20 años llegue al poder ejecutivo un candidato que se distancia del MAS en todo sentido; además de elegir al presidente en las elecciones del 17 de agosto del 2025, también se eligen a los legisladores que según las estimaciones, el poder legislativo estará atomizada en más de cuatro fuerzas políticas, obligando al futuro presidente a comenzar un diálogo político para poder gobernar, entrando Bolivia en una transición de posible madurez política.
Partiendo de lo anterior, para generar las condiciones necesarias para esa madurez los actores políticos especialmente los legisladores y el presidente, deben tener una madurez que se traduce en entender que: todas las fuerzas políticas son necesarias para construir a Bolivia, que el adversario político sigue siendo persona-ciudadano por ende, las minorías deben ser respetadas y tomadas en cuenta en las decisiones transcendentales; así mismo, aceptar que en todo dialogo se inicia una negociación donde los fanatismos sobran, que toca perder para el partido, pero se gana para toda Bolivia.
Por último, el proceso de madurez en la política-partidista es complejo pero posible, es allí donde los ciudadanos que elegirán al presidente y a los legisladores, les hagan recuerdo que se deben poner de acuerdo en lo mínimo para la gobernancia de Bolivia; también de ellos depende en gran medida que se avance para salir de la situación agobiante que se vive; sino tendrán gran responsabilidad, sin importar al partido político que pertenezcan que Bolivia caiga más a fondo…
Ronald Valera es Filosofo
