Sea, pues, la fruta de la discordia. Adán peca por Eva con ella; Blanca Nieves perece parcialmente por la misma mordida. Ahora, contemporánea la historia y sollozante, el vice boliviano, exacadémico y notable fraudulento, la masca, supuestamente mastica, y se la pasa a un mudo -pobre mudo-, extra gratuito de esta historia.
En primer lugar, si un hombre público guarda un resto de decencia, donde fuere, incluso en el hoyo nefando que nos recuerda lo poco que somos, no se presenta en público con acción semejante. Cansados ya de parodias, por qué tenemos que sufrir pelotudeces así. Ya ni hablamos de fruto del pecado, hablamos de un mísero objeto, de belleza natural igual que el lisiado, al que se utiliza con detestables fines, y al que se le quita lo mucho o poco que haya tenido de grande y precioso en sí. Todo por la vanidad de un miserable individuo, excelso pedigüeño, que juega con el rostro compungido a hacer creer su hombría de bien. Si alguien le cree, que muchos ladran por allí como licaones salvajes, allá ellos con sus procesos y sus cambios, pero que no mezclen al resto con burdas expresiones del peor arte, con pruebas inequívocas de la escasa inteligencia y el nulo razonamiento de quien se ofrece en venta como el filósofo del siglo XXI, siglo recién empezado y ya destruido por esa sarta de comerciantes kamikazes que se vistieron de Marx y lloraron como Cristo. Traten al menos de rotularse como del siglo XXII. Quizá les surta.
Casi lloré al ver cómo se alejaba el “político” luego de su acto piadoso. Carajo, vale un Nóbel, tirar por la borda al doctor King y al irascible Mahatma. En este país, todavía soleado a pesar de las sombras, el Primero y el Segundo parecen madonnas locales, no por lo bellas que discrepamos allí en cuanto a estética, sino por lo flagelantes, sollozantes, traviesas e inocentes que son. Mater dolorosa primera y Mater dolorosa segunda. ¿Error, que quise decir dolosas?
Bueno, valga la aclaración que los 100 pesos supuestamente entregados pertenecen al pueblo y solo sería una devolución. O, si es el caso que García los quitó de su salario, estamos jodidos porque en casa pasarán hambre (pobres son los dos, urgente anotar). Kermesse, por favor, en la plaza Murillo, para que los mandamases tengan moneditas para pagarse el café. No es justo, para nada, que luego de inmenso sacrificio nuestros lujosos y lujuriosos líderes tengan que ajustarse los pantalones de sastre y oír gruñidos de estómago hambriento. Colecta ya, que falta una manzana en palacio.