Jorge Lizarraga Torrico
Sin duda, este ultimo mes previo a las elecciones nacionales, se viste de un color “esperanza”.
Esperanza de unidad, cambio, progreso y continuidad de crecimiento.
Sin duda, también es oportunidad para que lejos de mirar atrás y criticar para sacar créditos, más bien miremos todos juntos hacia el norte y vislumbremos un país mejor, construyendo.
Con una sanidad mejor, una educación mejor y con una economía cada vez mejor.
Sin duda, es necesario un cambio de la elite política al interior del Estado y a partir de ello encontrar espacios de concertación, dialogo, debate y aprobaciones del carácter que deban ser (ejecutivo, legislativo, autonómico, judicial).
Los decretos, las leyes y los fallos que se emitan, deben conciliar tan solo un anhelo “el respeto al ser humano y el respeto a la naturaleza y su riqueza” y el cumplimiento de la CPE.
Sin duda, nos encontramos frente a un país fracturado, con ilusiones quebradas y con una incógnita única de lo que vendrá.
Mejores tiempos siempre salen después de la tormenta, y la luz siempre al final de todo túnel como siempre una respuesta a una pregunta, lo importante es jamás sentirse derrotado y menos humillado, o como dicen “hacer todo sin que nada te pese mañana”.
Sin duda, existen muchos profesionales de gran valida que seguramente estarán dispuestos a mirar también hacia adelante y trabajar por la patria.
Colores políticos con efervescencia en el ambiente técnico nunca es positivo más siempre improductivo, aun así, es momento de una verdadera institucionalidad y es momento de creer en nosotros mismos.
Sin duda, la experiencia de los últimos anos debe permitirnos no solo rescatar al mejor perfil, y hoy al mejor profesional también, sino construir un verdadero sentimiento, el sentimiento de ser boliviano aun nuestras diferencias culturales y aun así ponderar y rescatar la institucionalidad verdadera y a partir de ello construir Patria.
Izquierdismos y derechismos, socialismos como capitalismos, republicamos como plurinacionales, todos por un país mejor somos y debemos ser capaces de la toma de decisiones cruciales para los próximos 20 años, y si ello implica reconocer bondades y cambiar males es momento de actuar, “si no se empieza hoy no será nunca”.
Sin duda, los actos de corrupción, el uso indebido de bienes e influencia, la falta de transparencia y el acaparamiento sistemático del Estado, debe cambiar en su forma y fondo, y por tal es indudable la necesidad de concertar y creer en nosotros mismos.
Creer en nosotros mismos no implica reconocer que somos los mejores, creer en nosotros mismos tampoco implica deshacer por querer hacer algo propio, creer en nosotros mismos sin duda es demostrar quienes somos y que queremos, y por ende creer en nosotros no es más ni menos que querernos a nosotros mismos.
Sin duda unos tienen la razón, como también los otros deben tener su versión, no obstante esa apreciación, es deber nuestro tener paciencia y esperar el pronunciamiento de quien en derecho y justica deba pronunciarse.
Sin embargo y esta premisa, no habrá que bajar los brazos hasta que se limpie al menos la mitad de todo lo corrompido.
Sin duda, es momento de cambiar nuestra realidad, nuestro modo de ver lo simple que es la vida, y actuar en consecuencia.
Mientras MAS CREEMOS en que JUNTOS somos una COMUNIDAD CIUDADANA fuerte y sólida y amante de nuestra tierra, confirmamos ACHI que es momento en que sobre la MESA pongamos TUTO cuanto esté en nuestras manos, y en consecuencia, sentirnos seguros de que por fin y sin duda seremos un país mejor.
Si el compromiso fuera de actuar con conciencia, voluntad y sobre todo convicción de país, muchos seriamos los primeros en decir “pongámonos manos a la obra”
