“Cavar la propia tumba”
Es ciertamente de mal gusto comenzar un texto con alusiones a la muerte, sin embargo, voy a solicitar al lector me conceda la licencia para explicar el “porqué” de la alusión a la macabra figura, en el tercer párrafo de este texto.
Aunque, la gran mayoría de los probables lectores saben lo que se quiere decir con la palabra “viejismos”, sólo para “rayar la cancha” y ponernos de acuerdo en una definición conceptual del tema, incluyo, una definición breve y clara de “los viejismos”: “El concepto VIEJISMO se define como “el conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a las personas mayores exclusivamente en función de su edad”.
Lo particular y peligroso de los viejismos, como conjunto de prejuicios y estereotipos aplicados a las PAM es que, más temprano que tarde, nos van a identificar a todos y a cada uno de los que ahora, y por muy poco tiempo, somos todavía jóvenes, niños o adolescentes. No sucede lo mismo con los racismos. Una persona que nace “blanca”, va a serlo hasta su muerte. Confiada en eso puede discriminar a personas de otras identidades étnicas o raciales. Cabe aclarar que ese hecho no le da legitimidad alguna. No justifica el racismo, sólo lo explica.
La particularidad de los viejismos es que somos verdugos y víctimas. Nos estamos haciendo víctimas de prejuicios, estereotipos y discriminación a nosotros mismos, en nuestra calidad de humanos. Lo peor de todo es que ello nos lleva a la desesperación tratando de detener el paso del tiempo, postergar, negar, envilecer y proscribir al envejecimiento. A nuestro propio envejecimiento.
Estamos cavando nuestras propias tumbas.
