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Venezuela: de fisura a profundo agujero

Lo sucedido el día 30 de abril en Venezuela marca un punto de inflexión a partir del cual en Sudamérica se consolida la primera  república  socialista o se constituye en el principio del fin de un sistema ideológico y de gobierno que tiene en Cuba su principal mentor y modelo. Para entender lo que se viene es preciso analizar el contexto que se vive en el país sudamericano desde que el 23 de enero de este año asumió la presidencia constitucional Juan Guaidó, ante el vacío de poder dejado por un presidente no electo democráticamente, según establece la Constitución bolivariana.

Según informes de la OEA, desde enero hasta mayo de este año se tiene contabilizados 55 muertos civiles como resultado  de la represión en movilizaciones y manifestaciones contra el gobierno usurpador, así lo llaman en Venezuela al régimen que preside Nicolás Maduro. Sólo entre el 30 de abril y el 1 de mayo han sido asesinados cinco ciudadanos, entre ellos un niño de cinco años. La cantidad de muertos que se ha dado en estos cuatro meses no toma en cuenta los miles de ajusticiamientos que hacen los colectivos ciudadanos (grupos paramilitares que defienden al régimen), ni los más de 28 asesinatos que se dan por diversos actos de inseguridad ciudadana.

La conducción de Juan Guaidó se ha ido consolidando con el tiempo y ha demostrado, a pesar de sus apenas 35 años, tener la capacidad, moral y carácter  para conducir un proceso de transición tan complejo como el venezolano. Es admirable la  fuerza, humildad, carisma, empatía y convicción que transmite a sus millones de seguidores que asisten a cada una de sus convocatorias. Con Guaidó, la oposición venezolana, tan dividida y debilitada después de 19 años de gobierno socialista, encontró el factor de unidad  y la posibilidad de impulsar una estrategia de largo plazo que abarque el ámbito nacional e internacional. Hoy más de 55 países reconocen a Guaidó como legítimo Presidente de Venezuela.

Según medios de prensa y el propio Leopoldo López, que hoy se encuentra hospedado (no en calidad de exiliado), desde hace meses se viene negociando con sectores militares la salida de Maduro. Los acontecimientos de la Operación Libertad del 30 de abril fueron negociados y concertados, con el liderazgo del general  Vladimir Padrino López, con varios militares del entorno cercano a Maduro y el gobierno ruso. 

La evidencia de que hubo estas negociaciones las deja traslucir el propio Padrino López, el día jueves 2 de mayo, en un acto de lealtad militar convocado por Maduro y en el que, una vez abortada la Operación Libertad, Padrino declara lo siguiente: “Da mucha indignación por dentro que pretenden romper con el honor militar, que es lo más sagrado que tiene el soldado, es que me vengan a comprar con una oferta engañosa, estúpida, ridícula”.

¿Por qué Padrino López no estuvo a las seis de la mañana del día 30  de abril para encontrarse con Juan Guaidó y dirigirse a tomar la base aérea La Carlota? Según medios de prensa, los servicios de inteligencia cubanos (G2) interceptaron al final parte de la conspiración que se hacía toda en idioma inglés, alertaron a Maduro y a los rusos, que ya habían enviado el avión para trasladar a Maduro y su familia a República Dominicana, a una villa privada comprada por el dictador por más de ocho millones de dólares.

La acción rebelde es descubierta y se provoca su aborto. ¿Cómo? Padrino López, horas antes de la rebelión, cambia los acuerdos y plantea que la presidencia interina no la ejerza Guaidó, sino él mismo y que vería el momento adecuado para convocar las elecciones. Esta petición que pateaba el tablero no llega como información a todos los involucrados, que ya se hallaban compartimentados y listos para actuar. Por eso, Guaidó, a las  5:45 del 30 de abril, firma el indulto a Leopoldo López y el SEBIN lo libera.

Junto a varios militares se dirigen al puente que lleva a la base aérea de La Carlota. Esperan a Padrino López, que jamás aparece. La idea era que hasta las ocho de la mañana, una vez tomada la base aérea, más de 12 unidades militares se sumarían y que el equipo de seguridad presidencial tomaría preso a Maduro para llevarlo al avión y éste huya, según los acuerdos. Pero a las ocho nada de eso ocurrió. Tomarían largas horas hasta que retorne la calma en los círculos del poder de Maduro.

Sin embargo, hoy, más que nunca, el poder de Maduro está fisurado por la traición y nada impedirá que esa fisura se convierta en un profundo agujero que termine por romper a la dictadura. Los días están contados para que Venezuela retorne a ser un país libre.

 Ivan Arias Durán es ciudadano de la República de Bolivia.

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