Indudablemente los años transcurren y de algo podemos estar seguros: la vejez nos llegará. Ahora la cuestión que es pertinente es si en nuestro país el servicio y la protección que se brinda a las personas de la tercera edad son de calidad…
A pesar de que hace poco, en junio de la gestión 2022, se llevó a cabo la XVI Sesión Ordinaria del Concejo de Coordinación Sectorial “Por una Vejez Digna”, en conmemoración del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, misma que fue convocada por el Ministerio de Justicia en la cual se aprobó el Modelo de Reglamento de Trato Preferente para Personas Adulto Mayores en Establecimientos de Salud, vemos en las calles, instituciones públicas y centros de esparcimiento y de ocio que nuestra realidad es muy diferente a todo lo que estipula la ley en lo referido a una vejez digna.
Partiendo de que una persona de la tercera edad se debe adaptar en una sociedad en la que existe una clara discriminación hacia los ancianos que se encuentran en estado de vulnerabilidad con un trato por demás descortés y hasta abusivo, pues hasta en los hospitales y seguros médicos aún se ve que para ser atendido por un médico se debe obtener ficha de atención y que para conseguir esta ficha se deba hacer colas desde horas de madrugada lo cual, teniendo en cuenta todo eso, decimos, es inadmisible que con el avance tecnológico este no favorezca a una mejor atención y protección a los adultos mayores.
El cobro de la Renta Dignidad, otorgada por el gobierno, es una pensión vitalicia a partir de los 60 años; el monto de 250 bolivianos es mínimo, ya que no cubre los servicios básicos en caso de que una persona viva sola tomando en cuenta que no se tiene el seguro médico, y si bien tenemos el seguro universal ASSUS, este es demasiado burocrático y volvemos a lo mencionado: para ser atendido se requiere obtener una ficha… ¿Y qué pasa con aquellas personas que justamente por motivos de salud no pueden ir y hacer estas colas?, pues acostumbrarse al dolor u optar por medicinas tradicionales o naturistas que en alguna medida mitigan el dolor del cuerpo no es seguro.
Para que un adulto mayor pueda no sentirse relegado de la sociedad, ya que la agilidad y el dinamismo no son los mismos que en la juventud o edad adulta, los gobernantes debieran preocuparse por proporcionar lugares tranquilos de ocio para desarrollar distintas actividades que ayudan también a una buena salud y mantener la vitalidad mental y física para una mejor calidad de vida.
Muchos ancianos en nuestro país son abandonados por sus propios hijos, quienes bien podrían solicitar a los hijos una asistencia familiar para el sustento, pero como el sistema judicial en nuestro país es tan deficiente y la economía no marcha bien, la poca renta que tienen gastar en abogados y gastos judiciales se termina rápido.
Recordemos que los adultos mayores un día fueron jóvenes y en buena medida es gracias a ellos que la sociedad cuenta con sabiduría y experiencia; es por ellos que nosotros existimos; también es por ellos que caminaremos por el sendero bueno de la vida…
