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“Transmedia es una palabra muy rimbombante, pero se usa de forma errónea”

 Víctor Suárez Saa

Una historia como punto de partida para desarrollar relatos secundarios a través de múltiples plataformas y medios (vídeos, apps, juegos, NFC…). Así se podría definir la narrativa transmedia, que aprovecha la multicanalidad que ofrecen el soporte web y los diferentes dispositivos de uso cotidiano para incluir la participación de la audiencia en su desarrollo.

“Lo transmedia se presenta como un modelo innovador que se adapta a las necesidades del público actual, que no solo exige entretenerse con una historia, sino vivirla y experimentarla en todos los sentidos posibles”, así lo explica Inés Quintanar, reciente premio San Francisco de Sales de la Universidad San Pablo CEU por su investigación sobre el transmedia en el mundo de la ficción, así como la creación y desarrollo de ‘Hiperión’, una webserie precisamente escrita y pensada para esta narrativa.

Hasta ahora, según Quintanar, la mayoría de los experimentos transmediales han surgido de forma accidental a raíz de la demanda popular y el éxito cosechado de un producto audiovisual. “Los autores adaptan las historias originales, basadas en un arquetipo narrativo tradicional, para así contentar al público y cubrir sus necesidades. Sin embargo, resulta complicado encontrar narrativas transmediales creadas de forma intencionada desde su origen”.

Sin historia y sin fans no hay transmedia

“Transmedia”, explica Quintanar, “es una palabra muy rimbombante, que queda bien, pero actualmente se usa en circunstancias y proyectos de forma errónea. Tanto los propios creadores de contenido como la audiencia en general piensa que transmedia es todo proyecto que lleva su narrativa más allá de su plataforma de origen, y no es así. Según mis investigaciones, la definición de transmedia se asemeja mucho a la del estudioso Carlos Scolari, que aclara que es un tipo de relato donde la historia se despliega a través de múltiples medios y plataformas de comunicación, y en el cual una parte de los consumidores asume un rol activo en ese proceso de expansión”. Según la experta, esta última parte, la de incluir a los consumidores de la serie en el desarrollo narrativo, es crucial para que haya transmedia.

Por mucho transmedia y multiplataforma que metas a una historia nunca funcionará si lo que cuenta esa historia no interesa

La dificultad añadida de los proyectos transmedia, es, según Quintanar, saber encontrar el equilibrio entre las ideas de origen en la historia y las que se añaden por parte de los consumidores y fans de la serie. “Eso sí, por mucho transmedia y multiplataforma que metas a una historia nunca funcionará si lo que cuenta esa historia no interesa. Tienes que partir de una buena base, que genere interés y que enganche. Cada proyecto transmedia es único y los creadores deben conocer bien tanto su mundo narrativo como a sus fans para poder conectar mejor con ellos a través de la narrativa troncal y sus ramificaciones transmediales. Solo así se consigue el fenómeno fan y que estos creen contenido por su cuenta. Si eso se consigue, la magia del transmedia es imparable”.

Por otro lado, concreta Quintanar, los proyectos transmedia son demasiado complejos como para improvisar sobre la marcha y sacar cosas de la noche a la mañana. “Cuando un fan habla con un personaje de la historia por Whatsapp da sensación de inmediatez, pero en realidad hay toda una telaraña narrativa construida alrededor de esa conversación, supervisada por los creadores, los técnicos, los productores…”.

Harry Potter es un gran ejemplo de franquicia convertida en transmedia.

Y aunque lo transmedia tenga que estar meticulosamente planeado por los creadores con anterioridad, tiene que surgir de forma natural. “Harry Potter es un gran ejemplo de franquicia convertida en transmedia”, explica Quintanar. “Empezó con los libros, las películas… el mundo narrativo empezó a crecer en forma de multiplataforma. Sin embargo, los fans del joven Potter, obnubilados por la magia de Howarts, quisieron ir más allá. Crearon una página web que simulaba el periódico de Howarts, inventaba noticias, historias del mundo narrativo de Harry Potter. Tanto J.K. Rowling como la Warner quedaron sorprendidos. Su primera reacción fue de rechazo, pero pronto se percataron del poder de este contenido y lo asumieron como oficial de la saga. Hoy en día hay cientos de plataformas transmedia sobre Harry Potter, algunas creadas íntegramente por fans y otras creadas a partir del fenómeno fan por parte de la Warner”.

Actualmente se habla de más de 10 fuentes distintas para generar o encuadrar el contenido (vídeos, web, apps, juegos, NFC, infografías…), “pero lo bueno de los proyectos transmedia es que acaban de empezar, por lo que hay cabida a la experimentación. No hay límites”.

Transmedia en el mercado español

Analizando este entorno en el mercado español, Inés Quintanar señala que “la primera serie transmedia o más bien, que empezó a incluir elementos transmedia, fue Águila Roja y luego le siguieron los hermanos Olivares con El Ministerio del Tiempo, que es hoy en día el producto transmedial español por excelencia. Su base narrativa es el vídeo y comenzó a tener éxito porque la historia troncal funciona, después empezaron a crear ramificaciones del mismo mundo narrativo: radiopodcast, aplicaciones, páginas web…”.

Para Quintanar, estas alternativas que conforman un mismo mundo narrativo se pueden considerar como elementos transmediales, “pero no convierten al Ministerio del Tiempo en una serie trasmedia, aún”, matiza. “Sin embargo, a partir del final de la primera temporada pasó algo que cambiaría la dinámica del proyecto: incluyeron prosumidores. Es decir, consumidores de la serie que, al mismo tiempo, crean contenido de esta y se integra oficialmente en el mundo narrativo de la serie. Por ejemplo, crearon un grupo de Whatsapp en el que los espectadores se ponían en contacto de forma directa con los personajes de la serie y tenían que resolver un misterio, que luego a su vez formó parte de una historia cómic que se publicó en Internet, disponible para toda la audiencia”.

Por otra parte, “tenemos el que, según mis investigaciones considero como primer proyecto transmedia low cost (este sí, distribuido por Internet): “El Cosmonauta”, que fue financiado a través de crowfunding y le fue bien, aunque luego no tuvo mucha repercusión”, comenta.

Hiperión, la webserie transmedia

En este escenario llega el proyecto ‘Hiperión’, “una historia humana, con la que es fácil identificarse; cuenta historias entre padres e hijos, habla sobre corrupción, amor, sacrificio… creo que todos podemos identificarnos con eso”. Tras recibir el premio, y con el capítulo piloto ya realizado, ahora toca encontrar financiación y dar a conocer el proyecto a conocer a través de festivales de series. “Lo que toca”, concluye Quintanar, “es aprender de los mejores en beneficio de la serie y seguir avanzando. Esto no termina aquí; acaba de empezar”.

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