Maurizio Bagatin
Todo es interpretación. Aunque vaya muriéndose la verdad, siempre queda lo real. Para la verdad es un desafío cotidiano, frente al nonsense y a la estupidez de nuestra especie.
En una novela se puede homenajear a la palabra, y a través de la literatura se va reconociendo la imperfección de los seres humanos.
La novela de Cynthia Rimsky ofrece 5 frases para “explicar” la realidad, en un intento que casi toda escritura moderna ofrece a diario:
1- Hay personas que pasan por esta vida como zombis y nunca se cruzan con alguien que les abra los ojos. Yo tuve a Ovidio.
2- Al cabo de poner cinco parches en un día un plomero no tiene una sola historia que contar. En vez de compartir la experiencia común del tedio, prefieren repetir los relatos de la corrupción que ocurren en otras provincias donde no viven, en Corea o en Kuwait.
3- Una de las cosas que aprendí a su lado es que el trabajo de un artista no es su obra. La manera en la que viven produce la obra.
4- Del otro lado me espera una sorpresa mayor. En vez de las cinco camionetas que los plomeros usan para atender clientes, hay un Porsche negro, nuevo, que brilla como un diamante. Saco del bolsillo el control automático que encontré en el asiento de la oficina del hijo mayor de ventura; mito el símbolo de la marca, los dos candados, y presiono la tecla del que abre.
5- Miro en todas direcciones pero es imposible separar a la multitud en individuos.
El dominio del capitalismo y el tiempo inmóvil de nuestra época hacen el resto. La escritura hace el trabajo de testimonio, hasta alcanzar con la Literatura la utopía del lenguaje.
