Homero Carvalho Oliva
La literatura no se aprende en la universidad, sino leyendo y leyendo a otros escritores. Gabriel García Márquez
Cuando un escritor es capaz de reconocer el valor de sus colegas, es que ha comprendido que somos parte de un oficio mayor: la literatura, un espacio tiempo que es generoso con todos los que realmente aman la palabra para comunicarse; es un autor que, como afirma Joaquín Xirau, ha llegado al entendimiento de que: “La literatura, como el arte, es una de las formas más altas de conciencia, es una forma de conocimiento y de autorreconocimiento”.
Ese es el caso de la escritora y poeta boliviana Angélica Guzmán Reque quien, desde hace algún tiempo, además de sus novelas, cuentos y sus libros de literatura infantil, nos viene ofreciendo eruditas reseñas sobre valiosos libros y autores, textos en los que nos va descubriendo que la literatura es revelación e iluminación; reseñas que la han convertido en una de las escritoras más leídas en las revistas digitales.
Ahora, Angélica nos trae un libro singular: Meditaciones: Juego con palabras y emociones, textos breves escritos como Semblanzas poéticas acerca de célebres escritores, así como personajes de la literatura y algunos libros que nos marcaron por su calidad y trascendencia.
El libro, además de ser un homenaje a las preferencias literarias universales de esta extraordinaria escritora que escribe cuentos infantiles, novelas y poemas, es la constatación de que ha llegado a la madurez de su estilo literario, caracterizado por la elegancia y depuración de sus oraciones, que alcanzan profundos hitos poéticos. Este pequeño gran volumen contiene la cosmovisión literaria de Angélica y su concepción de la función poética de los mundos individuales y de los personajes creados por escritoras y escritores a lo largo de nuestra historia, que empieza, como sabemos, con la invención de la escritura.
En breves reseñas, tanto biográficas como literarias, podemos valorar la opinión de Angélica con respecto a escritores clásicos y algunos del Boom latinoamericano que enriquecieron la literatura universal. Su amor por la literatura infantil, de la que es una de las mejores exponentes nacionales, la llevaron a incluir a algunos de los más inolvidables personajes de este género, prodigio de la imaginación y la fantasía, que nos enseñan a amar la lectura.
Meditaciones: Juego con palabras y emociones, tiene, además otro plus: las hermosas ilustraciones de Andrés Alejandro Rocabado Guzmán, que hacen de este libro una joya bibliográfica que será imprescindible en nuestras bibliotecas.