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Rusia y occidente

Huáscar Sandoval Bauer

Hoy nos desayunamos con una guerra ya avisada. Las redes sociales explotaron en una vorágine de analistas, opinadores, expertos, o simplemente ciudadanos preocupados. Las cadenas internacionales de noticias no dan tregua en una guerra aparte de información y desinformación, el péndulo va desde la rusofobia hasta la rusofilia, en fin. Cuando nuestras pasiones y creencias entran en juego es muy difícil analizar serenamente la situación.

No se si los rusos se sienten europeos o los europeos los consideran así a los rusos, me temo que no. “Los rusos nunca han tenido claro su lugar en Europa, y esa ambivalencia es un aspecto importante de su historia e identidad culturales. Al vivir en los confines del continente, nunca han sabido realmente si su destino se hallaba en él. ¿Pertenecen a occidente o a oriente? Ese sentimiento de ambivalencia e inseguridad, de envidia y resentimiento hacia Europa ha caracterizado la conciencia nacional rusa durante mucho tiempo, y aun sigue haciéndolo en la actualidad”. (Figes O., «Rusia y Europa», en La búsqueda de Europa. Visiones en contraste, Madrid, BBVA, 2015.) Muy interesante artículo, lo recomiendo.

“Rusia no solo está en Europa, sino también en Asia. Hemos de desterrar ese miedo servil a que Europa nos llame bárbaros asiáticos y decir que somos más asiáticos que europeos. Esa equivocada visión de nosotros mismos como exclusivamente europeos y no asiáticos (algo que nunca hemos dejado de ser) nos ha costado muy cara a lo largo de estos dos siglos, y hemos pagado por ello con la pérdida de nuestra independencia espiritual. Resulta difícil para nosotros apartarnos de nuestra ventana a Europa, pero ese es nuestro destino… Cuando volvamos la vista hacia Asia, con nuestro nuevo concepto de ella, es posible que nos ocurra algo parecido a lo que le sucedió a Europa cuando se descubrió América. Pues, en verdad, Asia para nosotros es esa misma América que aún no hemos descubierto. Con nuestro salto a Asia, nuestro espíritu y nuestra fuerza resurgirán de nuevo… En Europa éramos rémoras y esclavos, mientras que en Asia seremos los amos. En Europa éramos tártaros, mientras que en Asia podemos ser europeos.” Este texto escrito por Dostoievski en 1881 retrata muy bien la vocación oriental de Rusia.

He dado todo este rodeo para intentar explicar mi punto de vista, no es fácil hacerlo en un texto breve. Veamos:

Mas allá de los antecedentes históricos del siglo pasado, del hundimiento de la URSS, del triunfo de la OTAN sobre el Pacto de Varsovia, de la repartija del mundo después de la segunda guerra mundial, etc. Subyace un conflicto mas profundo, un conflicto que se remonta a la noche de los tiempos, un choque de civilizaciones. La idea no es nueva, ya fue expuesta por Samuel Huntington en 1993.

El primer conflicto, del cual tenemos noticia, entre oriente y occidente fue La guerra de Troya. Los troyanos representan oriente y los griegos occidente. Lo de la bella Helena fue un pretexto, como lo es ahora Ucrania. Imagino que el verdadero motivo fue el control de las rutas comerciales del Asia Menor. No nos olvidemos que este conflicto sucedió en la edad de bronce y el comercio comenzaba a ser importante para el poderío y la riqueza de las naciones.

Otro conflicto importante fueron las guerras médicas. En dichas guerras el poderoso imperio Aqueménida de Persia se lanzo con furia contra las ciudades estado griegas. Podríamos decir que fueron unas guerras entre el misticismo asiático y el racionalismo griego. El conflicto se saldó con la destrucción completa del imperio persa a manos de Alejandro. ¿Se saldo?

Y así podríamos seguir enumerando conflictos entre oriente y occidente, por ejemplo, las cruzadas, o las hordas mongolas que se detuvieron y dieron marcha atrás, en las puertas de Europa, por la muerte del gran Gengis Khan. Pero no es esa la intención, solo pretendo graficar un poco el meollo del asunto y no hacer muy larga esta vaina.

El punto es que, considero, el tema de Ucrania, un capítulo más en esta historia de permanente conflicto entre oriente y occidente. Lo grave, para Europa, es que esta sucediendo a sus puertas. Ya no es en Siria, o en Irak o Afganistán, ni siquiera en África. La guerra les está tocando las puertas.

Europa como heredera de la civilización greco-latina, o judeo-cristiana, como quieran, al final es lo mismo, se muestra cansada, decadente, hasta ingenua, incapaz de defenderse a si misma, incapaz de defender los valores y principios que hacen a occidente. Europa, quizás por su mala conciencia, se achancho.

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