Democracia es el “gobierno del pueblo”. En él toma las decisiones de interés público la ciudadanía. Mediante los órganos del estado. Ejerciendo poder.
“Poder”. Vocablo de connotación negativa. Sí. Implica subordinación, de mando y obediencia. Jerarquía, verticalidad. Se opone a “libertad”, cualidad inherente a la dignidad humana por la cual la persona decide y actúa, sin someterse a poder alguno.
Los amantes de la libertad por excelencia, los anarquistas, teniendo cada uno su anarquismo como dijo Rafael Barrett, coinciden en la lucha contra el poder, en cualquier forma y ámbito que se manifieste. En defensa de la libertad. Así se funda el derrotero libertario en su verdadera, amplia y profunda esencia. Superando al liberalismo. Se hace utopía, sucesión interminable de “Nuevos Horizontes”, como el nombre del Conjunto Teatral fundado en Tupiza por Líber Forti, padre del teatro moderno boliviano y asesor cultural de la FSTMB.
El “poder” tiene presencia efectiva en la vida de relación de los humanos. Desde su emergencia en la tierra. Con raíz instintiva y derivación vocacional. Igual que su opuesto, la libertad. Radicada en el instinto, es una opción para los humanos. Si la toman, se deciden a combatir. Y el enfrentamiento es, precisamente, con el poder que la niega. Como fue desde tiempos antiguos, cuando los esclavos hicieron verdaderas guerras. Importantes, como las tres “guerras serviles”. La más recordada entre ellas, la tercera, cuyo líder, Espartaco, es un emblema de la lucha por la libertad. Lucha que traza la ruta de un camino interminable. Hasta ahora y en adelante.
En tal camino se erigieron hitos después de aquella viejas guerras. La Carta Magna es uno de ellos. Arrancada al rey de Inglaterra Juan sin Tierra en 1215 por los señores. Antecedente de las constituciones modernas, deja clara la indisoluble relación entre libertad, derechos humanos y limitaciones al poder. Sienta las bases de la ciudadanía, expresión de la igualdad ante la ley. Única igualdad posible. De allí se infiere sin discusión la naturaleza de una constitución de verdad, en sentido fiel a su origen: solo es tal la norma aquella que limita al poder procurando a las personas las garantías de la efectividad de tal regulación. Todo en función de la preservación de la libertad y los derechos.
El hito más destacado fue construido a lo largo del Renacimiento. Se lo plantó durante la Ilustración, en el contexto de la portentosa explosión de ideas resultante de la reposición de la filosofía y el arte clásicos, cuya síntesis es el liberalismo. En él, sobre la base de la razón, la crítica, la libertad y la felicidad como valores fundantes, encontró su seno materno la democracia en su sentido propio: “un sistema político que pudiera asegurar la libertad individual”, en palabras de Pablo Cerezal en su artículo “La democracia según Tocqueville”, publicado en la Revista Digital ethic el 9 de octubre de 2023. Una forma de gobierno típica de la civilización occidental.
El mismo Tocqueville aporta en “La democracia en América” una alerta acerca de que la democracia puede devenir en despotismo. Se requiere poner reparos para evitarlo. Sugería él entre ellos la participación de los ciudadanos en asociaciones de índole cívica, en torno al bien común; la descentralización del poder en instituciones municipales; la preservación de la libertad de prensa, “instrumento democrático de la libertad por excelencia” para él; finalmente, la independencia absoluta de los jueces. Consejos llegados directamente a Bolivia desde 1835.
Mucho después, en 1940, el jurista italiano Luigi Ferrajoli alerta sobre el mismo peligro. En su texto “Sobre la definición de “democracia”. Una discusión con Michelangelo Bovero”. Aborda la cuestión dentro de la presentación de sus dudas respecto de la suficiencia de los procedimientos de la democracia para la toma de decisiones. Esta es la democracia formal. Para él, no basta pues “siempre es posible, en formas democráticas, o sea, por mayoría, suprimir los mismos derechos políticos, el pluralismo político, la división de los poderes, la representación; en breve, el entero sistema de reglas en el cual consiste la democracia política. No son hipótesis de escuela: se trata de las terribles experiencias del nazismo y del fascismo del siglo pasado, que conquistaron el poder en formas democráticas y luego lo entregaron “democráticamente” a un jefe que suprimió la democracia.” Advertencia aplicable a otra terrible experiencia: la del socialismo del siglo XXI.
Para evitar tal situación perversa, el jurista italiano propone la ampliación del estado de derecho para garantizar los derechos fundamentales, inscribe esta cuestión en su visión garantista acerca de la necesidad de ampliarlos hacia los más débiles. Esto requiere vitalmente justicia independiente. Consejos llegados directamente a Bolivia desde 1940.
Las tareas son grandes. Recuperar y preservar la democracia, formal y substancial. Para defender la libertad y los derechos. Tomar el poder para limitarlo. ¡A por ellas! ¡Ahora!