¿Alguna vez se ha preguntado qué es Dios para Ud.? Muchas personas que creen en Dios tienen la idea de que se trata de un viejito justiciero que anda de mal humor en el Cielo, debido a los pecados de su creación. No resulta fácil definir a Dios. Siendo un espíritu, resulta imposible definirlo humanamente. Para mí…¡Dios es amor!
Muchos piensan conocer a Dios y hasta dicen amarle, pero ¡cuán fácil es demostrar que no es así! En verdad, son pocos quienes le aman verdaderamente, sin saber que Él los amó primero. Y muchos más son quienes, pese al miedo inculcado por la religión, no dejan de andar en pecado.
Solo cuando el hombre llega a entender que por sus delitos y pecados estaba muerto espiritualmente, y que gracias al inconmensurable amor que tuvo Dios por el mundo sacrificó en la cruz a su único Hijo Jesucristo, para que todo aquel que en Él cree no se pierda y tenga vida eterna, solo entonces cambiará de vida y pasará a tener una relación estrecha con Él. Por el contrario, quienes se resisten a aceptar a Jesús como Salvador y Señor, renuncian implícitamente también al recurso del Espíritu Santo, sin el cual: no podrán tener una comunión perfecta con el Padre; seguirán en la corriente de este mundo viviendo acorde a la voluntad del espíritu que opera en los hijos de desobediencia; y, la consecuencia será su condenación eterna.
¡Cuánta gente perderá su salvación y su alma será atormentada por la eternidad al no saber que hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte! ¡Cuántos perderán su salud, familia y fortuna por ignorar o no creer que el diablo existe y que vino al mundo para hurtar, matar y destruir; y, por rechazar a Jesucristo, que murió por nosotros para darnos una vida abundante.
Una relación directa con el Dios verdadero solo es posible por medio de Jesucristo-hombre, muerto y resucitado, revelación que viene del Espíritu Santo, si el corazón está dispuesto. Cuando el hombre se reconcilia con su Creador y permite que el Espíritu Santo guíe sus pasos -con Jesucristo como único intermediario para llegar al Padre- entonces la relación Dios-hombre se manifestará con un cambio radical de vida.
La prueba de que Dios está en nosotros, es nuestro amor a Él, a nuestro prójimo y a nosotros mismos, y el estar dispuestos a amarnos unos a otros como Jesús nos amó. Si Dios nos amó hasta el sacrificio, igual debemos amarnos unos a otros. Recordémoslo en Semana Santa y siempre: el que no ama, no ha conocido a Dios, porque “Dios es amor”…
(*) Pastor de Jesucristo por la voluntad de Dios