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Redes, fake news y posverdad

Oscar Díaz Arnau / Inmediaciones

El fenómeno es global pero, dentro del marco de la coyuntura nacional, tiene características particulares en Bolivia. Las “fake news” o noticias falsas, en español, ganan cada vez más espacio en las redes sociales con diferentes fines primando, en el caso boliviano, como ocurrió en Estados Unidos con la elección del presidente Donald Trump, el interés político.

“En la era de la #posverdad lo único cierto es que todos mienten, la cosa es quién lo hace mejor y qué mentira satisface mejor tu ética o tu sistema de creencias morales”, escribió Cristian León, investigador social paceño en su cuenta de Twitter @crisleoncor.

León es politólogo, coordinador del proyecto #InnovaPolíticaLatAm y profesor investigador de la Universidad Católica Boliviana, y se refería así a la posverdad, es decir, al fenómeno que sigue a la interpretación emocional inmediata y viralizaciónde una noticia falsa o sesgada.

Él dice que “hay una relación estrecha entre la posverdad y las noticias falsas/fakenews. La posverdad es la creación de relatos que las personas dan por ciertos en base a la emocionalidad que estos relatos evocan. Las noticias falsas se difunden y expanden justamente porque crean esa emocionalidad”.

En Bolivia

Este joven profesional que investigó sobre campañas políticas en internet, economía digital y gobernanza del internet, que tiene una maestría en Ciencias en International Development por la Universidad de Bristol y es ex becario chevening (programa de becas del Gobierno británico), sostiene que “Bolivia está pasando por un momento difícil debido a la polarización y quien dice estar en el medio solo genera más sospecha”.

En su criterio, “ese contexto es un caldo de cultivo perfecto para las noticias falsas: las personas que están en contra del Gobierno quieren creer cualquier cosa que demuestre que este lo hace todo mal; por otro lado, las personas que están a favor del Gobierno quieren creer que todo es una conspiración. Entonces, la mentira está en ambos lados, la cuestión es quién la dice de manera más ‘creíble’”.

Dentro de este panorama, León resume que “el problema es que, si no medimos las consecuencias, fácilmente podemos crear mentiras que nos lleven a hiperinflaciones, desabastecimientos, persecuciones, etc. No estamos como Venezuela, pero los políticos fácilmente pueden llevarnos a eso. Es el momento de un ciudadano más crítico e informado.

Él hizo estudios sobre el caso de Gabriela Zapata (exnovia del presidente Evo Morales) y sobre el conflicto de los médicos con el Gobierno nacional a partir de la difusión de noticias por las redes sociales. También se ocupó de observar la reciente propagación de dos noticias falsas: el desabastecimiento de combustibles y la presunta instauración de un estado de sitio.

¿Cómo se vio el #ParoMédico en Twitter?

Lejos de ser un campo polarizado y de discusión, Twitter fue durante el conflicto del #ParoMédico en Bolivia una “caja de resonancia”. Así lo señala Cristian León, politólogo e investigador del comportamiento de los usuarios en las redes sociales, en su blog personal ‘Robot Social’, en la siguiente dirección: www.robotsocial.wordpress.com.

León acompaña su estudio con un grafo (ver imagen), con el que demuestra que la información durante los álgidos días del conflicto se centralizó en torno a muy pocas cuentas, la mayoría de ellas medios de comunicación y/o periodistas (puntos rojos en el grafo), los cuales —dice él— no hablan entre ellos, sino que “solo difunden”.

“Varios políticos (puntos verdes), quienes fueron protagonistas en los medios tradicionales, y a pesar de haber estado presentes en Twitter también, quedan invisibilizados cuando son comparados con las cuentas de los medios de comunicación (Ni siquiera @evoespueblo, la cuenta oficial del presidente, se visibilizó)”, agrega el investigador paceño.

Además, menciona que “el resto de los nodos en el grafo (puntos plomos) tienen nombres raros y dudosos, pudiendo ser potenciales bots —alrededor del 50% de todas las cuentas—. Las cuentas más visibles (por peso en la red) fueron: Página Siete, Cabildeo, Noticias Fides y Los Tiempos”. Los “bots” son cuentas controladas mediante software que ejecutan acciones programadas por humanos como hacer retuits, dar ‘me gusta’ y seguir a otros usuarios.

Finalmente, León concluye de la siguiente manera: “Aunque esta no es la primera vez que se habla de Twitter en Bolivia como un espacio saturado por los medios de comunicación, la cuestión es que en un conflicto tan polarizado cómo fue el #paromédico, se esperaba mayor participación ciudadana”.

“Creo que Bolivia ingresó a una época de falsedad informacional, y esto es algo reciente. En el caso de Zapata, y el #21F (el referéndum del 21 de febrero de 2016), la movida ciudadana fue más real, aunque las noticias que rodeaban al caso no necesariamente lo fueron —hasta hoy se sigue especulando. Pero justamente este antecedente ha incentivado que tanto políticos de la oposición como del oficialismo intenten sacar más provecho de las redes”, declara.

Entonces, entran en escena unos individuos que se dedican a publicar mensajes provocadores en Internet; son los conocidos como “trolls”.Al respecto, León dice que “hay trolls de ambos lados, son visibles y van a convertirse en un serio problema para las próximas campañas políticas por dos razones: Uno, el acoso político aumentará, lo que disuadirá a su vez el debate propositivo; de hecho, conozco casos muy serios que están pasando ahora mismo. Dos, las noticias falsas serán más fácilmente posicionadas y convertidas en tendencias, por lo que a los ciudadanos se les hará más difícil aún determinar qué es verdad y qué no lo es”.

#ParoMédico, tuiteros y medios

En cuanto a la crisis del sector de los médicos —aún no resuelto completamente—, en Twitter los usuarios utilizaron la etiqueta #ParoMédico para publicar información o expresar sus opiniones. Pero se dio una curiosidad particular que el politólogo Cristian León, estudioso del comportamiento de los usuarios de las redes sociales, identificó en este conflicto en particular.

“En el caso específico del #ParoMédico, al menos en Twitter, los medios de comunicación tradicionales y los periodistas están centralizando la conversación. Difunden información de manera masiva y no generan ni interacción ni bidireccionalidad”, hace notar León. (Puede ver el desglose de su investigación en el recuadro que acompaña esta nota).

A su juicio, “lo que están haciendo las redes es amplificar la voz de los medios, y no de todos, sobre todo de algunos que están poniendo más empeño en esa tarea. Entonces, las redes no son el espacio público de deliberación que se supone que deberían ser, o que lo ha sido en otros casos a nivel internacional como el de la ‘Primavera Árabe’, por ejemplo”. Ante esta realidad, él califica a los medios dentro de este fenómeno como “cajas de resonancia”.

Desde su punto de vista, “el #ParoMédico es un conflicto que polariza oposición versus oficialismo, lo cual supone que debería haber voces de ambos lados. (Pero) Si bien hay discusión, esta se encuentra completamente opacada por la información masiva de los medios tradicionales. Esto me lleva a dos posibles conclusiones: Uno, Twitter en Bolivia es un espacio donde los ciudadanos son solo observadores y no se manifiestan —lo cual puede ir de la mano con la excesiva cantidad de bots (o seguidores fantasmas) que parece que hay—, o, dos, hay una sobresaturación informacional por parte de los medios tradicionales”.

Y con relación a las noticias falsas que circularon en las redes alertando de un desabastecimiento de combustibles y de la disposición de un estado de sitio por parte del Gobierno, el experto destaca su preocupación de que “las noticias falsas están a la orden del día y tanto medios tradicionales como ciudadanos no estamos preparados para saber discernir la información de manera crítica”.

Luego, alerta que “las noticias falsas, debido a su característica de posverdad, se viralizan fácilmente y lo que hacen las redes simplemente es potenciar su alcance. La cuestión es que, si bien estas noticias son falsas, nosotros las podemos volver ciertas. Donde no hay desabastecimiento, si todos vamos por pánico a cargar gasolina, sí generaremos desabastecimiento”.

Facebook, Bolivia y EEUU

Lo cierto es que el problema de los trolls, los bots y las cuentas falsas que difunden noticias mentirosas tiene de cabeza a las redes, especialmente a Facebook y Twitter.

Está en curso una polémica que se generó a partir del experimento de la red de Mark Zuckerberg consistente en sacar las informaciones del muro de los usuarios y trasladarlas a un lugar aparte denominado “Explorar”.

Se dijo que ese experimento causó efectos negativos en los seis países donde se implementó, entre ellos Bolivia, porque solo sirvió para aumentar la diseminación de noticias falsas.

Pero el escándalo mayor, que movió los cimientos de las redes sociales, fue el de la elección de Trump en EEUU. Facebook admitió que desde Rusia se crearon decenas de perfiles falsos en esa red social para influir en los usuarios y, como se ha visto, en potenciales votantes.

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