Haydee Nilda Vargas Guerrero / Crítica literaria
Reconstrucción del vuelo de Homero Carvalho ha visto la luz después de tres años de preparación. El autor ha realizado un trabajo minucioso de orfebrería con paciencia y habilidad hasta su pulido final. Por su naturaleza literaria y la energía que desprende en cada página, se prevé que permanecerá en vuelo por mucho tiempo.
El poeta ha aprehendido al máximo el espacio que le rodea. La naturaleza se ha revelado ante los ojos del investigador poeta y lo ha deslumbrado con la grandiosidad de las cosas sencillas. Quizás por esta razón su poemario hace un guiño a la geografía, a las ciencias e historia, sin dejar de cuestionarse sobre sí mismo.
Reconstrucción del vuelo comienza con una cita de Heráclito de Efeso en Ornito/Sofía: “Nadie vuela dos veces en el mismo cielo”. Una introducción que da seriedad y profundidad a su trabajo. Si no es el primero que versa sobre la importancia de las aves en la naturaleza y el planeta, es uno de los pocos que a modo de G. Bachelard se arriesga con la poética del espacio.
Homero toma con pinzas poéticas el tema de la creación del universo cuando en Poe/Viario nos habla del canto de las aves como idioma de la creación, voces, música de la naturaleza o lenguaje de Dios. Esta simbiosis poética – religión – realidad es el punto de partida en Reconstrucción del vuelo y la recreación del universo poético del autor.
“pALAbra” es la plástica de la escritura y la teoría poética: “Dejar volar las palabras”. En ave/eva, evidencia la palabra primigenia de concepción literaria y nacimiento del lenguaje del vuelo. Para materializar en palabras ese universo comunicativo apela a las lenguas de su niñez y de todas con las que tuvo relación en su ascenso, las usa como vehículo de comunicación o introduce con tino palabras movimas y aimaras.
En un poemario anterior, Bautizar la ausencia, Carvalho versa esencialmente a su familia. En éste incide en sus raíces como refuerzo de su identidad y sello de su proyección al futuro. El poeta valora la enseñanza transmitida por su familia, entre ellos su abuela Nemesia, su padre y su tío Pilo, quienes le dan verdaderas clases de ornitología que las transforma en poemas. Su abuela, le nombra en lengua movima una gran variedad de aves y le recomienda “mirar siempre al cielo hasta criar raíces en las nubes”.
Con su poema Preguntas cuestiona temas mitológicos y religiosos: “¿Por qué Zeus se convirtió en cisne para seducir a Leda? ¿Por qué el Espíritu Santo se convirtió en paloma para embarazar a María?” Otra pregunta parece contener las respuestas. “¿Las aves fueron hechas a imagen y semejanza de Dios?” La respuesta implícita resalta el origen divino de las aves como seres mágicos en nuestras vidas.
A partir de estas interrogantes la escritura de Homero centra su atención en la vida de diferentes especies de aves en su medio, como sucede con Naserepoema, un poema en prosa, cuyo motivo es el vuelo en eterno retorno. El poema incide en la filosofía de vida para preservar y fortalecer costumbres, “no le interesa a dónde va, sino de dónde viene”.
Las aves viven en los poemas, ellas son personajes que silban, cantan, graznan, sesean. Se sabe de sus relaciones de pareja, sus hábitos y su habilidad para gestionar su vivienda o nido con materiales insospechados. Aunque lo más desconcertante es su cualidad profética hasta el punto de que cierta población confía ciegamente en sus augurios
Cada poema es un descubrimiento, una variación, un despliegue de formas como en Estaciones, cuyo degradé interpretativo de las épocas del año desemboca en plástica de hojas secas del otoño, composición artística de palabra, forma y color. Su propuesta poética va más allá de la mera ensoñación, sus creaciones son una cita personal con la belleza, haciendo que la poesía traspase el perímetro del enclaustramiento y el olvido para volar con seguridad hacia espacios de luz. El campo visual del poeta es amplio, infinito; relaciona elementos de la naturaleza, se introduce en el origen de los seres vivos con la misma facilidad con que matiza emociones y sentimientos.
Las palabras contenidas en el libro alzan vuelo en “Página con aves”, un poema clave para entender el nacimiento de la imagen y su fenomenología; detrás de las palabras o acciones concretas está la imaginación, la fantasía personal del autor y resonancia del instante. Un poema vuelca la versión del poeta Judice, siembra semillas en la página y las aves llenan sus versos. Los giros literarios pueblan sus versos como en “Página con hijos” o en la sutileza de su madrigal al escribir sobre el silbido.
Sus poemas breves resumen la sabiduría de un compendio. A través de ellos admiramos el poder de síntesis, el pensamiento filosófico y el arte de saber comunicar porque es capaz de volar como un rayo en un solo verso. Esto es posible con el dominio de técnicas y tendencias que enriquecen su libro con plástica poética, lluvia de palabras, incluso el tachismo. El poemario muestra la profesionalidad del poeta, como en la estructura de “Vuelo” que tiene tres partes: 2-1-1, donde se entiende que la forma destaca el contenido porque cada parte es tan potente que se sustenta sola. Sobre todo, la literariedad es intrínseca a toda la producción del autor.
A ojos vista, el autor vuela interponiendo planos de tiempo y espacio. Usa, muchas veces, golpes de giro de la narrativa. Inserta fragmentos de crónicas de exploradores de la naturaleza que han recorrido áreas selváticas de Perú, Brasil y Bolivia. Recrea escritores y poetas que aportan significado a la vida literaria del autor. Entre otros, glosa a Alberto Caeiro: ¿Y qué?/ ¿Valgo más que un ave? o nombra a Alejandra Pizarnik como punto de partida en su vuelo poético: “… fue el día en que invoqué a Santa Pizarnik/ y a mi soledad le crecieron alas”; sin embargo remarca la misión hacia la eterna libertad al versar a Wislawa Szymborska.
La lucidez en las creaciones del poeta perfila un proceso introspectivo de creatividad que deriva en material lingüístico y una narrativa poética universal, muy distante del yoísmo o gesto meramente confesional. Ese proceso trasciende la función estética y su poesía se convierte en instrumento de transformación del pensamiento.
Su variedad expresiva podría conducirnos a un abanico de interpretaciones. Sin embargo, en el conjunto prevalece como eje dominante el VUELO: punto de partida, despliegue, deleite y consolidación de una hazaña. Sin duda, es el modo de estar y ser del hombre – poeta, sin olvidar el hilo de plata que conecta su producción artística con la filosofía del espacio en visión progresiva. Su poemario comienza con preguntas y termina con otra que refleja la incertidumbre sobre el futuro de las aves: “¿Qué será de las aves cuando desaparezca el limpio cielo, cuando la sombra de sus alas no se estremezca en el agua?”
Reconstrucción del vuelo invita a viajar. Como si sus versos desprendieran una poción mágica que obligan a trascender, a seguir ascendiendo hasta que, en algún momento, el lector se encuentra suspendido, inexorablemente, con la lectura de un poemario inteligentemente concebido al incluir textos que fundamentan su poética. El libro es un caleidoscopio literario con la presencia de prosa poética y relatos breves que, al fundamentar su lírica, ondulan el ritmo de la lectura en un diálogo constante entre géneros.
