José Luis Mollinedo de la Quintana
Primarias abiertas ¿A quién benefician?
Cuando el célebre detective Sherlock Holmes arribaba a la escena de un crimen para indagar sobre un homicidio, su primera interrogante siempre giraba en torno a quién se beneficiaría con la muerte del individuo asesinado. Tomando prestada esta reflexión del legendario detective de ficción, la aplicamos para analizar la propuesta reciente del líder de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa.
Mesa ha planteado la necesidad de llevar a cabo primarias abiertas y obligatorias para la elección de candidatos presidenciales de cara a los comicios del 2025, como parte de la agenda parlamentaria impulsada por su partido y respaldada por CREEMOS y el sector evista del MAS. Asimismo, Mesa sostiene que la implementación de primarias abiertas y obligatorias reforzaría nuestro sistema democrático.
Partamos del hecho de que la actual Constitución Política reconoce las elecciones primarias cerradas, lo que implica que son los miembros inscritos en un partido quienes, en una contienda electoral interna, eligen al candidato presidencial que los representará.
Es evidente que en el país no existe una tradición arraigada de elecciones primarias. En sus momentos de apogeo, el MNR contaba con un colegio electoral; el MAS seleccionaba a su candidato en su congreso, una práctica similar a la que seguían el MIR y la propia ADN. En tiempos recientes, CREEMOS también ha seguido esta práctica. Sin embargo, las primarias internas cerradas resultaron un fracaso. La mayor participación la registró la militancia del MAS, con 406,065 votos de 991,092 inscritos en su partido.
En Comunidad Ciudadana, de un total de 88,121 inscritos, solo 4,008 votaron por la candidatura de Mesa, lo que representa un poco más del 5%. En cuanto a los Demócratas, que se presentaron bajo el nombre de Bolivia Dijo No, de un padrón de 282,990 inscritos, solo participaron 13,582, lo que equivale a un poco más del 6%. Esta cantidad de militantes eligieron a Oscar Ortiz como candidato presidencial. Tal vez el caso más destacado fue el del PDC, que con 28,717 militantes, solo 738 votaron por el candidato Chi, aproximadamente el 4% de su padrón partidario. Estos resultados sugieren que, en general, la población tiene un bajo interés en las elecciones primarias.
Entonces, ¿qué motivó a Carlos Mesa a proponer estas primarias? Podríamos explorar algunas respuestas:
Su compromiso con la agenda parlamentaria firmada con CREEMOS y el ala evista del MAS.
La visión jurídica impuesta por Carlos Alarcón en CC, que sostiene que la política debe someterse a lo jurídico, a pesar de que la realidad y la historia indican lo contrario.
Sin embargo, este es solo uno de los muchos defectos que se le atribuyen a Mesa. En el pasado, durante las elecciones de 2019, se observó que, a pesar de tener un fuerte respaldo político y una gran acumulación de votos, prefirió aceptar la salida de transición del acuerdo de la universidad católica y la opción jurídica de la presidencia de Añez. Esto, a pesar de que lo coherente y políticamente acertado habría sido ir a la segunda vuelta contra Evo, donde tenía una alta probabilidad de éxito. Al final, Mesa, al igual que toda la oposición, tuvo que cargar con las consecuencias de la desastrosa gestión de Jeanine Añez, lo que contribuyó a la victoria de Arce en las elecciones de 2020.
Por tanto, resulta risible cuando Alarcón, adoptando una postura de profesor universitario, declara que «quién no apoye la elección primaria abierta no es demócrata». Aunque Alarcón puede tener amplios conocimientos en derecho, su entendimiento de la política parece ser bastante limitado.
Lo lamentable es que este enfoque influye en los errores de Comunidad Ciudadana (CC). Otro factor es la crisis interna dentro del propio partido, manifestada en el abandono de un número considerable de parlamentarios, influenciados por el gobierno. Estos parlamentarios de CC justifican su salida argumentando que Mesa es autoritario y está rodeado de dirigentes que no representan a las nuevas generaciones.
Por otro lado, tenemos las acciones de las parlamentarias Nayar y Barrientos, quienes parecen priorizar su proyección personal sobre la línea política del partido, lo cual es legítimo pero no contribuye a la cohesión partidaria. Esta misma conducta la adopta Rodrigo Paz, aliado tarijeño de Comunidad Ciudadana.
El hijo del ex presidente Jaime Paz utiliza su posición en el parlamento para promover su imagen y aspiraciones presidenciales. Esta situación dificulta que CC pueda establecer una mayoría congresal en la Asamblea Plurinacional.
Es importante señalar que las deserciones o fracturas dentro de un partido ocurren cuando surgen dudas sobre si dicho instrumento político seguirá siendo una opción viable de poder en el futuro.
De alguna manera, esta percepción se está manifestando en torno a Carlos Mesa. Existen sectores dentro de la sociedad y del ámbito político que ven cada vez más lejana la posibilidad de que Mesa llegue a ocupar el Palacio Quemado en 2025 como presidente.
Tomando la iniciativa
En medio de este contexto, el Estado Mayor de Comunidad Ciudadana ha propuesto una ley para llevar a cabo elecciones primarias abiertas, claramente con el objetivo de impulsar el reposicionamiento de Carlos Mesa a partir de esta medida. Detrás de la convocatoria a las elecciones primarias abiertas, hay varios objetivos que Mesa pretende alcanzar. Veamos algunos: A) Comunidad Ciudadana parte de la hipótesis de que, en una primaria abierta, Carlos Mesa puede abordar de manera prioritaria dos cuestiones. En primer lugar, al exigir que cada partido presente dos fórmulas, el líder de Comunidad Ciudadana busca neutralizar a aquellos dentro de CC que cuestionan su liderazgo, confiando en poder derrotarlos en las urnas. En segundo lugar, busca clarificar de una vez por todas, con Tuto, Samuel, Manfred, Camacho y otros precandidatos, quién lidera la oposición al masismo. Obviamente, Mesa parte de la premisa de que saldrá victorioso en este enfrentamiento. B) Con una victoria sobre sus eventuales adversarios, Mesa cree que podrá rearticular un fuerte eje opositor en el parlamento y, sobre todo, liderar el antimasismo para organizar un frente electoral de «unidad» que compita en las urnas en 2025. C) Además, Comunidad Ciudadana considera que unas elecciones primarias abiertas definirán cuál de los dos, entre Evo y Arce, es el candidato del populismo. Esto serviría para establecer que la próxima batalla electoral será entre Carlos Mesa y el representante del masismo, como ocurrió en las dos elecciones anteriores.
En saco roto
Sin embargo, la propuesta de la ley de elecciones primarias abiertas parece haber quedado en nada incluso antes de ser considerada seriamente. Veamos algunas razones:
A la mayoría de los actores políticos no les interesa las elecciones primarias abiertas por diferentes motivos:
a. Al evismo, simplemente no le interesa las primarias abiertas, ya que el control del aparato partidario recae en Evo y cualquier decisión política debe ser tomada dentro de los estatutos del MAS y entre los militantes inscritos en sus registros.
b. El arcismo busca desacreditar a Evo a través de vías judiciales, y una primaria abierta podría convertirse en un referéndum sobre su gestión presidencial. Esto no conviene al gobierno, especialmente cuando su gestión se ve cuestionada por problemas económicos.
c. A los «Demócratas» de Costas no les importan las primarias abiertas, ya que viven en la ilusión de ser la segunda fuerza política del país, respaldados por tener más de 200,000 militantes registrados en el TSE. Sin embargo, olvidan que su paso por el gobierno de Jeanine Añez los debilitó considerablemente, incluso en Santa Cruz, donde la emergencia de Camacho los relegó al olvido. A pesar de esto, Costas quiere que su partido sea el núcleo de la oposición, y por ello está buscando acercarse políticamente.
a Manfred y Tuto. Desde esta perspectiva, es poco probable que apoyen las primarias abiertas.
b. A los otros contendientes como Tuto, Samuel, Manfred, tampoco les interesa seguir a Comunidad Ciudadana, ya que su objetivo es restarle protagonismo a Mesa como líder de la oposición. Por lo tanto, no están dispuestos a legitimar las aspiraciones presidenciales del líder de CC para 2025.
c. El único que parece estar interesado en las primarias abiertas es Camacho, pero por motivos pragmáticos. A Camacho le conviene tener primarias abiertas para demostrar que sigue siendo la primera fuerza en Santa Cruz, lo que le permitiría acabar con sus detractores en el departamento. Además, sería visto como un aliado valioso debido al peso poblacional de Santa Cruz en cualquier alianza política opositora que busque desafiar al masismo en las próximas elecciones nacionales.
Por otro lado, los factores de poder e instituciones en Santa Cruz parecen no estar dispuestos a reconocer el liderazgo de Mesa en la actualidad.
Los empresarios cruceños se encuentran en pleno acuerdo con el gobierno. Es importante recordar que el acuerdo empresarial ha allanado el camino para que Arce aborde temas económicos, especialmente en relación con las exportaciones y el valor del dólar.
Por otro lado, los llamados «tres chanchitos» por los seguidores de Camacho, que incluyen al gobernador Aguilar, al alcalde Johnny Fernández y a Larach, presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, mantienen una relación estrecha con el poder central y parecen mostrar poco interés en las elecciones primarias.
Si comprendemos que Comunidad Ciudadana no es un movimiento político fundacional, sino un desprendimiento del gonismo, al igual que Tuto, Manfred de A. D. N., y Samuel del M. I. R., entendemos que es más una alternativa electoral que una propuesta política sólida. Este factor hace que en ocasiones la propuesta de Mesa parezca poco consistente y fomente la opinión de que el mesismo es funcional al MAS. Un elemento que contribuye a esta percepción es el carácter personal de Mesa, que da la sensación de ser vacilante, lo que también afecta su liderazgo.
Otro aspecto en contra de Mesa es la ambigüedad de su postura política. A menudo se ha definido como un hombre de izquierda nacional, aunque esta afirmación es cuestionable. La característica principal de Mesa es su oscilación e indecisión. No se sabe si es estatista o prefiere el libre mercado, nacionalista o neoliberal, ni cuál es su posición sobre lo nacional-popular y lo corporativo. Tampoco está claro su enfoque respecto a la lucha contra el narcotráfico, a pesar de ser partidario de que la DEA no regrese al país. Además, no se conoce su posición sobre Santa Cruz; muchos sectores cruceños lo consideran como expresión de la burguesía paceña más anti-camba.
Su postura más clara es como defensor de la democracia liberal y su forma de gobierno, la democracia pactada de pesos y contrapesos. Sin embargo, esta postura contemplativa de la política ha permitido que en Comunidad Ciudadana haya militantes de todos los colores políticos, desde renegados de la izquierda y el populismo hasta pseudo «demócratas» que desprecian a los indígenas.
Sobre esta base, Mesa ha construido un frente político que, básicamente, es una expresión de sectores de la clase media urbana que le ha permitido enfrentar al MAS como cabeza de la oposición en dos ocasiones, a pesar de su fragilidad ideológica y su falta de propuestas concretas.
Sin embargo, hoy en día, las fuerzas políticas que apoyaron a Mesa en esas dos elecciones piensan de manera diferente. La mayoría de las fuerzas políticas de oposición quieren tener su propia bancada parlamentaria para existir en el escenario político y tener fuerza para negociar espacios de poder. En esta lógica, los rivales de Mesa creen que el mejor camino para llegar al parlamento es por cuenta propia o en una alianza, sin Mesa.
Además, los rivales de Mesa no se subordinan a su liderazgo porque creen que habrá dos fórmulas del MAS, lo que abriría la puerta para que un opositor tercie en la presidencia, aunque sea en segunda vuelta. Por ello, el camino de Mesa para convertirse en el principal candidato opositor es difícil y duro, ya que tiene que imponerse políticamente a sus eventuales adversarios y lograr victorias políticas en su lucha contra el gobierno de Arce. Su principal batalla está centrada en lograr la elección judicial y derrocar a los prórrogos. Si no logra este objetivo, podría instalarse en el espectro electoral anti-MAS, aunque Mesa no parece ser el hombre adecuado para sacar al MAS del poder.
Mesa ha incursionado en otros temas, como el de los hidrocarburos, para cuestionar la política del actual gobierno. Sin embargo, lo hace partiendo de premisas equivocadas, confundiendo el tren con el maquinista y justificando un desacierto político de su propia presidencia.
Cuando Mesa se negó a promulgar la ley de hidrocarburos, en realidad rechazaba una demanda nacional que buscaba establecer una nueva relación entre el Estado y las empresas operadoras del sector. La ley promulgada por Hormando Vaca era necesaria y beneficiosa para el país. Una simple evaluación aritmética muestra que esta ley ha proporcionado al Estado un mayor porcentaje de ingresos. Incluso, con las grandes reservas que tenía el país, la ley anterior habría generado menos divisas.
Mesa no promulgó la ley debido a vacilaciones y dudas en su concepción política. Culpar al MAS por el despilfarro de recursos es mezclar el tren con el maquinista; tener un mal maquinista no implica que el tren sea malo.
Sin embargo, Mesa, como la mayoría de los líderes políticos, carece de autocrítica. Lee la realidad desde un discurso que no expresó cuando era presidente, ignorando la oportunidad de explicar por qué rechazaba la ley de hidrocarburos. Esta falta de autocrítica se asemeja a los cronistas deportivos que analizan el partido del fin de semana con el periódico del lunes.
Por otro lado, es positivo que el líder de CC aborde temas concretos y luche contra la corrupción en el gobierno. No obstante, su desconexión con las nuevas generaciones que solo conocen el masismo como referencia política y de gestión estatal constituye un obstáculo. Muchos jóvenes apoyan el proceso de cambio y buscan liderazgos nuevos que se identifiquen con ellos.
Es importante considerar que la elección de 2025 podría ser la última en la que participen los actuales líderes políticos con posibilidades de éxito debido a la edad. Si ninguno de los adversarios de Mesa logra despejar las expectativas electorales y obtener más del 10% de los votos, es posible que la oposición vuelva a respaldarlo, pero ya no bajo la consigna del «voto útil», sino porque «no hay otro candidato viable».
Algunos argumentan que Manfred está en carrera y podría desplazar a Mesa, especialmente considerando su influencia regional en Cochabamba. Sin embargo, la viabilidad electoral de Reyes Villa depende de dos factores: que el gobierno permita su postulación y que recomponga su relación con Santa Cruz después de no apoyar el paro cívico por el censo. Es innegable que Manfred es el rival más formidable de Mesa.
En conclusión, Mesa tendrá que trazar su propio camino hacia el 2025, enfrentándose tanto al gobierno como a otros líderes de la oposición en la lucha por el mismo espacio político. Esta batalla será ardua y estará marcada por movimientos tácticos constantes, con aliados temporales que pueden convertirse en adversarios mañana, y viceversa.
Todo indica que Mesa será un actor importante en la contienda electoral del 2025 y, por el momento, parece ser el líder opositor con mejores perspectivas. Sin embargo, en política, lo que parece claro hoy puede cambiar radicalmente mañana. Por lo tanto, solo nos queda esperar y seguir de cerca los acontecimientos.
Por ello, la realización de elecciones primarias abiertas no parece factible en las circunstancias actuales. Porque Siguiendo la hipótesis de Holmes, solo beneficiaría a Comunidad Ciudadana.