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Que tire la primera piedra quien cree que el tema indígena no esta solucionado

Jorge Lizárraga Torrico – Abogado  doctorando en Derecho Universidad Rey Juan Carlos

RESUMEN

La motivación de escribir este artículo, además de hacerlo por continuar algo que queda aún pendiente de publicar, como trabajo del CEVAIS[2], también en esta oportunidad depende del humor con el que uno se despierta, y tiene mucho que ver también por la coyuntura actual  (proceso eleccionario mayo 2020) con los  acontecimientos y hechos del pasado, en la memoria corta, largo, pre colonial o prehistórico, hablando del tiempo en relación a pueblos indígenas; pero también tiene como motivación dar a conocer un fenómeno del cual se escucha mucho, se lee un tanto y se ve con ojos propios, y que muchos han dicho mucho según su oportunidad de decirlo y otros tantos o no han sido escuchados o simplemente han pasado desapercibidos en sus inquietudes, constituyéndose la temática de los pueblos indígenas, también llamados pueblos originarios, aborígenes o pueblos nativos en el mundo, como única y absoluta temática que, solo pueden hablar unos y no todos, en esencia desnaturalizan conceptos y confunden más que aclarar y lo que es peor lo politizan, según sus interese de grupo.

Palabras clave: Autonomía, Pueblos Indígenas, Declaración Universal, Derecho de Pueblos Indígenas, Constitución Política del Estado, discriminación.

SUMMARY

The motivation to write this article, in addition to doing it to continue something that is still pending publication as CEVAIS work, also this time depends on the humor with which I woke up recently, but it also has a lot to do with the current situation (Bolivian electoral process May 2020) or events or events of the short, long, pre-colonial or prehistoric past talking about time I am referring to, “indigenous peoples”; but it is also motivated to make known a phenomenon of which I hear a lot, read a little bit and have seen it with my own eyes, and as a time of joking, many other folks thought the same way; but many other guys have said a lot according to their opportunity to say it at that time, and many others have either not been the chance of being heard and simply past as an unnoticed; In fact, constituting the theme of indigenous people, aborigines or native peoples in the world, as the only and absolute theme that only few can speak, and what in essence do, is distort concepts and confuse rather than clarify ides, and or worse politicize it according to their interests.

Key words: Autonomy, Indigenous People, Universal Declaration of the right of indigenous peoples, Bolivian Constitution, discrimination.

INTRODUCION

Recuerdo como desde niño apreciaba discusiones, tertulias y opiniones de conocidos, amigos de mi padre, de analistas o investigadores[3] que hablaban sobre el tema endógeno -indígena, sobre los cuales en algún momento daba mi parecer y opinaba al respecto, pero claro esto siempre sucedía manteniéndome en mi lugar y fuera de expresar abiertamente lo que pensaba en ese momento, a pesar de que eran muchos que elucubraban o pensaban como yo, y que nos preguntábamos ¿Por qué tanta manía de defender a unos en desmedro de otros por un pasado que no nos incumbe?- ¿Por qué no tratarnos todos como iguales con las mismas oportunidades y reconocer a quienes en su inmensa minoría debemos sobreprotegerlos?, y hablaba y proponía que más bien debiera discutirse y profundizar comparaciones tan delicadas como antagónicas e incluso asimétricas, como “pueblo indígena vs tribu (en tanto a preservación, autodeterminación, aprovechamiento de suelo, recursos, etc.) o pueblo indígena originario vs. Comunidad campesina, (usos, costumbres, libertades políticas, económicas, libertades, autonomías, etc.), y siempre quedaba en nada el decirlo.

Hoy por hoy y en estos tiempos que vivimos, donde todos tenemos derecho a opinar y exteriorizar nuestras ideas, y aún más, viviendo en demoniocracia y en pleno auge del desarrollo humano, científico, tecnológico, económico y social, y respeto de derechos humanos en general, como no puede ser de otra forma el respeto a los derechos humanos de los pueblos indígenas reconocidos internacionalmente a partir de septiembre de 2007, no podemos escapar de nuestra obligación y responsabilidad como individuos, de decir lo que creemos  y sentimos y que también muchos comparten, pero temen reconocerlo, quizá incluso por perder su identidad o por temor de ser prejuiciado o no ser entendido o tildado de diferente[4], y por tanto tampoco podemos politizar partidariamente esta temática según conveniencias, sino más bien mantener una postura estatal seria y especialísima en esta materia, que involucra además a todos y no solo a unos cuantos.

Ahora bien, el tema indígena originario es una temática tan basta como interesante, tan complicada de expresar como no reciente; y muchos, diríamos entre ellos dirigentes campesinos, sindicales, gremiales, intelectuales y académicos, en estos últimos años, han políticamente sacado a relucir, antojadizos comentarios, percepciones y dogmas, que al final desencadenaron primero en un reconocimiento que se hizo esperar y que muchos lo aplaudimos y nos entusiasmamos, hablando de Bolivia,[5] y poco después fue constitucionalizado en aspectos propios e inherentes a un Estado-Nación como el nuestro[6] y que también lo destacábamos, pero también y con posterioridad e irónicamente, y ante el nuevo marco constitucional del 2009, se emitieron disposiciones legales[7] al margen de toda lógica de defensa y protección de derechos de pueblos indígenas originarios propiamente hablando de ellos, la preservación de su esencia y respeto a su identidad ancestral, y fueron emitidas en son y razón de destruir su imagen e historia, encubrir cierto pasado y quizá también destruir  lo poco que se había construido para un pleno y absoluto reconocimiento o al menos no discriminarlos de una u otra forma de manera drástica, y lo peor de todo escudándose algunos de ser o hacerlos carne de cañón e incluso burlándose de sus capacidades e intelectos[8].

Al mismo tiempo y confusamente, se ha escrito mucho y dicho suficiente en relación a comunidades indígenas originarias campesinas y su idéntica definición y comparación con indígenas originarios, tierras comunitarias de origen, títulos agrarios para tierras comunitarias, etc., y mareando la perdiz, han ido confundiendo a propios y extraños, pero principalmente a los propios comunarios y autoridades e instituciones internacionales, interpretando que los primeros (comunidades indígenas originarias campesinas) son iguales a los pueblos indígenas originarios, autóctonas o aborígenes, cuando en realidad y según lo creemos, en son y en razón de prebendas, promesas y engaño, se ha ido formando intrínsecamente un concepto de libre albedrio y discriminación a los segundos, (pueblos indígenas originarios- incluso no reconociéndoles su existencia) despojándolos de su tradición y esencia y llevándolos como una especie de acoso racial a que se alineen a modos capitalistas o modernos de nuestros tiempos, aprovechándose de su pureza y característica humana.

CONNOTACIONES DE INTERES Y DESAFIOS

Ahora bien, esta inquietud de estudiar o discutir la temática indígena en Bolivia u opinar al respecto, se inicia sobre todo de parte de los cientistas sociales, y desde nuestro punto de vista tiene o se diferencian tres connotaciones:

  1.  la primera orientada a profundizar en la idea de recuperar sus usos y costumbres per se, en la intención de retornar a ese pasado cultural que llama Engels de estadio superior de la barbarie, quizás en la idea de modernizarla utilizando sus valores que muy bien pueden ser comercializados en la perspectiva de hacerles olvidar su origen de primitivismo en su forma de vida comunitaria (promiscuidad, trueque de productos, trabajo familiar de autoconsumo, rotación de tierras, otras), aunque hayan alcanzado un estadio de desarrollo civilizatorio; pero mantener en esencia pura la preservación de esos orígenes sin malearlos o inducirlos a la civilización moderna, productiva en escala, por temor a corromperse y perder identidad. (caso de indios en reservas federales USA).
  •  La segunda es inducir a re direccionar su desarrollo hacia formas avanzadas de capitalismo, como forma de sustituir a la clase revolucionaria (proletariado) que eclosiona la sociedad cada determinado periodo, agudizando la crisis cíclica del capitalismo, reeditando nuevos actores que por su nivel de vida y desarrollo estancados, son fácilmente reciclados para reemplazar a la clase obrera coyunturalmente, y además convencerles de que a pesar de reconocer su supuesta libre determinación y autonomía y respeto a tradiciones usos y costumbres, al mismo tiempo se los organiza hacia un comportamiento alineado, de convivencia social bajo un ordenamiento jurídico único y respeto de unos con otros, por lo cual no debe existir ningún reconocimiento de derechos más allá que cualquier otro individuo en sociedad cuenta “todos iguales ante la ley”.
  • tercera connotación es dejar hacer, dejar pasar y alcanzar acuerdos de convivencia humana, en el marco de lo existente hoy y lograr una simbiosis y equilibrio redirigido a aceptar que todo es un avance y que todo ha sido hecho de buena fe en favor de los llamados pueblos indígenas y que no es evidente que existan derechos absolutos y superiores de unos contra otros, sino que es el legítimo derecho de generaciones actuales de compensar a sus ascendientes que sufrieron graves delitos de lesa humanidad, genocidio y explotación, debiendo por tal pagar propios y extraños y justos por pecadores, constituyéndose esta connotación la que en rigor a la verdad muchos tratan de reconocer y de trabajar.

Sociológica y biológicamente, salvo apreciación en contrario, la población originaria de América y en particular Bolivia, es mestiza, cuyo mayor porcentaje  de combinación genética es indígena blancoide y en menor promedio de reproducción blancoide indígena, ambas combinaciones, han perdido, por el concepto racial, su identidad, sus valores y costumbres, adoptando para si valores, costumbres y creencias de los conquistadores a pesar de su origen primigenia de indígenas; exceptuando aquellas tribus autóctonas, nómadas o sedentarias que no han perdido su identidad en comparación de pueblos indígenas institucionalizados, o al menos la única perdida de esa identidad puede ser en lengua pero no en usos, tradición y costumbres.

El intento de querer ser o aparentar ser indígena originario en el presente, como que quien dice serlo aún no lo sea, es con el fin de procurar gozar de mayores derechos que quien no se reconoce esa cualidad, por lo que es mas de tinte político que biológico el considerarse como tal, ya que de reeditar las características genéticas puras, solo es y sería posible, si acaso planifican la reproducción biológica genética entre indígenas que ceñidos a la ciencia estamos, no alterarían en nada los valores, usos y costumbres del sistema dominante en el mundo actual “capitalismo”; por lo tanto, esto de ser o no ser indígena, no es suficiente para no ser parte de algún sistema de producción, comercialización y consumo de tipo mercantil, lo cual tampoco indica que no puedan preservarse y mantenerse incólume a sus usos y costumbres y concederles un privilegio de ser como ellos quieren ser, en este caso, superiores o creerse en ese derecho de sentirse, del cual no desconocemos que en algunos casos sea así y además de respetarlos fomentarlos, por el vivir de preservar nuestras tradiciones, orígenes y raíces étnicas principalmente.

En resumen, un sistema dominante de ayer o del presente, está determinado por lo que hace y tiene, no es tanto por ser o no indígena o blancoide, sino por el papel que cumplen en un determinado sistema de producción, reproducción y consumo y esa es la labor que debemos darle, en calidad de valor añadido al pueblo indígena o al indígena originario, hacerlo parte del nuevo mundo o mundo moderno, pero ante todo respetando, no corrompiendo ni maleando su organización, su autogestión y autogobierno, fiscalizando y regulando, con el afán único de distinguirlo frente a otros y principalmente preservar esa identidad y reconocerlo a perpetuidad en su propio contexto de desarrollo.

Siendo indudable, la necesidad de reorientar, rediscutir los fines que persigue la autonomía indígena, y como lograr apoyar diferentes proyectos de desarrollo de estas comunidades o grupos étnicos minoritarios para que en comunidad generen beneficios auto sostenibles para bien de todos, recibiendo de parte del Estado asistencia técnica, orientación y seguimiento de sus planes, invirtiendo en ellos y con ellos; y no así fomentar la transferencia de recursos económicos, corrompiendo a individuos, maleando instituciones y destruyendo ilusiones, y fomentando actividades agropecuarias destructivas, siendo pertinente y urgente, corregir errores como el fondo indígena y el pernicioso y permisible derecho a la autonomía discrecional, constituyéndose todos estos y otros quizá, en los desafíos que se deben encarar para los próximo tiempos.

CONTEXTO LEGAL TEMATICA PUEBLOS INDIGENAS

A partir de la constitucionalización de lo indígena en el país, en Bolivia existen reconocidas 36 lenguas originarias, lo cual induce a pensar que coexisten solo 36 grupos étnicos, lo cual no es cierto menos evidente, que se dispersarían y habitarían desde los andes del altiplano boliviano pasando por las montañas nevadas hasta las tierras del chaco, incluyendo también grupos que habitan en el oriente boliviano; muchos de ellos habiendo representado durante mucho tiempo la cara indígena de Bolivia, con menos población en cantidad pero no menos importantes que los quechuas y aymaras.

En el oriente, chaco y amazonia se encuentran pequeños pueblos indígenas originarios, muchos reconocidos dentro de los 36 antes referidos y otros ni siquiera tomados en cuenta, y esto debido y por sobre todo a la burocracia estatal y a la falta de reconocimiento según incluso testimonios de la existencia incluso pre colonial de estos pueblos y que han ido desarrollando a la fecha una gran capacidad de manejo del territorio y que en la actualidad están luchando por su protección y por el uso adecuado de los recursos naturales que los rodean, según pueda también imponerse de manera criterioso un uso o aprovechamiento de sus feudos, pasando previamente, como dijimos y en algunos casos, del reconocimiento del Estado sobre su existencia, aspecto que a la fecha en muchos casos no sucede.[9]

Como antecedente reciente, de ciertas reivindicaciones a estos pueblos, como olvidar que, durante la década de los 90s, los indígenas del país realizaron una marcha histórica para exponer el trato al cual habrían sido sometidos desde siempre sin ser reconocidos en sus derechos y, también, en una época recientemente moderna, reclamando, en justicia, “territorio-tierra y dignidad”, en que paradójicamente intervienen pueblos oriundos de la amazonia y chaco bolivianos, reivindicando su historia y reclamando su sometimiento a grupos mayores, como quechuas o aimaras, para exigir trato equitativo, donde  intervienen todos aquellos pueblos sentidos desplazados por otros grupos sociales.

Se dijo que alrededor de 850 indígenas (con numero y ticket) habrían recorrido el país desde el Beni hasta a la ciudad de La Paz, y se encontraban entre ellos, no solo de regiones de los Mojos, trinitarios, ignacianos, javerianos, loretanos, sirionos, movimas y yuracares, a quienes se unieron los mosetenes, guaraníes, guarayos, chimanes, sino también muchos otros pueblos indígenas.

Esta marcha dio a conocer a toda la nación boliviana algo que ya era evidente y que muy pocos querían referirse e identificar como un problema: las asimetrías campo ciudad y principalmente el desconocimiento y discriminación que habrían sufrido ciertos pueblos (naciones)de nuestro país, y así fue cuyo resultado desembocó en la constitucionalización del reconocimiento explícito de la multietnicidad y pluriculturalidad del país, conforme las reformas incluidas en el texto constitucional de 1994[10] que en su artículo 1 reconocía a una Bolivia, libre, independiente, soberana, multiétnica y pluricultural…, recordando que la situación de pueblos indígenas, originarios y autóctonos del mundo, no es un asunto propio de Bolivia o países latinoamericanos, sino es un fenómeno mundial, existiendo desde el Asia pasando por África, Oceanía y regiones incluso de Europa y norte América, con similares ejemplos de comunidades originarias, pueblos o tribus autóctonos y poblaciones aborígenes y cuyo tratamiento y visos de solución sobre su reconocimiento ha ido evolucionando paso a paso y según el caso, manteniéndose, aun en Bolivia, como un tema pendiente en definitiva de solucionar.

Poco a poco y no solo con el afán de protagonismo o politización del asunto, se dio lugar a un hecho que era obvio, tenía que suceder, cual es reconocer a estos pueblos oprimidos, muchos reprimidos y casi eliminados a ser reconocidos su existencia y por su puesto su preservación y cuidado; como una forma de reconocimiento a nuestras raíces y ancestros, no obstante esa tarea dura, como exigente, no hizo sino despojar a muchos pueblos de su propia incluso identidad, empoderar a dirigentes, representantes, tatas, jilakatas etc., de pueblos indígenas hoy corrompidos y maleando el verdadero sentido del indigenismo, disfrazado estos últimos años, como una especie de resarcimiento, por un daño ocasionado y deuda a pagar; el politizar el tema indígena (tema que utilizan todos los partidos o alianzas políticas con promesas o prebendas) y crear falsas verdades;(existe una deuda histórica en favor de indios en desmedro incluso de otros indios y estos contra otros; unos merecen más que otros ser “bolivianos de 1ra o de 2da); en ambos casos induciendo a la exaltación al odio y convencimiento de discriminación entre bolivianos; permitiendo empoderamiento de pocos ilegitimados en desmedro de toda una etnia, grupo e incluso sociedad, etc.).

Sin embargo, estos avances logrados a partir de la década de los 90s,[11] sufrieron una especie de imposición de una clase dominante que, en su afán de reconocer una humillación incluso vivida después del colonialismo español, atribuían cierta responsabilidad no solo a gobernantes anteriores sino a toda una nación, la boliviana, y queriendo o sin querer queriendo y sin dudar, comienza el camino hacia reconocer la existencia en Bolivia de bolivianos de primera y bolivianos de segunda y a son de reconocer la diversidad de culturas que evidentemente se constituye en una riqueza para el país, debemos ser la gran mayoría de la población que ve mermada la posibilidad de tener y gozar de los mismos derechos de unos contra otros, aun todos viviendo en una misma sociedad y obligados a responder a un solo ordenamiento jurídico, político y social y por tanto se degenera, lo que desde nuestro punto de vista debiera ser “respetar, proteger, impulsar, preservar en sus usos y costumbres a pueblos indígenas originarios- autóctonos de nuestro país”, confiriéndoles esas prerrogativas a quienes lo merecen y no a quienes creen que se lo han ganado como favor político demagógico y discriminador.

Nos referimos a que en este último tiempo, última década del siglo XXI, para ser exactos, se han venido implementando un conjunto de leyes y reformas estructurales que afectan directamente la situación de las poblaciones indígenas, en dimensiones estratosféricas, sin embargo no está por demás referirnos a que este movimiento legislativo, dejando de lado la reforma agraria de 1953, que también coadyuvo y empezó en cierta manera a distorsionar la existencia de pueblos originarios,  todo empieza a tomar forma distinta a raíz de la ley de Participación Popular.

La ley 1551  de 20 de abril de 1994[12], en su artículo 1 reconoce, promueve y consolida el proceso de participación popular articulando a las comunidades indígenas, campesinas y urbanas, en la vida jurídica, política y económica del país, definiendo como sujetos de la Participación Popular a las Organizaciones Territoriales de Base, expresadas en las comunidades campesinas, pueblos indígenas y juntas vecinales, organizadas según sus usos, costumbres o disposiciones estatutarias; ya luego diríamos ha generado oportunidades para que sectores de la sociedad civil puedan participar activamente en la definición e implementación de políticas de desarrollo para estos sectores clave de nuestro país, y luego fuimos un poco más allá y con la ley de autonomías, la ley de protección a naciones y pueblos indígenas, ley de deslinde jurisdiccional y otros, muchos pensaban o continúan pensando que todo está encaminado, no obstante existiendo el peligro de que los grupos dominantes de elites indígenas, terratenientes no originarios per se, mantengan sus espacios de poder y las comunidades indígenas originarias y las campesinas también, queden igualmente marginadas y desestructuradas, pisoteadas hasta incluso estafadas, o quizá hasta eliminadas, una vez más.

Esta situación puede ser tristemente constatada en varias regiones del país, especialmente en las zonas de presencia indígena, evidenciando el hecho de que este avance jurídico debió ir acompañado por un avance social, es decir, la capacitación de los mismos indígenas para que pudieran explotar todas las potencialidades de esa ley; como hoy lo es respetando la declaración universal de los derechos de los pueblos indígenas de las naciones unidas que entre otros  aspectos prevé en el artículo 8 y 11 que estos pueblos tienen derecho a no ser sometidos a una asimilación forzada ni a la destrucción de su cultura. Los pueblos indígenas tienen derecho a practicar y revitalizar sus tradiciones y costumbres culturales y ello incluye el derecho a mantener, proteger y desarrollar las manifestaciones pasadas, presentes y futuras de sus culturas, como lugares arqueológicos e históricos, objetos, diseños, ceremonias, tecnologías, artes visuales e interpretativas y literaturas, y lo más importante de todo y conforme el art 4 de esta declaración, los pueblos indígenas, en ejercicio de su derecho a la libre determinación, tienen derecho a la autonomía o al autogobierno en las cuestiones relacionadas con sus asuntos internos y locales, así como a disponer de medios para financiar sus funciones autónomas. Lo que en la práctica no se cumple, según dichas normas de reconocimiento y otorgación de derechos.

Nótese, que la disposición señalada, no es ni se constituye en una obligación del Estado a financiar a perpetuidad, sino se entendería como la viabilizacion, a través de políticas públicas, de encaminar-financiando proyectos en favor de los pueblos indígenas, buscando mecanismos de autofinanciamiento posterior de sus actividades, con la presencia vigilante y fiscalizadora del Estado, pero con un aprovechamiento en general para este grupo étnico originario, por tanto, no debiéndose considerar una obligación del Estado de financiar permanentemente proyectos que en vez de unir a estos pueblos los divida entre explotadores y explotados y se vayan distinguiendo más efervescentemente esa distinción de bolivianos de primera y bolivianos de segunda incluso entre ellos mismos.

Esta plenamente demostrado que existe suficiente capacidad humana de parte de comunidades minoritarias indígenas originarias, para autogobernarse, autofinanciarse y buscar la auto sostenibilidad de proyectos, en base a usos y costumbres propios y ancestrales, por lo cual ese reconocimiento de autogestión no puede sino ir acompañado de una vigilante como reguladora entidad del Estado que coadyuve al desarrollo y preservación de estos grupos y entre otros aspectos dejen de ser o aplicar inútiles propósitos de confundir esencias y características propia de estos pueblos aborígenes o autóctonos, con otros pueblos de diferentes característica llamados originarios campesinos o peor aún otros que se creen originalmente barbaros.

Como paréntesis del párrafo anterior, por ejemplo, y sobre esta barbarie de los barbaros, en algunas zonas o comunidades habrían definido, según sus usos y costumbres, un ordenamiento jurídico, no solo permitiendo sino dejando en impunidad cualquier acto de vandalismo, crueldad animal y/o justificar asesinatos en caso de una u otra acción o reacción sea contraría a lo que ellos pregonan.

Este tipo de criterios y además no repudiados o muy poco atendidos, no hacen otra cosa que hacer perder credibilidad sobre el verdadero y sentido estricto de lo que es defensa de los  pueblos autóctonos, derivando esto a que además se haya ponderado y legalizado el llamado deslinde jurisdiccional donde entre otras cuestiones defiende y garantiza que la jurisdicción indígena[13] originaria campesina y este goza de igual jerarquía que la jurisdicción ordinaria, la jurisdicción agroambiental y otras jurisdicciones legalmente reconocidas, bajo un solo ordenamiento jurídico para el Estado boliviano y que además en relación al sistema de justicia[14], este la ejerce por medio de sus autoridades, en el marco de lo establecido en la Constitución Política del Estado, condenando solo la pena de muerte[15] pero sin tener claro mecanismos reguladores de sanción penal indígena originaria, por ejemplo, procedimientos y ejercicio de derechos humanos.

Asimismo, la actual Ley marco de autonomías y Descentralización No 031 vigente desde 13 de julio de 2010, si bien reconoce aspectos y mecanismos para el desarrollo de usos y costumbres, y procura conceptualizar y textualizar lo establecido en la CPE, en la práctica, son pocos los que han llegado como pueblo originario a ser reconocidos, a pesar de su existencia[16] o bien ciertos avances han sido elogiables y quizá muchos otros habrá que re interpretar.

La autonomía, en el caso indígena en particular, debe permitir mayor descentralización en aspectos jurídicos, económicos en control y administración de temas, entre lo indígena-Estado, y por sobre todo fortalecer a que el Estado sea un canalizador y único potenciador del fortalecimiento institucional de esta autonomía de estos pueblos, a fin de que se auto gestionen y sean auto sostenibles por si mismos, diferenciando indudablemente a los pueblos originalmente tradicionales y ancestrales de aquellos pueblos indígenas campesinos que, más bien por sus características de sometimiento a la vida civil y ordinaria, deben ser considerados dentro de aquella, más bien, autonomía jurisdiccional municipal y no autónoma indígena en estricto sensu.

Activistas y defensores de los pueblos indígenas, de América latina principalmente, exigen, contradictoriamente, mayor ayuda del Estado no tanto así para la conservación o preservación de estos pueblos en un estado puro, sino más bien para modernizarlos e incluso puedan tener acceso a una mejor educación, salud y oportunidades de progreso comunitario; lo cual indica que las generaciones actuales, de estos grupos étnicos, no se hallan en la lucha de la preservación del pueblo en sí, sino la concesión de oportunidades nuevas a generaciones provenientes de estos pueblos para proteger su región, sus tierra o territorio y áreas protegidas, sin que se confunda una mercantilización de sus actividades y la generación de una división de su estructura social,  o peor aún que sus usos y costumbres se alineen y por tal sean manoseados no solo por el mestizaje emergente en Bolivia, sino por intereses económicos empresariales de fuera o dentro del país.

Se dice que habrían 70 grupos de naciones indígenas[17] y que solo la mitad de ellos habrían sido reconocidos por la CPE en calidad de etnias, y el resto habrían sido descartados al no poder cumplir o demostrar alguno de los requisitos sin el o los cuales no podrían haberse reconocido estos pueblos autóctonos, aborígenes originarios; sin embargo y paradójicamente muchos de estos muestran su verdadero interés en que sean reconocidos también en sus formas de autogestión y legitimas aspiraciones de un grupo étnico determinado y minoritario, no siendo que exijan del Estado otras consideraciones que no sean las mínimas que se merezcan (a pesar de sus orígenes).

Por el otro lado, existen grupos o pueblos que mayoritariamente descienden o han sido anexados o relacionados a civilizaciones de dominio quechua o aymaras, (“por no decir todos descienden de uno u otro grupo), que más que pretender tener una autonomía, han ido exigiendo recursos al Estado para hacer no comunidad autónoma, sino negocio y diferenciarse de unos mejores o más fuertes que otros, no habiendo destruido esa visión de primigenia en su reconocimiento autóctono y tradicional entre todos los  pueblos en el país con relación a otros pequeños grupos más vulnerables.

Asimismo y una puntualización importante es que como dijimos y planteábamos antes,  todo aquel grupo perteneciente o anexado a los aimaras o quechuas y hayan sido reconocidos por la constitución que vivan en pequeñas localidades, pueblos o municipios o mejor dicho territorialmente dependan de un municipio, no deberían exigir al Estado recursos que no vayan a beneficiar a una colectividad, y que, además, en el tiempo no desarrollen proyectos auto sostenibles, lo cual genera, sin duda, una mal costumbre de estos pueblos de exigir sin dar nada a cambio, de reclamar sin demostrar su razón de existir por tal, se sobrepongan a los más pequeños y aleguen para si un tratamiento diferencial y más favorecido que para cualquier  otro grupo de la sociedad civil nacional, y además sin responsabilidades sobre su discrecionalidad, en este caso del manejo de recursos o gestión de proyectos.

MODELO ECONOMICO PARA PUEBLOS INDIGENAS

Mucho se ha hablado del modelo económico de nuestro país, en el que sin entrar en pormenores o detalles, ha ido, en este tiempo, sacando ciertos réditos e incluso beneficiando a ciertos sectores de la población a través de la reactivación del aparato productivo, la generación de empleo, etc., también haber sumido a una terrible y caótica situación deficitaria, de muchos emprendimientos, y el desazón y preocupación para quienes dependen de estos emprendimientos acerca de su futuro; sin embargo han tratado de fortalecer ciertos sectores, en torno al tema indígena, en este caso, que en vez de potenciar su rol productivo se ha ido tejiendo un sistema corrupto y corrompido sobre el cual muchos proyectos de impacto económico social, en vez de tratar de obtener réditos comunitarios, han logrado obtener réditos personales; hablamos del tan meditado, y soberbiamente respaldado Fondo Indígena[18], creado mediante disposición legal a través de la cual pueden gestionarse, financiarse, ejecutarse de manera directa y fiscalizando programas y proyectos para el desarrollo productivo de los Pueblos Indígena Originario Campesinos, Comunidades Campesinas, Interculturales y Afro bolivianas, y donde además de percibir el apoyo del presupuesto general del Estado, también deban recibir  recursos provenientes del IDH que deban ser destinados a este fondo; cuyos resultados son poco halagadores y en gran parte desconocidos públicamente.

Los hoy conocidos proyectos que, esperamos un día sean esclarecidos. (Recursos del IDH destinados al Fondo Indígena) pudieron haber tenido mejor suerte si no se hubiese confiado en quienes en realidad no conocen de gestión e impacto, más bien pudo haberse destinado estos recursos para financiar y beneficiar a otros sectores más desprotegidos como por ejemplo niñez, adolescencia, discapacitados o personas mayores, la salud, por poner ciertos ejemplos. [19]

Mucho se ha hablado también del desarrollo agropecuario, en tierras o territorio perteneciente a estos pueblos indígenas, y en muchos casos, han sido aquellos grupos indígenas sometidos a las elites políticas que, sin consulta a tribus u organizaciones más pequeños, han tomado o toman decisiones que, luego pueden permitir nuevos asentamientos, cría de ganado, labores de riego  crianza, pastoreo etc., supuestamente sobreponiéndose intereses económicos y agro negocios que se sobreponen a la vida y territorios indígenas originarias[20], cuando en realidad estas actividades no son malas o negativas que se promuevan per se.

Hoy por hoy, existen en ejecución proyectos de construcción de represas en la amazonia boliviana y que no solo se afectaran y desplazaran a miles de familias e indígenas y despojara de su territorio, sino que se habla de destruir de manera irreversible los ecosistemas inundando bosques tropicales y reductos amazónicos.

Sobre el particular, una manera efectiva de que proyectos altamente significativos o altamente peligrosos y destructivos puedan cohesionar y salir adelante y promoverse; es tratar de encontrar salidas, no de tendencia política partidaria, sino más bien, con una tendencia de desarrollo humano y reconocimiento de derechos a quienes merecen se les reconozca como una política integral de Estado.

Finalmente, un aspecto que ha ido siendo catalogado como altamente dañino es la utilización del modelo extractivista para la generación de riqueza, poniendo en tela de juicio, si verdaderamente somos capaces de defender a la madre tierra y seres vivos o simplemente, lo que nos interesa es sacar réditos personales o políticos, a costa de la destrucción de nuestros ecosistemas, y por tal la eliminación de los verdaderos pueblos indígenas en Bolivia. Recordemos que en julio 2019 el ex mandatario Evo Morales Ayma durante la inauguración del V Congreso Internacional Gas & Petróleo, decía[21]:

«Tenemos todo el derecho de hacer exploraciones en las llamadas áreas protegidas y vamos hacer con mucha fuerza. Para información del pueblo boliviano y el mundo entero, Bolivia tiene 22 áreas protegidas, vamos a explorar en siete y sólo se va usar el terreno del 0,04%, qué afectación (hay) en tema del medio ambiente», preguntó el mandatario en su discurso inaugural y continuo diciendo: “ La decisión del gobierno nacional, de explorar en áreas protegidas, tiene el apoyo de la Asamblea Nacional del Pueblo Guaraní (ANPG) y del Consejo de Capitanes Guaraníes de Chuquisaca, organizaciones que acordaron recientemente avalar la exploración de hidrocarburos en sus territorios luego de la socialización de los decretos supremos 2298, 2195, 2366, 2368 que regulan la actividad. Además, acordaron dar continuidad a los procesos de consulta y participación para actividades exploratorias.”

Sin embargo, de la nota anterior, el análisis y evaluación de impacto (económico, social y biológico), en torno a este tipo de proyectos, debe ser visto simplemente como si es útil o inútil (si genera progreso, desarrollo, oportunidad, diferenciación, etc.), antes de verlo como posible o imposible o quien la tiene más grande.

Para concluir, creemos que pueden cohesionar perfectamente tanto el respeto adecuado a pueblos indígenas, la ejecución de proyectos de diferente índole y envergadura, sean estas incluso actividades extractivista o no, o más bien impulsadores de turismo aventura o turismo comunitario u otras y también realizar, ejerciendo sus derechos, un uso y aprovechamiento adecuado de recursos naturales, preservando el medio ambiente, y los diferentes ecosistemas de manera sostenible, incluso pensando en ejecutar proyectos que beneficien y protejan a la mayoría de los bolivianos, y todo para poder vivir bien y en consonancia con nuestro entorno.

“…Recordando que la declaración universal de los derechos indígenas, Preocupada por el hecho de que los pueblos indígenas han sufrido injusticias históricas como resultado, entre otras cosas, de la colonización y de haber sido desposeídos de sus tierras, territorios y recursos, lo que les ha impedido ejercer, en particular, su derecho al desarrollo de conformidad con sus propias necesidades e intereses; y Reconociendo también  la urgente necesidad de respetar y promover los derechos de los pueblos indígenas afirmados en tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos con los Estados y Convencida de que el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas en la presente Declaración fomentará las relaciones armoniosas y de cooperación entre los Estados y los pueblos indígenas, basadas en los principios de la justicia, la democracia, el respeto de los derechos humanos, la no discriminación y la buena fe”.., “propone la vida en convivencia y respeto sin imposiciones”. Jlt

CONCLUSIONES

Como alguien tenía que tirar la primera piedra y reconocer que el tema indígena en Bolivia no está solucionado, se concluye y/o propone, que:

  1. Se hace de imperiosa necesidad, bajo el nuevo marco y redirección del aparato estatal, de revisar, verificar, validar y constatar la existencia y necesidades o cantidad de pueblos indígenas, ordinarios, autóctonos, aborígenes en Bolivia y/o en su caso, pueblos o tribus únicos en Bolivia; pueblos indígenas campesinos (dedicados a la producción agraria-agropecuaria); y grupos o pueblos con ascendencia aymara o quechua dispersos en el país, siendo que a partir de ello, se trabaje en mancomunidad la sostenibilidad, protección del medio ambiente, áreas verdes, bosques y patrimonios o reservas naturales y de una reactivación de la economía plural, comunitario y social, así mismo repensar una verdadera y legitima autonomía en el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales de su entorno, diferenciada de unos con otros.
  1. Es imprescindible redefinir el destino y uso o aprovechamiento del llamado fondo indígena, procurando encontrar medios, mediante los cuales los diferentes proyectos de desarrollo, en favor de estos pueblos autóctonos, originarios aborígenes o muy preservados, sean auto sostenibles y así evitar de crear fuentes financiadoras de ocio económico, basado en procesos que más que fomentar progreso han sido fuentes financiadoras de la corrupción, la flojera, la mentira y el engaño.
  1. Todos debemos involucrarnos hacia la búsqueda del éxito como seres humanos, respetando a la naturaleza y ecosistemas, pero principalmente dando al ser humano y grupos indígenas originarios en su esencia pura, la mejor posibilidad de vivir en sociedad, bien y en armonía.
  1. Se debe trabajar en la fórmula para encontrar un uso mejor y adecuado de los recursos hoy destinados al fondo indígena, provenientes de las utilidades del IDH, destinando un menor porcentaje a este sector bajo condiciones de auto sostenibilidad y asignar mayores recursos a grupos minoritarios más vulnerables previamente identificados.
  • Debe discutirse, sin prejuicio o tabúes sobre la determinación de preservar pueblos autóctonos originarios en un sentido restrictivo y egoísta (casos como reservas de indios en norte América);  o tratar de encontrar formas de convivencia en armonía que, respeten usos, costumbres y tradiciones ancestrales, si bien no alineados del todo a la modernización de la sociedad, pero si abriendo espacios de formación, especialización, discusión y valoración de raíces y orígenes de pueblos indígenas originarios en Bolivia; pero dejar de revalorizar o priorizar a ciertos sectores en desmedro de otros que son la mayoría.
  • En el marco de la revisión preliminar de los programas de gobierno de las 4 principales alianzas o partidos políticos, y desde nuestro punto de vista personal, consideramos que el frente que revaloriza o expone de manera integral mejor la temática Indígena y podría cambiar el rumbo del reconocimiento y relación pueblo indígena-Estado-Sociedad, es Comunidad Ciudadana; a diferencia consideramos del partido del MAS  que bien pretende reforzar un sistema imaginario creado a conveniencia estos últimos 14 años y que además es incapaz de reconocer sus propios errores; o, CREEMOS que por la falta de su capacidad de gestión y experiencia en la cosa pública se le restaría credibilidad sobre la temática indígena y que posiblemente JUNTOS  por el deseo mediato de revalorizar el concepto Estado-Nación, y ante la situación en la que nos encontramos, pueda a través de su candidata y actual presidenta del Estado y por su capacidad de gestión  y decisión, asumir el gran desafío previsto en el presente artículo, capacidad de la cual no dudamos, 
  • Se propone el reto de que se discuta si la palabra INDIO, en su expresión despectiva, frente a otros, pueda tomar una interpretación y su uso, en la jerga boliviana, como aquella persona que independientemente su origen, raíz ancestral o identificación hacia la defensa de lo indígena, se caracterice por ser persona honrada, trabajadora, luchadora, leal y con convicción social y consciente de su rol en la sociedad superando la discriminación de diferente naturaleza racial. 

ANEXO UNICO

PLANES DE GOBIERNO- 4 FRENTES EN DIRECTA DISPUTA A LA PRESIDENCIA 2020-2025

TEMATICA INDIGENA- FORTALECIMIENTO DE LA DESCENTRALIZACION

JUNTOS[22]

Descentralización y autonomías revitalizadas

La experiencia de la municipalización y las autonomías enseña que el país puede afirmarse y funcionar dentro de un sistema avanzado de descentralización, acercando el gobierno a la gente; que las regiones y localidades pueden progresar con autogobierno. En consecuencia, toca ahora revertir la recentralización del poder y la administración pública, operada bajo el MAS, con un fuerte impulso al régimen autonómico y garantizando a todos los bolivianos un piso social mínimo, independientemente de donde habiten. Se trata, ante todo, de descentralizar la salud y la educación y ampliar las competencias subnacionales en políticas agrarias, forestales, ambientales, desarrollo social, seguridad ciudadana y otras, con nuevas pautas de responsabilidad compartida entre las instancias estatales y territoriales. Materializar  un  Pacto Fiscal  para distribuir los recursos con equidad y solidaridad, extender el universo tributario y crear otras fuentes de ingresos con progresividad y eficiencia. En suma, recrear el espíritu de la Participación Popular, inyectando una renovada vitalidad a la descentralización y la construcción de una cultura cívica de derechos y deberes, de confianza, cooperación social y sentido comunitario.

Pueblos indígenas y originarios

 Nuestro compromiso con los indígenas ha sido demostrado denunciando los graves hechos de corrupción y manipulación política del Fondo Indígena, y también con la defensa firme de los derechos e intereses de las comunidades indígenas, avasallados de muchas maneras por el falso gobierno “indígena” del MAS.

Ahora renovamos nuestro compromiso con los pueblos indígenas y originarios, con sus reivindicaciones de identidad cultural, dignidad, participación política y demandas socioeconómicas. En el marco del Estado autonómico, facilitaremos el acceso voluntario de los municipios indígenas a la condición de autonomías; reformularemos el mecanismo de consulta previa a las comunidades, para que sea un medio constructivo de consentimiento; rediscutiremos la ley de deslinde jurisdiccional, para convertir a la  justicia comunitaria de la pura retórica que ahora es, en un mecanismo efectivo de resolución de conflictos y descongestionamiento de la justicia ordinaria, garantizando los derechos humanos y la igualdad jurídica. Nuestro compromiso se extiende a la protección legal de TCO y propiedades comunarias, tanto en tierras altas como en tierras bajas, y ante todo a fomentar el desarrollo productivo, forestal, turístico y biodiverso, aprovechando el potencial de sus recursos naturales y humanos

CREEMOS[23]

Hacer de las Tierras Indígenas Originarias Campesinas (TIOC) lugares productivos

Se propone convertir a las Tierras Comunitarias Indígenas Originarias Campesinas (TIOC) en centros productivos, con aprovechamiento racional y sostenible de sus recursos naturales renovables y permitiendo que las mismas se conviertan en lugares para el crecimiento y desarrollo de las comunidades indígenas y originarias que los han recibido mediante la titulación por parte del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA).

PROMOCION CULTURAL

Se propone otorgar ayudas económicas directas e incentivos a los Pueblos Indígenas y Originarios para realizar actividades productivas en las Tierras Indígenas Originarias Campesinas, así como promover la asociación de los mismos con empresas privadas para producir bienes y servicios con destino al mercado.

Se propone promocionar la cultura y los saberes de los Pueblos Indígenas y Originarios tanto en el territorio nacional como en el exterior, como medida para conocer su realidad y sostener formas efectivas de pervivencia en el tiempo de sus idiomas, costumbre, expresiones culturales y aporte a la identidad nacional. Otro objetivo es, dentro de los programas nacionales de turismo, mostrarla a turistas internos y externos con el fin de que generen recursos económicos de forma sustentables para las comunidades que resguardas sus riquezas culturales. Finalmente, se busca mantener y promover la diversidad cultura, como bandera del sentimiento de unidad de todos los bolivianos y como elemento de identificación antes un mundo cada vez más homogéneo.

MAS[24]

Pueblos Indígenas

• Difundir, sensibilizar y Promocionar la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas

• Apoyar la aplicación mundial de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas

• Apoyar la incorporación transversal de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales de 1989 (Convenio núm. 169) de la Organización Internacional del Trabajo en los planes nacionales de desarrollo y en las evaluaciones comunes para los países y los Marcos de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo

• Fomentar la participación de los pueblos indígenas en los procesos de las Naciones Unidas

• Defensa y promoción de la consulta previa, libre e informada como contribución a la protección y realización los derechos de los pueblos indígenas

D) LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO PLURINACIONAL

El proceso de cambio se fundó en las luchas de pueblos indígenas originario campesino, movimientos sociales, juntas vecinales, profesionales comprometidos con el pueblo y jóvenes, a fines del siglo pasado e inicios del presente. Estas luchas buscaban la transformación necesaria para superar las trabas con las que el Estado Republicano precedente obstaculizaba el desarrollo nacional. Luego de años de sacrificios de los movimientos sociales y de las clases populares unidas, se logró conformar un gobierno de y para las mayorías nacionales, con la misión de recuperar los recursos naturales en beneficio del pueblo e impulsar la organización de una Asamblea Constituyente que refunde el Estado.

Educación

La revolución educativa iniciada en el proceso de cambio incorporó a la educación las aspiraciones de los movimientos indígenas, los movimientos sociales, los maestros y maestras, y los padres de familia, en busca de un sistema educativo inclusivo y pertinente.

PILAR 10: INTEGRACIÓN COMPLEMENTARIA DE LOS PUEBLOS CON SOBERANÍA

Durante la época neoliberal, la política exterior se caracterizó por un enfoque servil a los intereses de grupos de poder económico privado extranjero, y por depender de las políticas de potencias y regímenes hegemónicos extranjeros, sin velar por la soberanía y la libre autodeterminación de los pueblos. Esto afectó los intereses nacionales y la capacidad soberana de actuación política, excluyendo a la población, los sectores sociales y los pueblos indígenas. En general, el país no tuvo una visión propia en el escenario internacional.

Promover el reconocimiento del derecho de los pueblos indígenas de participar activamente en la toma de decisiones. En el caso específico, la gestión de los recursos transfronterizos debe contemplar la participación de dichos actores sociales para lograr una concertación en la toma de decisiones. Esta participación debe respetar sus usos, costumbre, conocimientos y autoridades, en coordinación con otras instancias del nivel nacional y subnacional, así como instituciones académicas y de la sociedad civil, mediante el diálogo de saberes y el diálogo intercientífico.

COMUNIDAD CIUDADANA[25]

Promover políticas de apoyo a los pueblos indígenas respetando sus territorios.

163. Derechos y libertades fundamentales de los pueblos indígenas. Respetaremos el ejercicio del derecho a la libre determinación y a la autonomía, que han sido sistemáticamente violentados. Respetaremos la independencia política de las organizaciones indígenas y campesinas como parte del derecho a su autonomía.

164. Respeto al derecho a la consulta previa de pueblos indígenas. Respetaremos y haremos respetar el derecho de los pueblos indígenas a la consulta libre, previa e informada y de buena fe, en el marco del Convenio 169 de la Organización

Internacional del Trabajo y la CPE.

165. Protección de los territorios indígenas. Aceleraremos los procesos de saneamiento y titulación de los TIOC para la gestión territorial indígena, en el marco de un modelo económico de convivencia armónica con la naturaleza.

166. Fondo Indígena. Restituiremos la gestión profesional y transparente del Fondo

Indígena a los pueblos indígenas, a través de sus organizaciones legítimamente constituidas y elegidas.

167. Planes de vida para el bienestar económico-social de pueblos indígenas. Promoveremos procesos participativos de planificación, en los que se establezcan

Estrategias para el desarrollo integral de sus territorios, a partir de sus propias visiones, prácticas culturales y ambientales, sin perjuicio de que puedan ser integradas a nuevas tecnologías e innovaciones productivas y comerciales pertinentes.

168. Emprendimientos comunitarios. Fomentaremos, a través de la canalización de apoyo financiero y tecnológico, la constitución de emprendimientos comunitarios indígenas y la gestión de sus recursos naturales para el bienestar económico y social.

V) Construir centros comunitarios ciudadanos, urbanos y rurales, para promover la

equidad económica y social.

169. Centros comunitarios ciudadanos. Implementaremos centros comunitarios ciudadanos como modelos de desarrollo urbano integral y del territorio. Estos son espacios de oportunidad social, económica, cultural y empresarial que convierten a la infraestructura en un lugar donde se reconstruye la ciudadanía y se recupera la dignidad ciudadana. Los centros comunitarios ciudadanos, en estrecha coordinación con la población y con las autoridades municipales, serán implementados en al menos 35 ciudades. Parte importante de nuestra política social y de apoyo al emprendimiento se implementará a través de estos centros.

170. Educación, conocimiento y aprendizaje. A través de estos espacios impulsaremos centros de enseñanza pre-infantil, asistencia pedagógica y nuevos saberes 168. Emprendimientos comunitarios. Fomentaremos, a través de la canalización de apoyo financiero y tecnológico, la constitución de emprendimientos comunitarios indígenas y la gestión de sus recursos naturales para el bienestar económico y social.

Se dinamizarán proyectos de corredores interoceánicos que contribuyan a mejorar nuestra infraestructura física y energética, en el marco de la conservación y protección de bienes, servicios, equilibrios ecológicos y del respeto a pueblos indígenas vulnerables. Enfrentaremos competitivamente los retos de la economía global, vinculando los puertos y mercados del Pacífico con el Atlántico, así como hidrovías, zonas francas, puertos libres, ferrocarriles, ductos, etc.


[1] Artículo escrito por Jorge Lizárraga Torrico, doctorando en Derecho de la Universidad Rey Juan Carlos-Madrid-España.

[2] Centro de Evaluación de Impactos Sociales Bolivia y Europa, Asociación sin fines de lucro dedicado a la investigación e identificar formas o mecanismos de generación de impacto social en programas o políticas

[3] Gualberto Lizárraga Ferrel, punateño, cochabambino, boliviano, jubilado,  sociólogo, investigador y docente universitario por más de 40 años de prestigiosas universidades públicas y privadas bolivianas y Fundador de la carrera de comunicación social de la UMSA, con estudios realizados en Bolivia, Chile, Estados Unidos y Francia, doctorando en educación superior, máster en desarrollo humano , y autor de diversos artículos de prensa, textos de consulta y de investigación social sobre temáticas como pueblos indígenas, tierra y territorio, desarrollo social, descentralización administrativa y otros, dirigente político y fundador del Partido Socialista 1 (PS-1) junto a Marcelo Quiroga Santa Cruz.

[4] Esto diferente entendiéndose como discriminador, racista, capitalista, socialista, mercantilista, demagogo, cholo, alineado, comerciante, mercachifle, etc., términos que se utilizan en la jerga común para aquel que inconscientemente puede pensar diferente sobre otras personas, por su color de piel, raza, género o identidad u orientación sexual.

[5] Ley de participación popular, ley de descentralización administrativa, modificación ley de reforma agraria, otros.

[6] Reconocimiento constitucional de   Estado -Nación unitario, republicano, multiétnico y pluricultural.

[7] Ley de descentralización y autonomías, ley de deslinde jurisdiccional, creación de fondo indígena, otros.

[8] El Vicepresidente Álvaro García Linera dijo a los padres y madres de familia de la comunidad de Viliroco, que si no dan su apoyo al presidente Evo Morales, «regresarán los vende patria, quitarán todo a las wawas, el sol se esconderá y la luna se escapará». Página siete de 25 de noviembre 2015.

[9] Uchupaniona amazonia boliviana, nación kara kara Chuquisaca entre otros, que perdieron el reconocimiento por falta o ausencia de algún de aquellos que se exige para la obtención de su certificación por parte del Estado.

[10] Constitución política del Estado vigente desde 1967 y con reformas de 1994 de 12 de agosto de 1994. Art. 1.- Bolivia, libre, independiente, soberana, multiétnica y pluricultural, constituida en República unitaria, adopta para su gobierno la forma democrática representativa, fundada en la unidad y la solidaridad de todos los bolivianos. Art. 171.- 1. Se reconocen, respetan y protegen en el marco de la ley, los derechos sociales, económicos y culturales de los pueblos indígenas que habitan en el territorio nacional, especialmente los relativos a sus tierras comunitarias de origen garantizando del uso y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, a su identidad, valores, lenguas y costumbres e instituciones.

2. El Estado reconoce la personalidad jurídica de las comunidades indígenas y campesinas y de las asociaciones y sindicatos campesinos. 3. Las autoridades naturales de las comunidades indígenas y campesinas podrán ejercer funciones de administración y aplicación de normas propias como solución alternativa de conflictos, en conformidad a sus costumbres y procedimientos, siempre que no sean contrarias a esta Constitución y las leyes.

La Ley compatibilizará estas funciones con las atribuciones de los poderes del Estado.

[11] No sin antes advertir que esta lucha o avance sobre reconocimiento de algo, parte por territorio y el origen mediante el cual unos u otros se apoderan del dominio  de estos territorios (aimaras-quechuas, urus, chipayas), etc.

[12] Ley de participación popular gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario.

[13] Articulo 3 ley 076 de 29 de diciembre de 2010 de deslinde jurisdiccional.

[14] Articulo 7 ley 076 de 29 de diciembre de 2010 de deslinde jurisdiccional

[15] Articulo 6 ley 076 de 29 de diciembre de 2010 de deslinde jurisdiccional.

[16] Nación guaraní en una región autónoma de Charagua se le reconoce su autonomía, pero no el ejercicio pleno; racaympampa se dijo se habría anexado su autonomía indígena pero que en la práctica no llega a cumplir los propósitos.

[17] Afirmación del dirigente indígena y portavoz de la Coordinadora Nacional de Defensa de los Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas Alex Villca Limaco, en la entrevista del programa “es mi opinión” radia tape digital

[18] Decreto Supremo 2493 de 26 de agosto de 2015 que crea el fondo de desarrollo indígena.

[19] ARTÍCULO 6.- (FUENTES DE FINANCIAMIENTO). El Fondo de Desarrollo Indígena, tiene las siguientes fuentes de financiamiento: a. Recursos provenientes del cinco por ciento (5%) de las recaudaciones del Impuesto Directo a los Hidrocarburos – IDH (32%), monto que será deducido del saldo correspondiente al Tesoro General de la Nación – TGN, conforme a lo previsto en el Decreto Supremo Nº 28421, de 21 de octubre de 2005.

[20] Ley 741 quema tierras, bosques, propiedades de indígenas en territorios de origen, lo que podría originar el exterminio indiscriminado y sin piedad de pueblos indígenas que han habitado milenariamente en estas zonas.

[21]https://www.ypfb.gob.bo/en/informacion-institucional/noticias/403-el-presidente-evo-anuncia-que-exploraci%C3%B3n-en-%C3%A1reas-protegidas-tiene-una-incidencia-del-0-04.html0

[22] Programa de Gobierno Juntos, candidata a la presidencia Sra. Jeanine Añez

[23] Programa de Gobierno de CREEMOS, candidato a la presidencia Sr. Luis Camacho

[24] Programa de Gobierno MAS, candidato a la presidencia Sr. Luis Arce

[25] Programa de Gobierno Comunidad Ciudadana, candidato a la presidencia Sr. Carlos Mesa

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