La pregunta emerge de una poesía, pero se convirtió en realidad desde el 20 de enero, cuando el devorador de entrañas asumió todo el poder de una nación que aún proyecta sombras sobre sus alrededores.
Se anunció que el futuro será de conquistas, venganza, intolerancia, desintegración, exclusión, licencia para la limpieza étnica, autorización para mofarse, pisotear e insultar, todo en homenaje a un nuevo ISMO, que se me ocurre llamar “el mentirismo”.
Lo que más preocupa es que muchos se rindieron sin pelear. Será que escucharon a Mefistófeles decir a Fausto: “Donde está la fuerza, está el derecho”. Meta, Amazon y otros más se rindieron sin luchar, decidieron sacrificar la verdad (que hace libres) por las ganancias.
Escribo desde un país pequeño que tiene un gobierno con miedo, y por eso no abre la boca frente al avance de una maquinaria de falsedades. Así como se callan en Suecia, también se están reacomodando los partidos de derecha tradicional, esos que ayudaron a reconstruir la Europa de la postguerra, cultivadores del libre comercio y la democracia. El miedo los alía con la extrema derecha. El capital y sus agentes también comienzan a reacomodarse. Davos ha comenzado a abandonar, poco a poco, el capitalismo con rostro humano. Nadie quiere mencionar el clima, está a punto de convertirse en una entelequia.
Nunca se ha tenido un presidente-monarca que pretenda lo que a Milosevic le significó una guerra. Para beneplácito de Netanyahu, sugiere limpiar étnicamente la franja de Gaza y enviar a los palestinos a Egipto y Jordania. ¿El miedo los obligará a aceptar la propuesta? Lo que le pasó al presidente colombiano es un ejemplo. El miedo funciona como arma disuasiva.
Esta crónica está llena de preguntas, porque esta nueva situación provoca interrogantes, algunas sin respuesta. Por ejemplo:
¿La intención del presidente-monarca es resolver el tema ucraniano por encima de la cabeza de los invadidos y sin preguntar a los europeos?
Cuando se acuerde cesar la guerra, ¿quedará callada la Unión Europea?
En el Parlamento Europeo, los aliados de ambos monarcas, el ruso y el estadounidense, son cientos. Hay presidentes o primeros ministros fieles militantes del nuevo ISMO y sus ejecutores. Cito a algunos: Meloni de Italia, Orban de Hungría, Fico de Slovenia, que están en ejercicio, y los que podrían ser elegidos como Le Pen, Núñez Feijóo y otros de menor calado.
¿Es el presidente-monarca un fascista, un nazi o hay una exageración interpretativa?
El filósofo belga Michel Feher dice: “Algo es seguro, la potencia más grande del mundo tiene un régimen que podemos llamar neofascista”.
Ser nazi no es solo haber sido el ejecutor del Holocausto. Ser nazi es también creerse el elegido, ser ario, ser Übermensch, como Elon Musk, que levanta el brazo no para detener un taxi, sino para saludar como lo hacían los que se creían Übermenschen.
Siempre hubo más de dos sexos. ¿Por qué le tienen miedo al homosexualismo? No es enfermedad y tampoco es infectocontagioso.
A veces me cuesta leer los diarios porque todo gira alrededor del presidente-monarca y, cuando leo y hago proyecciones, me viene a la mente el recuerdo de 1984, y me aterra el mundo de mis nietos.
La plataforma X y FOX son el Ministerio de la Verdad, que se encargan de reescribir la historia, moldeando los hechos para que se adapten a la narrativa oficial. Los paralelismos son inquietantes y nos obligan a preguntarnos si realmente estamos viviendo una distopía contemporánea.
La manipulación mediática y la censura se han convertido en herramientas esenciales para estos nuevos regímenes. La información se distorsiona, las voces críticas se silencian y se promueve una única visión del mundo, eliminando cualquier posibilidad de disenso. En este contexto, la libertad de expresión se convierte en una utopía.
Los que escribimos, los que pensamos diferente, no somos comunistas como nos califican a la ligera, sobre todo en EE. UU. Stalin también fue un tirano que mató millones de personas porque pensaban diferente. No defiendo ni a los Ortega, ni a los Maduro y tampoco a los Canel.
Los demócratas estadounidenses no llegan ni siquiera a los límites del pensamiento socialdemócrata escandinavo. No nos equivoquemos, no se trata de izquierda y derecha, se trata de fascismo y democracia. Se trata de tiranía, autocracia y dictadura contra la democracia que abre las anchas avenidas de la libertad. En efecto, la democracia debe profundizarse para que los ninguneados sean tratados como ciudadanos con derechos y obligaciones. Sociedades con respeto por el Otro.
En medio de este panorama desolador, la esperanza reside en la resistencia colectiva y también personal. Es crucial que las sociedades se unan para defender sus derechos y libertades. Es vital que el individuo pelee por sus derechos.
Hay que esperar de pie, no de rodillas. Son cuatro años, aunque ya hay rumores de que quiere extender su período de presidente-monarca.
La historia nos ha enseñado que los regímenes autoritarios no son invencibles.
Comencé con un verso y termino con otro: “No te des por vencido, ni aún vencido”.