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¿Porqué faltan los carburantes en Bolivia? ¿Cuánto se vendió de gasolina y diésel y qué departamento consumió en el 2024?

Luis Fernando Romero Torrejón

En las últimas horas se ha agudizado la escasez de carburantes en el país, que ante las declaraciones del presidente de YPFB ha generado más incertidumbre y pesadez, lo cual se ha traducido en largas filas en los surtidores a lo largo y ancho de Bolivia. El reconocimiento de iliquidez en dólares y la incapacidad de proveer de diésel y gasolina de manera oportuna, ha puesto en vilo a la población y provocado expectativas negativas en todos los agentes económicos del país. La solución, según ellos, es la aprobación y desembolso de créditos para comprar combustibles a corto plazo, mientras tanto, ofrecen liberar más aun las importaciones y poner su logística a disposición para venderles, sin subsidio, carburantes a precio internacional.

Según datos recopilados, el año 2024, se vendió un total de 2.809.821.746 litros de carburantes en el mercado interno, de los cuales el 82% fue diésel oíl y el 18% gasolina especial. Esto incluye la venta tanto a consumidores pequeños (motocicletas, vehículos particulares, de transporte público, pesado y otros) a través de surtidores privados y estatales, como también la comercialización directa a los GRACOS, como ser cooperativas mineras, empresas agroindustriales, y otros, como así, ventas directas en volúmenes grandes a entidades públicas nacionales y subnacionales.

En el caso de la gasolina especial, la gestión pasada, los tres últimos meses del año 2024, se vendió el 29% del total de ventas de este carburante, denotando una mayor demanda, entre algunos factores, la especulación y escasez temporal en el mercado. En cambio, los meses de mayor venta de diésel oíl en el país fue junio, agosto, septiembre y diciembre, representando el 37% de total. Esto se debió por ejemplo al ciclo productivo del sector agropecuario del oriente boliviano.

La venta de gasolina especial por departamento, con los datos obtenidos, ubica a Potosí con la mayor compra del mismo en la gestión 2024, con un 24% del total nacional. En segundo lugar, se ubica el Beni con el 18% y en tercer puesto el departamento de Chuquisaca, con el 16% del monto total de las ventas hechas de este carburante.

En el caso del diésel oíl, la venta en el país, que incluye el diésel nacional, importado y gas oíl, el principal consumidor y comprador fue el departamento de Santa Cruz con el 37%, de ahí le sigue La Paz, con el 23% de las ventas hechas en el país. En el tercer puesto se encuentra Cochabamba, con un 14% del total vendido de este carburante durante el año 2024.

¿Cuáles son las causas de la escasez de carburantes en el país?

Son varias en realidad, pero de manera simple y por importancia, estas, bajo nuestro criterio, son las principales causas:

  1. Subvención a los carburantes: Y no es por el gasto en el que se incurre, que representa aproximadamente el 3% del PGE, sino por sus daños colaterales. a) Contrabando masivo hacia países vecinos como el Perú, debido a su bajo costo. b) Consumo elevado de carburantes en más de 600 mil vehículos indocumentados, dentro y fuera del país. c) Uso indiscriminado de la gasolina y diésel subvencionado en actividades ilícitas como el narcotráfico y la minería ilegal.
  2. Problema serio de solvencia y liquidez financiera, principalmente en divisas tanto de YPFB como del gobierno nacional. Esto por la caída de las exportaciones de gas natural, y por lo tanto de los ingresos en dólares y el crecimiento desmedido y sostenido del gasto estatal, que ha dado lugar a 11 años consecutivos de déficit fiscal, con consecuencias tales como el agotamiento de nuestras RIN, crisis cambiaria, comercial, energética, entre otras.
  3. Política hidrocarburífera y energética ineficiente, la cual no ha generado la sustitución de importaciones ni la industrialización de los hidrocarburos en el país, que, con la actual ley de hidrocarburos, solo se ha dedicado a cosechar los frutos de décadas pasadas. Por ello, el actual desabastecimiento crónico de carburantes, no solo es por la falta de divisas, sino porque jamás se tuvo la voluntad y capacidad de producir lo que consume nuestra economía.

Aunque la estatal petrolera y el mismo gobierno busque responsabilizar de la actual crisis de carburantes en el país al contexto externo, oposición, rivales políticos y a una ALP, que según ellos, no aprueban $us. 1.667 millones de dólares para compra de gasolina y diésel, siendo que estos créditos tienen otra finalidad, no se puede tapar el sol con un dedo, esta crisis estructural de más de una década es consecuencia de los factores explicados, la cual ha comenzado a mostrar su rostro mas feo.

Finalmente, el lunes pasado el gobierno nacional ha aprobado el Decreto Supremo N° 5348, el cual faculta a YPFB a buscar divisas a través del Banco Unión, como también tomar acciones para obtener los recursos para importar diésel e insumos para la elaboración de gasolina, en cumplimiento de lo que indica la CPE. Inclusive se habla del uso de criptomonedas para pagar a los proveedores de carburantes, sin embargo, esto depende de la aceptación de los mismos, y que, estos activos virtuales se compran con dólares, los cuales están cotizados por encima de los Bs. 11, lo cual significaría mayor gasto público y/o endeudamiento interno.

Pensamos, que, aunque el litro de diésel o gasolina se venda a Bs. 50, sin subvención, no resuelve el problema de falta de liquidez de YPFB, ya que se necesita dólares para importar carburantes, y con un dólar caro, el problema queda irresuelto, es decir no se resuelve de fondo. Si YPFB quiere hacer de intermediario, tampoco resuelve esta crisis, solo la desinflaría un poco, por dos razones simples. Una, hay muy pocas empresas que tienen dólares suficientes para importar carburantes bajo esta coyuntura, ya sea para uso propio o comercio, además, bajo las actuales condiciones, no es atractivo.

Por lo tanto, solo le queda dos caminos a YPFB y al gobierno para salir temporalmente de esta situación, prestarse o endeudarse más, sobre todo internamente, a través de políticas no convencionales como este decreto o el uso de recursos administrados públicamente pero de carácter privado, y el otro camino, es liberar plenamente las importaciones de carburantes, eliminando su participación y las trabas administrativas, donde temporalmente los importadores no paguen impuestos ni aranceles. Puede sonar muy anti socialistas estas recomendaciones, pero no le queda muchas opciones, lo peor sería actuar demagógicamente como hasta la fecha.

Luis Fernando Romero Torrejón es Presidente Colegio Departamental de Economistas de Tarija

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