Carlos Decker-Molina
El bloqueo de Hungría es más fácil de explicar. Los partidos oficialistas Fidesz y Unión Cívica Húngara tiene como a líder y primer ministro al iliberal Viktor Orbán, cuentan con mayoría en el parlamento y pretenden las disculpas oficiales del gobierno sueco porque algunos políticos y ministros (se refieren al gobierno socialdemócrata/verde del pasado 2015) criticaron públicamente alguna leyes húngaras contra las minorías sexuales y por la tesitura de Orbán contra la inmigración en el ámbito de la UE, desoyendo al cuoteo de Bruselas durante la ola de refugiados de Siria en 2015. El peso de la recepción estuvo a cargo de Alemania, Suecia y Holanda. Por lo menos es lo que se dice oficialmente.
Es una actitud fuera de los conceptos democráticos que se basan en el diálogo y no en la uniformidad de ideas como pretende Hungría. “Ahora que vamos a ser aliados, debemos tenernos respetos mutuos”.
La explicación inoficial señala que Hungría, el único amigo abierto de Rusia dentro la UE, hace todo por boicotear la presencia nórdica en la organización de defensa, por encargo de Putin.
Turquía
El bloqueo de Turquía es más complicado, por la profunda diferencia política e ideológica entre un autócrata como Erdogan y una democracia como la sueca.
La democracia sueca, una de las más desarrolladas del mundo, tiene cuatro leyes fundamentales.
- La ley constitutiva del gobierno (objetivos y normas de la organización del Estado)
- La ley de Libertad de Prensa (protege la libertad de expresión en forma impresa, hablada (radio y televisión) La más antigua del mundo (1796)
- La ley de libertad de expresión (derecho a manifestar y a expresar las opiniones propias. Se puede ser blasfemo)
- La ley de Sucesión (regula la sucesión al trono real)
La libertad de expresión en el caso turco-sueco es importante, conlleva el derecho a expresarse sin ser vigilado ni silenciado. Tener la posibilidad de seguir las noticias sobre el país y localidad de origen (es un derecho ejercido sobre todo por los inmigrantes y refugiados políticos o de guerra)
Se puede participar en asociaciones y manifestarse, debatir opiniones y dirigirse por escrito a los políticos.
La excepción surge cuando esas expresiones son menospreciadoras de otras personas o colectivos. La ley las prohíbe, se conoce como delitos de odio. Entre ellos se encuentra la incitación al odio contra un colectivo, por ejemplo, odio a los gay, a los árabes o a los judíos.
Tampoco se permite proferir amenazas contra la seguridad de Suecia, ni se acepta alentar a cometer actos delictivos.
Es tan amplia que permite la blasfemia como quemar el Corán o la Biblia o algún otro texto sagrado.
Los kurdos en Suecia
Viven refugiados tanto los kurdos kurmanchi (mayoría procedente de Turquía) como los sorani (mayoría de Irán). Hay ya una tercera generación totalmente integrada a la sociedad sueca.
Suecia, Alemania y Holanda fueron los primeros países europeos en darles refugio a estas minorías (kurda (musulmana) y asiria (cristiana)), eternas perdedoras de la historia del oriente medio. Nunca les permitieron usar sus idiomas (kurdo y arameo) Su literatura estuvo censurada e incluso prohibida. Los primeros libros en el idioma de los kurdos y de los asirios han sido publicados en Suecia y Holanda.
En mi calidad de jefe de redacción de la unidad de lenguas extranjeras de radio Suecia Internacional fui el autor de la apertura de emisiones radiales en kurdo, para beneficio de los refugiados de esa minoría.
La segunda y tercera generación son muy activos en la vida cultural y política sueca, por ejemplo, la autonomía kurda en el Iraq post Saddam, tiene muchos de sus profesionales y políticos formados en las escuelas y universidad suecas.
No voy a entrar en más datos históricos, creo que son los suficientes como para entender que las diferencias entre Erdogan y Suecia son profundas.
Es importante señalar que Suecia como el resto de la Unión Europea (UE) consideran terroristas a los miembros de PKK sigla del Partido de los Trabajadores Kurdos; nacieron maoístas en los 60, pasaron a ser guerrilleros entre los 70/80 con bases en el kurdistan iraquí y actualmente hacen incursiones en territorio turco con métodos terroristas.
Las Unidades de Protección Popular Kurda, una milicia de autodefensa, su sigla oficial es YPG/YPJ la segunda sigla en la unidad de mujeres, son las verdaderas ganadoras de la guerra en Siria; doblegaron al Estado Islámico, fueron aliados de Trump que luego los abandonó porque permitió a Turquía bombardear y meter tropas a territorio ajeno, para evitar que las milicias de YPG/YPJ se asienten en la frontera con Turquía.
Para Erdogan esas milicias son “primos inter pares” de los terroristas de PKK, por eso las tropas turcas de intercepción bombardean e ingresan en territorio sirio para evitar que nazca un Kurdistán que una la provincia autónoma de Iraq con los kurdos del PKK que tienen sus bases entre las montañas turco/iraquíes y lleguen hasta el territorio sirio, controlado por las milicias de YPG/YPJ
Los derechos de los refugiados en Suecia
En los 70 cuando llegaron refugiados de Bolivia, Chile, Argentina y Uruguay, se organizaron en comités nacionales o en asociaciones como la sueca-chilena, por ejemplo, que sigue con vida. O los refugiados senderistas del Perú que pintaban consignas en los muros de los suburbios estocolmenses pidiendo por la vida del “presidente Gonzalo”.
Los “Seis puntistas” una fracción de los Tupamaros organizó una exposición fotográfica testimonial de la represión militar a la que asistió el mismismo Palme que, en ese tiempo, era el líder de la oposición.
En los 70 estaban también los refugiados de los países del “Este”, húngaros, polacos, alemanes, búlgaros, albaneses que también hacían campañas contra los regímenes del bloque comunista.
Esta tradición sueca sigue vigente, nunca importó el signo ideológico. Suecia practica la defensa de los derechos humanos por eso recibió muchos turcos que sufrieron la persecución de Erdogan después del intento de golpe de 2016.
Hay acusados de terroristas solo por ser partidarios de Fethullah Gülen, líder musulmán exilado de Erdogan y refugiado en los EE. UU. o periodistas que, al no alinearse con el gobierno, perdieron su libertad y son motejados de terroristas.
El principio sueco se basa en la defensa de la democracia y la condena a las dictaduras y/o gobiernos autoritarios. La dictadura no tiene signo ideológico para la visión sueca.
Tanto el gobierno socialdemócrata como el actual de derecha, tomaron aliento para decir, “Turquía es una democracia”; sí, porque todavía están vigentes las elecciones.
El acuerdo tripartito de Madrid
El documento fue suscrito por los dos países nórdicos y Turquía en la reunión de Madrid en junio de 2022, Suecia en ese momento tenía un gobierno socialdemócrata, aunque en minoría.
Como todo texto diplomático, sirve para que unos interpreten de una manera y otros de otra.
Stoltenberg, secretario general de la OTAN dijo: “Me complace anunciar que tenemos un acuerdo que allana el camino para que Finlandia y Suecia entren en la OTAN. Los dos países y Turquía han firmado un memorando que aborda las preocupaciones turcas, incluyendo las exportaciones de armas (Suecia y Finlandia se negaban a exportar armas Turquía por su intervención de facto en el conflicto armado de Siria) y la lucha contra el terrorismo (kurdo)”.
En parte saliente el memorando dice: “Finlandia y Suecia no prestarán apoyo a las YPG/PYD [el brazo político de las milicias kurdo-sirias] ni a la organización descrita como FETÖ en Turquía (la organización del líder islámico turco al que el Gobierno de Erdogan acusa de estar detrás del fallido golpe de Estado de 2016)
Otro párrafo señala: los dos países “abordarán las solicitudes pendientes de deportación o extradición de sospechosos de terrorismo por parte de Turquía de forma rápida y exhaustiva, teniendo en cuenta la información, las pruebas y la inteligencia proporcionadas por Turquía”.
Stoltenberg aclaró: “el proceso de extradición se llevará a cabo de acuerdo con el Convenio Europeo de Extradición, respetando el Estado de Derecho y los sistemas jurídicos de estos países”.
En Suecia ya hubo un rechazo a esas extradiciones por parte del sistema jurídico. Erdogan ha mencionado 120 nombres, aunque en conferencias de prensa anteriores la cifra era menor.
Se acercan los diez meses de la suscripción del acuerdo de Madrid y Turquía sigue bloqueando a Suecia. Finlandia ya fue ratificado por el parlamento turco muy bien orquestado por Erdogan, “porque ha sido más receptivo”.
El gobierno de derecha de Suecia pensó que el cumplimiento del acuerdo de Madrid sería más rápido porque los kurdos en Suecia tienen una aproximación ideológica a la Socialdemocracia, al partido de Izquierda (excomunista) y a los verdes. “Es cuestión de separar aguas con los aliados suecos de los kurdos” se decía en baja voz en la cancillería.
Lo que no pudo evitar el gobierno de Ulf Kristersson fue la libertad de expresión que en Suecia tienen los kurdos y los enemigos de Erdogan, además, Suecia Democrática, islamófoba y con coqueteos a Putin, originó un hecho que endureció y enojó a Erdogan, recuérdese que Suecia Democrática tiene un acuerdo de apoyo parlamentario al gobierno conservador de Ulf Kristersson.
Rasmus Paludan, un provocador danés, que suele aparece, de cuando en cuando, quemando el Corán, libro sagrado de los musulmanes, fue convocado “bajo cuerda” por un par militantes de Suecia Democrática para quemar el Corán frente a la embajada turca en Estocolmo. Y, unas manifestaciones de los kurdos refugiados en Suecia que colgaron, cabeza abajo, un muñeco que representaba a Erdogan, fueron el detonante para que Turquía reaccione por boca de su presidente Erdogan. “Suecia, no te preocupes. No permitiremos que entres en la OTAN mientras tú y tus guardaespaldas (en referencia a la policía sueca) permitan quemar mi Corán”.
Erdogan decidió finalmente separar a Finlandia de Suecia para debilitar diplomáticamente al último país.
Otras razones
La clave kurda podría ser meramente táctica, EE UU bloqueó la participación de Turquía en el programa del caza de quinta generación F-35 – y de otros programas armamentísticos – por la adquisición a Rusia de sistemas de misiles de largo alcance S-400.
Turquía exige que se le levante el veto a cambio de permitir el acceso de Suecia y Finlandia a la OTAN. Estados Unidos no da su brazo a torcer. El F-35es un recurso demasiado valioso y “Turquía ya no es un socio fiable”.
EE. UU. podría conceder con nuevos cazas F-16 y “paquetes” de modernización para los demás aviones de combate, según un informe publicado por The Washington Institute.
La entrega de los F-16, que pretende Erdogan podría garantizar su reelección en la primavera/verano de este año.
El silencio de Washington tiene una explicación, los F-16 podría desestabilizar el difícil equilibrio en el Mediterráneo oriental con otro aliado de la OTAN y rival de Turquía: Grecia.
Turquía y Grecia están inmersos en una escalada de tensión por la soberanía de las aguas de las islas griegas del Egeo y la presencia militar helénica en la zona.
En ese contexto, la venta de F-16 a Turquía podría añadir un problema. Para equilibrar la balanza, Estados Unidos plantea vender a Grecia los F-35.
El otro actor es Putin, The Washington Institute sostiene que Rusia trata de bloquear, o al menos retrasar, el fin del veto turco todo lo que pueda. Putin trata de convencer a Erdogan de que siga bloqueando la ampliación de la OTAN a cambio de préstamos ventajosos y beneficios financieros que permitan reducir la inflación y allanar el camino del presidente turco a su reelección.
Conclusión
No hay experto ni instituto de estudios geoestratégicos que den la razón a Erdogan, están convencidos de que Suecia ingresará a la OTAN.
Turquía cederá luego de las elecciones de primavera/verano. Erdogan puede perder (hay dos factores que en su contra: la economía y el último terremoto) y si gana, aflojará igual, porque sabe que el país escandinavo es una pieza clave para la defensa no solo del mar Báltico sino del polo norte que se está convirtiendo en un sitio con grandes intereses globales incluidos los chinos.
Los otros fantasmas que surgen en el cielo sueco son los efectos de la guerra como la inflación, los precios elevados de la alimentación, la energía y la inestabilidad bancaria.
Sin embargo, en Suecia, no hay un corrimiento electoral hacia la extrema derecha nacionalista y neonazi. El partido ganador de esta crisis, por lo menos hasta ahora, es la Socialdemocracia que aumentó al 37% mientras las ultraderecha bajó al 18,6%