De: Maurizio Bagatin / Inmediaciones
“¿Hablemos de política? ¿Qué comemos esta noche?” – Totó –
Me levanto temprano y preparo el café. No hay día sin café. Esta que puede pasar por una acción rutinaria, común y hasta banal, es en realidad mi primera acción política del día. Aunque no parezca, si reconocemos la marca del café que vamos a tomar, de dónde viene, cómo y por quiénes ha sido producido, quiénes lo han torrado y quiénes luego lo han comercializado, nos introduciremos en la dinámica más política que exista hoy, y que desde luego siempre ha existido: la dinámica del capital, del consumo, del comercio.
¡Esta es una acción política! Decidir que consumimos, cual café vamos a tomar, si es Nescafé (… ¡que no es café!…) o un café producido por una familia campesina del Cauca en Colombia o una otra de Sem terra del Brasil, quizás una de los yungas de La Paz, es una acción política trascendental. Aunque no parezca. La revolución contemporánea, la revolución del posmodernismo se hace al supermercado. Si sabemos lo que consumimos, sabremos lo que somos.
