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Poemas / Eliana Suárez

Origen

Y una vez
frente a un campo de trigo
extasiada en dorado,
susurrada el alma del viento,
se quebró mi voluntad
por un cielo de nubes pintado
con mil rayos que sol escupía
sobre el llano
suplicante de lluvias peregrinas.
Y quién sabe si fue entonces
que el destino selló
mi esclavo amor por la pampa 
(2020)

Orfandad

A veces es difícil seguir sin tu piel.
se me cayó la vida 
porque mis dedos se volvieron de arena.
El mar ya no ruge en tus oídos 
y todo lo que eras, se deshizo 
entre el bravío instinto del oleaje. 
El mar ya no huele como con vos. 
La sal sopesa la esperanza 
y no puedo matarte  
precipitándote al olvido. 
Sé que ya no vas a volver 
con tu voz potente de queja exagerada. 
Sé, repito, que tras el cristal de la puerta
nunca más tu silueta jugará a anticiparte. 
Y entonces, es entonces que la vida 
apuñala mi alegría y el recuerdo
 me amenaza
no he querido porque no he podido. 
Escurridas entre lo cotidiano 
tus palabras se disuelven. 
¿Cuándo vas a visitarme ahora que sos levedad? 

Por qué, a mi ventana, alguien llama cada madrugada
en una sin presencia que mata
 y muere en el viento. 
Estás adentro y afuera de mí.
Rodeada de nada y plena de todo.
A veces es difícil seguir sin tu piel. 
(2019)

Ecuación

Yo que conté una a una tus costillas
Entendí que la sangre es una excusa.
(2019)

Autorretrato


Yo,
que de crisálida tengo la mirada
y los sueños
he de vivir mi destino
de alas tejidas al viento.
cruje la carne en una caricia
sin mano
sin alma
sin besos.
Mujer. Yo, mujer.
de brotes hecha,
de fuego, hecha. 
Como bronce que tañe.
Como hierro albo.
Yo que conté una a una tus costillas 
y entendí que la sangre es una excusa. 
Yo que cultivo un jardín
en mis entrañas
y lo oculto para que sobreviva.
Azucenas y narcisos
crecen en mi centro
y un escarabajo anida en mi cara. 
Mujer crisálida, ojos de monte milenario, 
A la espera de la tala.
(2022)

Nueva encrucijada

Ojalá pudiera convertirte en piedra
y guardarte
en el muro que he construido
desde que empecé a amarte.
Toca a entierro el sereno
gota a gota como hendidura del alma.
Cuerpo-ala deshecho en el vientre
como da la vida sin merecerlo.
Naces en las raíces que escapan de mis ojos
gélido sueño del que nunca despertarás. 
Adentro, navega un barco, en la tormenta.
¿Para qué soltar amarras
y henchir las velas,
si sólo queda encallar?
(2022)


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