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Poemas de Fabiola López Uriarte

SANTA CRUZ

Amaneció otra vez en mi alma la vida
Descubrí otra vez en tus cielos
Aquel olor de profundidad fetal
De tierra fresca y fértil
De olor a leña
Y juegos de niña.

Con tu calor de madre me envuelves
Con tu naturaleza me enciendes
Y me acaricias con tus paisajes…
Siempre hay en ti sueños… brisas
Cual espejismos reales

Siempre hay en ti esperanzas y amores… volcanes
Seres desesperados y mariposas celestiales
Buscándote…

Niños solos, niños viejos que encuentran consuelo,
Jóvenes que son tu reflejo…

¡Oh! bella tierra…

Eres el edén de los sueños reales
De los instantes ancestrales
Del cosmos que engloba
Orgasmos tibios de atardeceres
Desayunos frescos
Y embarazos
Que sueñan ser eternos…
Paz y sobretodo esperanzas.

LOCO AMOR

Quisiera que dejaras de huirme
Y admitieras alguna vez la verdad… ¡que me amas!

Te atan… estás maniatado… estás programado
Cómo quisiera olvidar tu sonrisa
Quisiera que muera esta verdad.

Lo que tiene pureza ¡no!
Los que prohíben ¡sí!

!Oh¡ dedico al loco más loco de mis amores mi vida
Porque creo que el mundo da vueltas
Porque tengo fe en ti.

Porque existe lo natural
Y aunque seas lo que seas
Quisiera contigo vivir hasta morir.

Nadie te necesita como yo
!Oh¡ dedico al loco más loco de mis amores mi vida.

LEJOS DEL CEMENTO

Otra vez osadía tú del pensamiento
Humo espeso e incierto
En el frío de su niñez de hambre
Sólo sombra difusa
Que salpica y no reposa
Duerme en medio del polvo
Masticando las cenizas del tiempo.

Palpitando…
Como el cemento esclavizante
Envuelto en su quebranto
Sin saber el por qué de su existencia.

Vive, hace el amor y se alimenta
Ese ser de flores y espinas
En medio de rascacielos.

El viento alimenta sus palabras
Cuando la lluvia lava sus torturas
¿Calles sin salidas?
Hay algo que se mueve hay algo que muere.

Somos tantos y tan pocos
Nosotros los escogidos dicen,
Tus palabras te matan,
Tus pasos te esclavizan.

Nadie ha conocido tu alma
Tan sólo tu sombra ronda
En el bosque que se quema
En el cielo limpio que anochece de día.

No he llegado todavía a ese camino
Nunca lo he visto…. somos solamente una pieza
En la selva de cemento
Pintando de rosa el futuro.

Somos escultores de otras tierras
Que nos gobiernan, nos embriagamos
Y amanecemos en el mismo sitio.

Un día naceremos lejos del cemento
Sin hambre, sin frío, lejos del cemento,
Tomaremos vino en los atardeceres
Cuando no existan diferencias
Cuando seamos lo que queremos ser.

AHORA Y SIEMPRE

Madre
¿Podría decir tu pena
Aquí donde brotan tu vida y la vida
En mi propia existencia?
¿Carne y alma canción emotiva
Que busca tus abrazos, tu calor, y tu ternura?

!Oh¡ yo sé que arcano
Es el milagro divino y terrenal
De las vidas microscópicas y abismales
Donde fue tu regazo
La cuna diáfana y abrigadora
De tus entrañas…

La casita que mora dentro de tu ser
¿Y las orillas de tus palabras ahora?

Sí… donde navega la vida
Que pasa y la marea sube
Así como cuando todo acosa
¿El devenir de mi vida y tu vida?

¿Será que tu mano, cuando me acaricia
toca la inexplorada e inexplicable
razón de vivir?
Pues como yo
Tú también naciste a la vida un día.

Tu pena sé cuál es
¿Pero será posible cambiar el milagro?
No, porque mi mano que te acaricia
Es algo de ti y de mí.

No, porque no terminó el milagro
El dulce milagro eres tú
Gracias por ser esperanza, paz, y amor
Ahora y siempre.

TODO ACABO

Así como termina un sendero
Y nos encontramos de pie con un nuevo panorama
Todo acabó
Como las flores en su ausencia
Y la luz en la noche…

Con la voz trémula
Y mi corazón ahogado en llanto
Te dije adiós…. como muriendo
Y sintiendo un dolor profundo.

SENTIR QUE VOLVERÁS

Y pensar con la razón,
Que ya nada nos puede unir
Oyendo esa guitarra al oído
Y sólo a lo lejos su silencio
Tocaba melodías de amor
Al ver por última vez tus pupilas
Al escuchar las dulces palabras de tu voz.

Pensar que tus labios me sabían
Tan fugaces y a ratos más dulces…

Alguien me sonrió en la calle
Y aquél miró el brillo de las lágrimas
Que no sé si fueron mías
O si fueron de un amor que no pudo ser.

Yo no sabía cuánto dolor sentía
Más al engañarme
Aceptando este amor que no podía ser
Así fue…y todo murió entre tú y yo.

Al volver despacio el doble cristal
La ruta imaginaria
Acaricié la última espina… y sentí luego
Que era como una congoja.

El horizonte de la noche
Las luces opacas y el llanto mudo
Como sufren los niños
Y pronto encuentran consuelo.

Sentí en mi pecho un raro alivio
Se transformaron de pronto mi vida y tu vida
Y yo fui como un nuevo día
Y tú como un nuevo amanecer
Alejados en un mundo
Donde hay amores
Pero donde todo acabó entre tú y yo.

Biografía

Fabiola López Uriarte, nació en La Paz Bolivia. Desde muy temprana edad (10 años) empezó a escribir poesías y cuentos breves. Los temas que más le inquietaban en su adolescencia giraban en torno a los cambios traumáticos de la dictadura militar. En su primera etapa como poetiza se perfiló en la poesía lírica-romántica, posteriormente social. Al transcurrir los años se sumergió en una creación más libre y surrealista, buscando una creación lejos de toda forma de influencia o línea literaria. “La poesía es una expresión de nuestros más subterráneos y profundos pensamientos, sentimientos, deseos, locuras, extravíos, dependencias, es el extracto del deseo de vivir o morir”. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Mayor de San Andrés. Publicó dos poemarios: “Paraíso” y “Signos del Alma”.

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