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Poemas de Alfonsina Storni

Dos palabras

Esta noche al oído me has dicho dos palabras
Comunes. Dos palabras cansadas
De ser dichas. Palabras
Que de viejas son nuevas.

Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
Filtrando entre las ramas
Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
Moverme para echarla.

Tan dulces dos palabras
?Que digo sin quererlo? ¡oh, qué bella, la vida!?
Tan dulces y tan mansas
Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.

Tan dulces y tan bellas
Que nerviosos, mis dedos,
Se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
Cortar estrellas.

Tú, que nunca serás

Sábado fue, y capricho el beso dado,
capricho de varón, audaz y fino,
mas fue dulce el capricho masculino
a este mi corazón, lobezno alado.

No es que crea, no creo, si inclinado
sobre mis manos te sentí divino,
y me embriagué. Comprendo que este vino
no es para mí, mas juega y rueda el dado.

Yo soy esa mujer que vive alerta,
tú el tremendo varón que se despierta
en un torrente que se ensancha en río,

y más se encrespa mientras corre y poda.
Ah, me resisto, más me tiene toda,
tú, que nunca serás del todo mío.

La caricia perdida

Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos… En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará… rodará…

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?

Indolencia

A pesar de mí misma te amo; eres tan vano
como hermoso, y me dice, vigilante, el orgullo:
«¿Para esto elegías? Gusto bajo es el tuyo;
no te vendas a nada, ni a un perfil de romano»

Y me dicta el deseo, tenebroso y pagano,
de abrirte un ancho tajo por donde tu murmullo
vital fuera colado… Sólo muerto mi arrullo
más dulce te envolviera, buscando boca y mano.

¿Salomé rediviva? ?Son más pobres mis gestos.
Ya para cosas trágicas malos tiempos son éstos.
Yo soy la que incompleta vive siempre su vida.

Pues no pierde su línea por una fiesta griega
y al acaso indeciso, ondulante, se pliega
con los ojos lejanos y el alma distraída.

Un lápiz

Por diez centavos lo compré en la esquina
y vendiómelo un ángel desgarbado;
cuando a sacarle punta lo ponía
lo vi como un cañón pequeño y fuerte.

Saltó la mina que estallaba ideas
y otra vez despuntólo el ángel triste.
Salí con él y un rostro de alto bronce
lo arrió de mi memoria. Distraída

lo eché en el bolso entre pañuelos, cartas,
resecas flores, tubos colorantes,
billetes, papeletas y turrones.

Iba hacia no sé dónde y con violencia
me alzó cualquier vehículo, y golpeando
iba mi bolso con su bomba adentro.

Biografía de Alfonsina Storni

Considerada la poetisa del posmodernismo argentino, nació en Sala Capriasca (Suiza), el 29 de mayo de 1892, trasladándose con su familia a la Argentina, a muy temprana edad.

Padeciendo una niñez con estrecheces económicas, debió trabajar como lavaplatos, camarera, costurera y obrera.Se recibió de maestra rural en Coronda, ejerciendo en la Escuela Normal. Fue profesora de arte dramático y colaboró con varios grupos de teatro juvenil.

En 1911 se mudó a Buenos Aires. En 1912 nació su hijo Alejandro, de padre desconocido. En 1916 comenzó su carrera literaria con «La inquietud del rosal», continuándose con las siguientes: en 1918 «El dulce daño»; en 1919 «Irremediablemente»; en 1920 «Languidez», que recibió el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura. En 1925, «Ocre», consagró casi definitivamente su alejamiento del Modernismo, con un contenido realista. En 1926, publicó «Poemas de amor»; en 1927 y 1932 las siguientes obras de teatro: «El amor del mundo» y «Dos farsas pirotécnicas», respectivamente. En 1934 «Mundo de siete pozos», en 1938 «Antología poética»y en 1968 «Poesías completas.

Toda su obra refleja dramatismo, lucha y una audacia inusual para la época. Su temática es, sobre todo, amorosa, feminista y profunda, en donde se refleja un carácter singular, marcado muchas veces por la neurosis.

Su muerte, continúa la huella de su transgresora personalidad. Su trágico suicidio, en las aguas de la playa «La Perla», de Mar del Plata, el 25 de octubre de 1938, le permitió huir de una penosa enfermedad oncológica y de la soledad que la invadía.

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