Huellas
Silvia Rózsa Flores – Bolivia
Delineó el rostro con un lápiz con la destreza que lo caracterizaban. Era un pintor apetecido en el medio por sus obras que desataban sensualidad. Tras dibujar el rostro de ella, esparció los colores formando un paisaje y un camino de álamos que se perdían en el horizonte estrecho y lejano. El pintor tomó la mano de la modelo y se fueron caminando por el sendero de álamos. Caminaron hasta fundirse en los naranjas y amarillos que el sol iba salpicando a su paso. No había huellas en el camino solo unos lentes y un teléfono móvil sobre la mesa donde reposaba el rostro dibujado.
Secuestrador de caracolas
Lorena Escudero – España
EL SECUESTRADOR de caracolas no pretende rescates: caracola que le arrebata a un mar la devuelve en otro. Con su mochila llena de conchas va persiguiendo el rastro del verano. Su nombreestá conservado en sal.
O encontro
Christina Ramalho – Brasil
Eu vi o rosto do menino na janela. Era uma casa feita de sonho, grades e pedra. Seus olhos, debruçados no tempo, coloriam uma esperança pequenina espargida pelo vento. Num aceno breve, desenhado no silêncio, o menino costurou-se no meu pensamento. E ponto
La venganza del payaso
Christian Di Bari – Argentina
Carlos se comió un payaso para ser gracioso y tener éxito con las chicas. Pero debajo de la peluca del artista figuraba una fecha de vencimiento. Carlos se pudrió poco a poco y una risa malvada flotó en el aire.
Ático
Felicidad Batista –España
Desde el ático el mundo se ve minúsculo y seductor. La ciudad de noche es un mar de luces. Me lanzo. Extiendo las alas y planeo sobre parques, calles, fuentes, jardines… Alguien, desde una ventana, me grita ¡loca! y siento de pronto el roce áspero de las sábanas y las correas en mis muñecas.
Un refugio
José Zelaya – Honduras
Hoy llegaron por la noche. Dejaron una nota colgada en la puerta. Tengo mucho miedo, pero debo escapar del barrio. Dicen que pueden ayudarme muy lejos de aquí. Me arriesgaré, lo único que me mantiene viva, es la sonrisa de mi hija.