Corazón solitario
Estéfani Huiza Fernández – Bolivia
Bajando la calzada de la calle Potosí encontré un corazón frío, no tenía nombre, parecía no tener dueño. Un sentimiento inexplicable controlaba mis pasos y, sin querer, me dirigí hacia él. Escuché fuerte su latido, eso me conmovió, no me alejé más de aquel sonido que sentía suyo y mío. Pero, el tiempo pasó y comprendí que aquel corazón no tenía dueño, vagaba por el mundo como deambulan aquellos hombres que nacieron para ser eternas almas solitarias.
Indignación
Chris Morales – México
Sus pulmones miran tristes con qué delicadeza extrae de la cajetilla ese frágil cigarro. Se percatan del deseo que tiene por llevarlo a la boca sin causarle algún daño. Han podido tolerar los efectos del pitillo, pero no pueden más con tanto mimo hacia él. Solo por eso es que se niegan a apoyar la respiración, nada más por eso.
Estados
Laura Nicastro – Argentina
Un clérigo bendijo sus alianzas: ella se comprometió a no violar sus límites, él juró no invadirla.
Resignación
Márcia Batista Ramos – Brasil
A don Juan le queda el hastío de caminar pausado, acompañando el paso pesado y aquejumbrado.
El polvo del Ecuador
José Antonio García Pérez – Cuba
La carretera desde Colorado a las bocas de humo del Ecuador, son llanos de asfalto entre las cañas (y las tierras coloradas). El Sol raja a principios de marzo, pero el húmedo Baraguá te refresca la cara de pronto, aunque no lo suficiente. No por mucho tiempo. Ni tanto como a las mejillas, el estado de las viejas casas del Central.