Aldonza
Norah Scarpa Filsinger – Tucumán, Argentina
La fama que le acarreó el libro de aquel viejo loco que una vez la galanteó le valió unos cuantos pretendientes, todos escritores.
Los zapatos
Ruth Miroslava Rivas Mariscal – Bolivia
Pedro apoya la cabeza sobre su almohada de pronto, recuerda que olvidó poner el cerrojo en la puerta principal. La noche era lóbrega y a tientas cogió el cerillo del velador y encendió la vela. Tomó su bata de prisa se dirigió a la puerta, pronto oyó pasos muy pegados a él, sintió un frio al punto de un colapso. Giró de golpe ¡dos zapatos colgaban del cinturón de su bata!
Impotencia
Sara Coca – España
La realidad se resquebraja un día cualquiera. Tal vez un jueves cuando llegas a casa y no ves a nadie. Y te acostumbras a estar en medio del páramo de la angustia si todos hablan de ti como si ya no estuvieses. Cuando simulan que no existes y solo los gatos te miran.
Escritor
Fabiola Morales Gasca – México
En los últimos cuatro años, despertó con aquella voz intangible que le seguía dictando correcciones a su novela. A punto de terminarla, le fue imposible seguir escribiendo en las blancas paredes acolchonadas, con la camisa de fuerza bien atada.
Morfeo
Rubén García García – México
Todas las noches en el sueño termino una historia, ya para pasarla en limpio, llega Morfeo y me ordena que la deje sobre la mesa, que él la revisará. Todas las mañanas trato de recordar lo que soñé y por más vueltas que le doy a la cuchara para enfriar el café, solo recuerdo la sonrisa burlona del dios.