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Microrrelatos – Colección de literatura breve CXCIII

Dudas

Mauricio Albeiro Montoya Vásquez- Colombia

Desde que los terrícolas llegaron a su planeta, los venusinos comenzaron a dudar de su don de la inmortalidad.

Rutas del futuro

Esther Andradi – Argentina

Caminamos por el borde de la cornisa, nos balanceamos en una tela de araña, leemos tratados dialécticos y dietéticos, hasta que una peste nos arroja al corazón del túnel.

Una antorcha nos alumbra el descenso en espiral.

Así y todo, tardamos varios fuegos.

Cuando salimos, los glaciares ya se han descongelado, y en la Cueva de Altamira nos reciben a los abrazos.

Nos estaban esperando, ¿dónde estuvimos que nos demoramos tanto?

Los sueños

Rubén García jarcia – México

«Por favor, llévame a tu departamento», le dijo ella con tono de urgencia. Al despertar, Antonio vio las sábanas revueltas, colillas, vasos y el recuerdo de una boca en su piel. Fue hacia el baño. El vapor empañaba la superficie del espejo e imaginó que ella estaría en la tina. Corrió las cortinas con suavidad y no había nadie. Movió la cabeza y murmuró: «malditos sueños, cada vez son más reales».

Transparente

Fabiola Morales Gasca – México

Con parsimonia el recorre los pasillos de la casa abandonada, se desliza entre las habitaciones llenas de polvo, se desvela entre telas rasgadas. Columpia cada una de sus auroras inconclusas sobre las cortinas viejas, pero lo que más lo seduce en las noches son los espejos. Cuando Olaf se ve en ellos, hombres de distintas épocas le temen y respetan a su transparencia.

Reyes

Hugo Vargas – Argentina

Aún persisten viejas historias que guardan la memoria de un rey codicioso y avaro. Sur einado estuvo marcado por el despotismo y su ley fue dictada por su afán de riqueza. Cuenta la leyenda que para incrementar el tesoro real sumió a su pueblo en la más despreciable existencia. No conforme con ello, ordenó colocar cientos de espejos en la bóveda donde acumulaba el oro. Así, al asomarse y mirar, veía su fortuna multiplicada infinitamente. Pero un día ingresó en la cámara real y vio proyectada su propia imagen en los infinitos reflejos, entre infinitos tesoros. El rey, entristecido, comprendió cuán cruel era su reinado y cuán grande era su pobreza.

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