El fact-checking (en español, comprobación de datos) es el proceso de verificación de información que circula en redes sociales o que ha sido proporcionada por una figura pública. Este trabajo ya tiene buen recorrido a nivel mundial, pero en Bolivia se inició apenas hace un par de años. Hoy podemos apreciar algunos resultados interesantes, producto del seguimiento a autoridades nacionales.
El pasado 24 de marzo, el presidente Luis Arce inició una visita en México, donde, además de participar en actos protocolares, dio conferencias de prensa sobre lo que ocurre en Bolivia y cómo afronta su gestión tras un supuesto “Golpe de Estado”.
El seguimiento que realizan las entidades de verificación de Bolivia a sus discursos en el exterior, pusieron en evidencia algunos datos falsos. Por ejemplo, Arce señaló: “No había pruebas, no se hacían pruebas (de coronavirus)”. La declaración la hizo en relación a cómo el gobierno de Jeanine Áñez afrontó la pandemia.
Evidentemente, en el gobierno de Áñez existieron muchas falencias con las pruebas de coronavirus, entre ellas, el precio casi inaccesible y la demora de los resultados, eso sin tomar en cuenta las filas y filas para poder hacerse un análisis de laboratorio. Sin embargo, es falso que no se hicieran pruebas, pues el gobierno de Áñez reportó un total de 337.621 pruebas de diagnóstico frente a 142.427 casos confirmados de coronavirus, hasta el 7 de noviembre de 2020.
La prensa nacional observó otros detalles más de su discurso, como sus alusiones sobre el litio como causante del supuesto golpe.
Lo cierto es que ahora existen nuevos mecanismos de control del discurso de las figuras públicas y que las autoridades nunca debieron omitir que hablar a la sociedad con la verdad es un principio imperante. Cada vez que lo olviden ahí estarán las verificadoras para recordárselo.