Donde termina la ley, comienza la tiranía
–John Locke
Cuando en 1984 Don Hernán Siles Suazo convocó a elecciones anticipadas, lo hizo para salvar la democracia recién reconquistada luego de infructuosos procesos electorales y sucesivos golpes de Estado. El monstruo de la hiperinflación estaba arrasando con la economía, lo que se llevaría a la democracia por delante, con el peligro de retornar al autoritarismo y a la dictadura militar.
Pero para entonces, el expresidente de facto Gral. Hugo Banzer Suarez había entrado de lleno a la política, presentándose por tercera vez como candidato civil a la presidencia. En un giro completo de su popularidad política, a solo tres años de gestión del gobierno de la UDP, de izquierda, Banzer con su partido Acción Democrática Nacionalista, ADN, ganó las elecciones con el apoyo popular de la gente humilde, de los mineros, El Alto y de las principales ciudades del país. Su candidatura salvó a la democracia de un probable golpe militar, de no haberse parado la inflación.
Dada su experiencia y conocimiento de la realidad, Banzer anticipó dos hechos políticos, aun antes de haber ganado las elecciones de julio de 1985. Primero, que, a pesar de ganar la primera mayoría en las elecciones, resultaría poco probable que los parlamentarios lo eligieran presidente en el ballotage congresal (entonces no existía la segunda vuelta electoral). Ello me lo hizo saber confidencialmente seis meses antes de la elección, cuando me invitó a ser candidato a alcalde de La Paz.
Segundo, él estimó –correctamente– que le sería mas fácil estabilizar la economía, mediante un programa de austeridad, a un presidente civil como el Dr. Víctor Paz Estenssoro, que a un expresidente militar como él. En efecto, luego que el Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR, eligiera en el Congreso a Paz Estenssoro, él y Banzer firmaron el “Pacto por la Democracia”, en base al programa de estabilización con el que ADN había obtenido el primer lugar en las elecciones de ese año.
Con la implementación de ese plan, que más adelante el MNR denominó “Nueva Política Económica” mediante el famoso Decreto 21060, la economía se estabilizó, salvándose así la democracia por las próximas dos décadas.
Luego de 20 años de “democracia pactada” en que Bolivia había alcanzado un avanzado nivel de modernización institucional, el país enfrentó un proceso de sedición y desestabilización insurgente que culminó con el derrocamiento del gobierno constitucional en 2003 y las elecciones de 2005 ganadas por los insurrectos del MAS-IPSP.
El MAS fue heredero de un sistema político-electoral depurado e imparcial, un sistema económico estable y un fabuloso contrato de exportación de gas al Brasil, fruto de más de 40 años de gestación; iniciado en 1973, desarrollado durante 10 años en base a la capitalización de las empresas públicas, la inversión extranjera privada y finalmente implementado en 2003.
A este paso, en 2025 Bolivia habrá retrocedido 40 años, colocándonos allí donde empezó la reconquista de la democracia y la estabilización económica en 1985.
En los 20 años previos, los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce se habrán dedicado diligentemente a derrochar más de 100.000 millones de dólares; equivalentes a 100 años ¡un siglo! de exportaciones anuales promedio de la década de los 80; matando así la gallina de los huevos de oro.
La diferencia con 1985 es que entonces tuvimos a un estadista y patriota como lo fue el Dr. Hernán Siles Suazo, dispuesto a acortar su mandato en aras de terminar con la inflación que se estaba llevando a la democracia por delante, dando paso a un nuevo gobierno capaz de estabilizar la economía, mediante un pacto político para salvarla.
Hoy, por el contrario, tenemos un régimen que en aras de imponer su “socialismo” y perpetuarse en el poder, está dispuesto a sacrificar la democracia en manos de la inflación. La inflación –ese cáncer de la economía– que será usada deliberadamente para matar la democracia, como se hizo en Venezuela.
¿Podremos hoy reeditar un nuevo “Pacto por la Democracia”?
Ronald MacLean Abaroa fue alcalde de La Paz y ministro de Hacienda de Bolivia