(Segundo premio de ensayo del Concurso “Aproximación a la poesía paceña”, organizado por La Paz lee y el Comité departamental de Clubes del libro La Paz)
Por: Ángel Quispe Flores
“…su ausencia transita por las calles”
– H.C.O.
Hace casi doce años (2008) se publicó por vez primera en la ciudad de La Paz, la primera versión del Premio Departamental de Poesía La Paz (poemario de la Prefectura de La Paz), la cual mi persona resalta una mención especial al poema La Ciudad Ausente del gran poeta Homero Carvalho Oliva. Hoy, dentro del programa de La Paz Lee (en cuarentena) voy a hablar en todo momento acerca del poema de Carvalho.
Respecto a Homero Carvalho, quien, por supuesto no necesita de presentación alguna, pero es necesario dar a conocer un poco sobre su trayectoria poética para que conozcan las nuevas generaciones de poetas, de escritores y de lectores apasionados y ésta sea de incentivo para que aflore lo que piensen, sientan o deseen, que comuniquen tanto ausencia como presencia.
Nacido en Santa Ana de Yacuma–Beni (1957), a su temprana edad se crio en La Paz vivió entre lo andino y lo amazónico, su producción posee una simbología en su prosa poética con un estilo cultural y literario, estudio la carrera de Sociología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), fue parte de un grupo de izquierda que lucho contra la dictadura de Luis García Meza, el 2012 ganó el premio nacional de poesía bajo el título: Inventario Nocturno, autor de la Antología de poesía del siglo XX, publicada por Visor, España y el 2017 participó en el Festival Internacional de Poesía, con su poemario ¿De qué día es esta noche? publicado en la editorial: El ángel editor, en Ecuador.
“La Ciudad Ausente” (poema), ciudad de las alturas, aquella que acoge y forja con su clima desafecto, de inciertos días, con un prolongado tiempo que no se dispone para contemplar como el lucero del alba, solo se camina hasta llegar a un recuerdo en donde quedarse. Recuerdo y ausencia que drenan el camino recorrido, el choque entre el ser, el recuerdo y lo prospectivo hacen de mi mañana un delirio de un recuerdo vivido.
Diversa la ciudad con tus habitantes, creas tu propia lengua, eres única y tan llena de vida, llena de historias, de misterios. Llena de vida, de recuerdos y desdichas, de ausencias y suspiros, somos el legado de un recuerdo vivido de la ciudad ausente perdida.
Es preciso leer el poema de Homero Carvalho (Fragmento):
La ciudad ausente
Para la ciudad de La Paz,
hija de las montañas, madre
y padre de nuestras palabras.
“Dime de que ciudad vienes
y te diré quién eres”
Amanece
en la ciudad de las alturas;
el viento frío de la mañana
hincha las tres blancas velas
del Illimani,
carabela mayor
del mar altiplánico,
que se dispone a zarpar
hacia el incierto día
El Illimani,
carabela mayor,
navegará por las horas,
hasta arribar al puerto de la noche,
dejando que el aire seco de la puna
se vuelva viejo y cuente historias
Cada madrugada,
abordo el Illimani
y salgo a navegar buscando
la ciudad ausente perdida
en el cielo azul de los recuerdos
Trajinando el tiempo,
hoy descendí a barlovento
por la calle Almirante Grau
y avancé por la Murillo,
hasta detenerme frente a un vacío,
vacío inmenso que dejó un conventillo
conocido en el barrio de San Pedro
como el antiguo garaje Romero
Su recuerdo
estalla en mi nostalgia,
cual tormenta de destellos,
que como estrellas caídas
rebotan en el asfalto de la avenida,
que atraviesa el lugar donde estuvo
el último de los conventillos de La Paz
Ciudad que, anidada en la alta meseta,
yace sumergida en una hoyada diluviana,
donde ya existía una población antigua
que antes que “Pueblo de La Paz fundaran”,
ya poseía su ajayu, su alma ancestral