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La falta de servicios de salud, un desperdicio de capital humano: como lograr una cobertura sanitaria universal

Hace ocho años, Cecilia Rodríguez tuvo una gran revelación cuando le diagnosticaron artritis reumatoide, (i) una enfermedad autoinmune que causa inflamación y dolor en las articulaciones. Se dio cuenta de que lo que estaba promoviendo como directora de un centro de atención primaria de salud en Chile era muy diferente de lo que realmente necesitaba como paciente.

En respuesta, creó la fundación sin fines de lucro Me Muevo, junto con su hermana, quien también padece artritis reumatoide, para ayudar a las personas afectadas por esta enfermedad crónica. Además, se convirtió en defensora del paciente: Me Muevo forma parte de un movimiento cada vez mayor de organizaciones dirigidas por pacientes en Chile. “Los sistemas de atención de salud tienden a orientarse hacia el tratamiento de enfermedades agudas y rara vez se organizan para ayudar a los pacientes con enfermedades crónicas”, dijo Cecilia. “Llamamos a la ONG Me Muevo porque aprendimos que con esta condición tienes que mantener tu cuerpo en movimiento, pero también porque ‘me muevo’ significa ‘actúo’”.

Cecilia forma parte de un creciente movimiento mundial que procura garantizar que la cobertura sanitaria universal (CSU) se haga realidad. La CSU se basa en la simple idea de que todas las personas deberían poder acceder a los servicios de salud de calidad que necesitan, sin sufrir dificultades financieras.

Salud para todos en 2030

l Día de la CSU, que se celebra el 12 de diciembre de cada año, es un momento para poner de relieve los avances hacia la CSU en el mundo. Gracias al fuerte liderazgo nacional y reformas ambiciosas, la mayoría de los países han aumentado el acceso a los servicios de salud y las medidas para garantizar su asequibilidad. Sin embargo, a pesar de esto, la mitad de la población mundial aún no tiene acceso a los servicios de salud que necesita y cada año 100 millones de personas se ven empujadas a la pobreza extrema debido a los gastos médicos, según una investigación reciente (i) del Grupo Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS).



Lograr la CSU para 2030 es un compromiso mundial incluido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. También es clave para cumplir con el doble objetivo del Grupo Banco Mundial de poner fin a la pobreza extrema y aumentar la prosperidad compartida; esto no se podrá conseguir mientras millones de personas se vean empobrecidas cada año debido a los gastos médicos. Proporcionar servicios asequibles y de alta calidad es un desafío para los países de todos los niveles de ingreso, como lo indican los datos de 2018 para 183 países presentados en los Indicadores de protección financiera y equidad sanitaria(HEFPI) (i) del Grupo Banco Mundial.

El costo de la atención de salud es una carga financiera importante para las familias. En todo el mundo, 800 millones de personas gastan al menos el 10 % de su presupuesto familiar para pagar gastos médicos, viéndose obligadas a menudo a elegir entre su salud y otras necesidades familiares, como alimentos, matrícula escolar o transporte. Si estos 800 millones de personas vivieran en un país, representarían la tercera población más grande del mundo. Esta carga financiera se observa en todas las regiones del mundo.

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Una cifra tan grande puede ocultar el sufrimiento diario que enfrentan las personas y las familias cuando no pueden obtener la atención de salud que necesitan: el bebé que no está inmunizado y muere de neumonía; el niño con retraso del crecimiento cuyo desempeño escolar y aprendizaje se ven afectados permanentemente; la adolescente embarazada que no puede acceder a servicios de planificación familiar y se ve forzada a abandonar la escuela, y la madre que sufre una hemorragia posparto que no tiene acceso a transfusiones de sangre.


«La única manera de brindar atención de salud a todas las personas en todo el mundo es si cambiamos fundamentalmente el sistema para que los Gobiernos y las personas demanden más inversiones en salud.»

Jim Yong Kim Presidente del Grupo Banco Mundial.

La falta de servicios de salud representa un desperdicio en materia de capital humano

Esta falta de atención médica no solo es injusta, sino que también es un desperdicio del potencial humano y el capital humano de un país. El capital humano son los conocimientos, las habilidades y la salud que las personas acumulan a lo largo de su vida y que les permiten desplegar su potencial como miembros productivos de la sociedad. La salud es un elemento fundamental del capital humano de un país. Sin una buena salud, los niños no pueden ir a la escuela y aprender, y los adultos no pueden trabajar y contribuir a sus hogares y economías. Una población sana, educada y con capacidad de adaptación es absolutamente imprescindible para que los países compitan de manera eficaz en la economía mundial.

“La única manera de brindar atención de salud a todas las personas en todo el mundo es si cambiamos fundamentalmente el sistema para que los Gobiernos y las personas demanden más inversiones en salud”, dijo Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial.

Cuando las inversiones en salud comienzan en la primera infancia y se mantienen a lo largo de la vida —para los bebés, niños, adolescentes, adultos y adultos mayores—, constituyen una base sólida para el crecimiento y la competitividad de los países. Cada año adicional de vida saludable debería considerarse como la fuerza que impulsa el crecimiento de las economías, por lo que la CSU significa invertir durante toda la vida.

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Infografía: Seguimiento de la cobertura universal de salud: Informe de seguimiento mundial 2017 (i)

El camino hacia la CSU es diferente para cada país, y el Grupo Banco Mundial apoya a los países brindándoles financiamiento, asesoramiento sobre políticas y asistencia técnica; generando investigación y conocimientos, y convocando a diversas partes interesadas en torno a objetivos comunes. La CSU es el motor que impulsa las inversiones del Grupo Banco Mundial en materia de salud, nutrición y población, que en el ejercicio de 2018 sumaron alrededor de USD 14 000 millones.

A través de su nuevo Proyecto de Capital Humano, un esfuerzo para acelerar más y mejores inversiones en las personas, el Grupo Banco Mundial se ha comprometido a ampliar sus inversiones en sectores como la salud. El Índice de Capital Humano (i) del proyecto mide y clasifica a los países según la cantidad de capital humano que un niño nacido hoy puede esperar haber logrado a los 18 años gracias a las inversiones en salud y educación, y muestra cuántos ingresos desaprovechan los países debido a las brechas de capital humano. Los Gobiernos de los países son los mayores impulsores del cambio y la inversión en capital humano, incluida la salud.



Acelerar los avances: cinco maneras de lograrlo

No hay una solución mágica ni un único camino para lograr la CSU en 2030, pero aquí se presentan cinco vías esenciales para acelerar los avances:

  1. Más dinero para salud y más salud por el mismo dinero

    El sector de salud enfrenta una grave crisis de falta de inversiones. A nivel mundial, el costo de los servicios de salud esenciales se calcula en unos USD 90 por persona al año. (PDF, en inglés) En 2015, 71 países invirtieron menos de esta cantidad en la salud de sus ciudadanos, y 41 naciones, con una población total de 2600 millones, invirtieron menos de USD 25 por persona. Los países también deben mejorar la eficiencia de sus inversiones en el sector sanitario para asegurarse que están logrando los mejores resultados posibles. La asistencia externa para el desarrollo dirigida a la salud y otros mecanismos mundiales de cooperación pueden desempeñar una función complementaria y catalizadora para movilizar recursos internos, que constituyen la gran mayoría de las inversiones en salud a nivel nacional.
  2. Centrarse en la calidad de la atención

    El acceso y la asequibilidad de los servicios de salud por sí solos no son suficientes; la atención sanitaria también debe ser de alta calidad. Tres informes mundiales recientes, incluido un informe conjunto (i) del Grupo Banco Mundial, la OMS y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), plantean que los servicios de salud de baja calidad están frenando el avance de las mejoras en el sector de salud en países de todos los niveles de ingreso. Por ejemplo, el 10 % de los pacientes hospitalizados en países de ingreso bajo y mediano puede contraer una infección durante su internación, en comparación con el 7 % en los países de ingreso alto. Sin embargo, se han observado algunos avances en materia de calidad, por ejemplo, en las tasas de supervivencia del cáncer y las enfermedades cardiovasculares. 
  3. Proteger a todas las personas de las pandemias

    En los últimos 30 años, la frecuencia y la diversidad de los brotes de enfermedades se han incrementado de manera constante. Las epidemias pueden asolar cualquier lugar. Pero a menudo en la parte más débil del sistema de salud, donde las personas no reciben servicios sanitarios, es donde los brotes aumentan sin control. Todos podemos estar protegidos contra brotes y pandemias solo si cada persona está cubierta por servicios de salud, lo cual es la base de la CSU. Por ello el Grupo Banco Mundial se centra en ayudar a los países a fortalecer los sistemas de salud veterinaria y humana a través de su Programa de Mejoramiento de los Sistemas Regionales de Vigilancia de Enfermedades (REDISSE, por sus siglas en inglés), (i) y ha sido pionero en materia de financiamiento innovador de respuesta rápida para las pandemias a través del Mecanismo de Financiamiento de Emergencia para Casos de Pandemia (MFEP). (i)
  4. Adoptar la innovación

    El objetivo de la cobertura sanitaria universal para 2030 no se podrá alcanzar con un enfoque tradicional. Los países que han tenido buenos resultados son aquellos que han empleado la innovación para transformar los sistemas de salud. En el informe del Grupo Banco Mundial titulado Business Unusual (Actividades inusuales) (i) se analizó cómo los países han cambiado las tendencias. Por ejemplo, Rwanda ha recurrido a una asociación innovadora con el sector privado para reducir el tiempo de entrega de la sangre para salvar vidas usando drones. (i) Por su parte, Afganistán (i) ha registrado mejoras notables en salud y nutrición a fin de aumentar la supervivencia materna e infantil pese a la inseguridad, contratando a ONG locales para que presten servicios básicos de salud. En Turquía, diversos enfoques de financiamiento innovadores ayudaron al Gobierno a transformar el sector de salud, (i) mientras que el Mecanismo Mundial de Financiamiento (MMF), (i) una plataforma de financiamiento innovadora liderada por los países, se encuentra activo ahora en 27 naciones catalizando inversiones de gran escala para mejorar la salud y la nutrición de las mujeres y los niños.
  5. Movilizar la acción colectiva

Para hacer realidad la cobertura sanitaria universal en 2030 se necesita empoderar a las personas, las comunidades y la sociedad civil de modo que puedan participar de manera plena y activa en el movimiento en favor de la CSU y lograr que los Gobiernos sean responsables de asegurar una atención médica de alta calidad, asequible y accesible. Las personas deben conocer sus derechos en el ámbito de la salud, participar en el diseño de una atención médica que responda a sus necesidades, e involucrarse en el monitoreo de la atención sanitaria para que puedan abogar por un cambio cuando no se entrega lo que se promete. Para garantizar esto, el Grupo Banco Mundial y la OMS convocan de manera conjunta al UHC2030, (i) un movimiento mundial de instituciones, Gobiernos y organizaciones de la sociedad civil para crear sistemas de salud más sólidos para la cobertura sanitaria universal.

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Infografía: Seguimiento de la cobertura universal de salud: Informe de seguimiento mundial 2017 (i)

Nunca se había registrado un nivel de compromiso político y liderazgo nacional tan elevado, pero los avances deben acelerarse para lograr la CSU en 2030. Será necesario un liderazgo eficaz, políticas e inversiones acertadas y un compromiso general para “poner en primer lugar la recta final” y llegar a los más vulnerables. No hay tiempo que perder.

Nota publicada en la página del Banco Mundial

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